Aunque parezca innecesario o extemporáneo, que Thomas Bach, presidente del COI, haya insistido horas atrás con que la ceremonia de apertura de París 2024 se realizará, fundamentalmente, a lo largo de 6 kilómetros de recorrido del Río Sena responde, ni más ni menos, a los distintos focos de conflicto que atraviesan distintas regiones del planeta. Si bien la invasión rusa a Ucrania y los distintos episodios producidos en la Franja de Gaza, luego expandidos por los cruces entre iraníes e israelíes parecen situaciones focalizadas, los ataques terroristas, sean en modo orgánico o de lobo solitario, mantienen en alerta a las principales agencias de inteligencia del planeta. Justamente ahí, en la posibilidad de un ataque aislado, radica la insistencia en consultar respecto de la existencia o no de un Plan B para la fiesta olímpica.
“Las autoridades francesas están considerando todos los escenarios y actualizan la situación en dosis diaria. Lamentablemente es un tiempo en el que cualquier acontecimiento importante atraviesa una sensación de estrés respecto del sistema de seguridad. Sin embargo, los franceses llevan un largo tiempo trabajando respecto del tema y tenemos plena confianza en ellos. Va a ser una experiencia única”, sentenció Bach al respecto.
De alguna manera, es el precio que hay que pagar por la decisión de realizar la primera ceremonia de esta magnitud fuera de un estadio lo que, de por si, suena razonable teniendo en cuenta lo que representa el Sena como ícono parisino y la ciudad toda como síntesis de los espacios más bellos de la arquitectura universal.
Sin embargo, no es la primera vez que se realiza una celebración importante de este modo.
Si bien en escala, la apertura de los YOG Buenos Aires 2018 fue una especie de prueba fundacional para lo que vamos a vivir en julio próximo. Gente de la organización francesa reconoce que aquella fiesta con cientos de miles de personas atestiguando el desfile de atletas y los números artísticos a lo largo de un par de kilómetros de la mítica Avenida 9 de Julio –los argentinos la llaman como “la más ancha del mundo”-, fue una fuente de inspiración al respecto.
No solo en cuanto al concepto o a la posibilidad de abrir la fiesta a cientos de miles de espectadores sin siquiera pagar una entrada sino también en cuanto a la organización del sistema de seguridad.
Si bien en aquella ocasión tanto el gobierno nacional como el municipal respondían al mismo signo político, para la fecha de las competencias comenzaba a hacerse notoria una crisis económica que llevaría al oficialismo a una derrota en las presidenciales de 2019. Contra cualquier vaticinio, la celebración fue plena y representó la antesala de dos semanas en las que no quedaron espacios vacíos en ninguno de los estadios, independientemente de la participación y el suceso de los deportistas locales. Fue un auténtico espaldarazo de masividad para los Juegos de la Juventud.
El otro mega acontecimiento cuya inauguración se realizó fuera de un estadio ya fue sintetizado en este mismo espacio, fue en 1998, fue en una Copa del Mundo de la FIFA, y fue en París…
Aquella vez la celebración invadió gran parte de los espacios simbólicos de la capital francesa con aquellos cuatro gigantes desplazándose desde puntos equidistantes camino a confluir en la Plaza de la Concorde.
Fue un acontecimiento considerado casi como bizarro por un sector de la prensa, especialmente por un final inconcluso, entre otras cosas, porque una lluvia inesperada frustró la idea original de que una explosión de fuegos de artificios nos regalara una Paris By Night. Nada de eso sucedió. De todos modos, en muchos países, las cadenas de televisión celebraron altos niveles de audiencia para el recorrido que ocupó más de cuatro horas de aire.
Claramente, aún con lo poco que se dio a conocer oficialmente, la celebración del próximo 26 de julio va a tener otro perfil, más allá del sesgo creativo que le pongan los guionistas. Fundamentalmente porque los principales protagonistas no serán cuatro muñecos representando a igual cantidad de razas sino los miles de deportistas de más de 200 países que desembarcarán después de un largo y bello paseo en barco.
Al respecto, en esas mismas declaraciones, Bach confirmó que habrá deportistas rusos y bielorrusos participando en las competencias, aún en dosis reducidas, pero que no estarán autorizados a participar del desfile inaugural. “De acuerdo con nuestra tradición, no podemos castigar al atleta por lo que hagan sus líderes políticos. Por eso los invitamos a competir como neutrales pero no podrán desfilar. No podemos ignorar que se trata de la consecuencia de la violación de la Carta Olimpica por parte del Comité Olimpico Ruso y porque, como efecto colateral de la invasión, han anexado organizaciones deportivas en el territorio del Comité Olimpico Ucraniano”, agrego Bach.
Más allá de la claridad del mensaje del titular del COI, da toda la sensación de que, en distintos aspectos, aún hay cosas por evaluar, discutir y resolver, aunque estemos a menos de tres meses de la fiesta olímpica.