La Argentina es uno de los países de mayor vínculo histórico con el olimpismo. Tanto que, si bien su presencia estable en los juegos comenzó después de la Primera Guerra Mundial, es uno de los países fundadores del COI
Por distintos motivos, esa relación no es proporcional a los resultados olímpicos históricos del deporte de ese país.
No solo es un país que en alguna ocasión no tuvo podios -Montreal 76 y Los Ángeles 84- sino que solo dos deportistas ganaron más de una medalla dorada. El polista Juan Nelson, en 1924 y 1936, y el futbolista Javier Mascherano, en 2004 y 2008.
Javier, figura histórica de River Plate, mega campeón con Barcelona y subcampeón mundial con Argentina en 2014, es el conductor del equipo que jugará el preolímpico en Venezuela a principios del año próximo.
De lograr el objetivo, ya expresó su gran sueño: que Lionel Messi y Angel Di María se sumen al plantel con la ilusión de, ellos también, habiendo sido campeones en Beijing, sumar una segunda dorada olímpica.
Por octava vez en casi dos décadas de carrera, Lionel Messi es el mejor jugador del mundo conforme la revista France Football. El desempeño entre el 1º de agosto de 2022 y el 31 de julio de 2023 lo llevó a ampliar una gesta inédita y a volver a recibir el premio en una ciudad que supo ser hostil pero que en algunos meses le reservará otra invitación mayúscula: ser olímpico otra vez.
Durante la visita a la sede del Comité Olímpico Argentino de la última semana, Thomas Bach, presidente del COI, reparó especialmente en esta posibilidad enfatizando en su objetivo: que Messi sea uno de los tres mayores de 23 años que defiendan a la Selección Argentina en los próximos Juegos. “Sería fantástico que pudiera estar en París 2024. Los Juegos son una ambición de muchas estrellas del fútbol”, comenzó.
Enseguida, puso de relieve una estadística con el fin de motorizar la ilusión del 10 argentino: “Para Messi significaría una oportunidad de escribir la historia otra vez, porque podría ser el único jugador con dos medallas de oro olímpicas y la Copa del Mundo. Vamos a cruzar los dedos”, soltó.
A menos de nueve meses para la puesta en marcha de París 2024, dos son los principales escollos que podrían impedir una nueva versión olímpica de Messi. En primer lugar, la proximidad con la Copa América, certamen en el cual también perseguirá el bicampeonato, lo ubica frente a una disyuntiva: jugar, o no, con 37 años, dos torneos de indiscutido prestigio con, quizá, 10 días de diferencia. En el escenario más exitoso, Messi disputaría la final de América el 14 de julio en Estados Unidos y el 24 de julio podría debutar en alguna ciudad de Francia.
La segunda complicación la impondrá el calendario del fútbol norteamericano. Aunque aún no se han publicado las fechas para la temporada 2024, asoma probable que, al tiempo que ruede la pelota olímpica, se desarrolle la Leagues Cup mientras la MLS descansa. En tal caso, Inter Miami buscaría retener a su 10 para volver a alzar el trofeo y la organización de la Copa redoblará los esfuerzos para jactarse nuevamente de contar con la más convocante y rentable figura del fútbol.
Existe una tercera amenaza: Argentina aún no está clasificada a París 2024. La selección sub-23 conducida de Javier Mascherano competirá ante los nueve rivales de la CONMEBOL en la búsqueda de uno de los dos boletos olímpicos en juego en el Preolímpico a disputarse en Venezuela entre el 20 de enero y el 11 de febrero del próximo año.
A propósito del actual entrenador, Mascherano compartió con Messi la coronación en Beijing 2008. Sobre la posibilidad de que su amigo pueda participar en París, ilusionó: “Si él quiere jugar es bienvenido, pero primero tenemos que clasificarnos. Tiene las puertas abiertas de la Selección para hacer lo que quiera” y avisó que si se clasifica, hablará con él y con Di María. Messi no efectuó declaraciones al respecto y tampoco aclaró si continuará vistiendo la camiseta de su país después de la Copa América.
La decisión de sacarse el escudo de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) para ponerse por última vez el del Comité Olímpico Argentino (COA), 16 años después, está en las manos del dueño de ocho balones de oro. Bach lo desea. El fútbol argentino lo invita. La llama de la ilusión sigue viva.
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