A veces, quienes somos fanáticos de espectáculos como el mundial de World Athletics nos sentamos en la tribuna o frente a la tele esperando por una sorpresa. A veces, deseando la ratificación de la hegemonía de un gran campeón. A veces, celebrar el drama humano de las grandes competencias deportivas.
Con todas las aristas destacadas de los tres primeros días de competencia, la cuarta jornada en Budapest cumplió con todos los requisitos.
Con la sorpresa, por lo que representó el inimaginable triunfo en el lanzamiento del disco de la norteamericana Laulauga Tausaga quien clavó su personal best en la quinta rueda de la final y le amargó la fiesta a su compatriota, la campeona olímpica Valarie Allman.
Puede resultar extraño incluir cómo sorpresa que un campeón olímpico salga también campeón mundial. Sin embargo, después de un año y medio complicado en cuanto a su rendimiento, el italiano Gianmarco Tamberi, co-campeón olímpico con Mutaz Barshim, logró su primer título mundial por diferencia de nulos ante el norteamericano JuVaughn Harrison. No imagino que muchos de sus eufóricos acompañantes en las tribunas del National Athletics Center de Budapest hayan imaginado algo semejante al comienzo del día.
Tamberi se aseguró la dorada con un salto de 2,36 metros en su primer intento, superando a Harrison, que necesitó de un salto más para pasar esa altura. Así aportó la primera dorada para Italia en este Mundial y lo festejó arrojándose a la fosa de los 3000 metros con obstáculos, junto al vencedor de esa prueba, el marroquí Soufiane El Bakkali.
La ratificación fue el regalo del cierre en la noche húngara. Faith Kipyegon, por lejos la mejor mediofondista y fondista de la actualidad, ganó su tercer título mundial -Siffan Hassan repitió el tercer puesto de Tokio en la distancia- y dejó en claro que, también para ella, hay días en los que importa buscar el récord y hay días como el de hoy en el que lo único que importa es cruzar la meta en primer lugar. La keniata no pierde una carrera de 1500 metros desde el 10 de junio de 2021 y ahora irá por los 5000 metros. Aspira a lograr un doblete histórico. Registró un tiempo de 3.54:87, seguida de los 3.55:69 de la etíope Diribe Welteji, y de los 3.56:00 de la holandesa Sifan Hassan.
La final de los 3000 metros prometía ser realmente peleada, con dos atletas por encima del resto, al menos en lo que anticipaban las marcas: el flamante plusmarquista mundial etíope, Lamecha Girma, y el último campeón olímpico, el marroquí Soufiane El Bakkali. Sin embargo, este último dio un verdadero espectáculo. Después de 2800 metros de correr a la par del recordman mundial pasó primero en la última fosa de agua y cruzó la meta confirmando su hegemonía que abarca el título olímpico de Tokio y el mundial de Oregón del 2022.
Y el drama que en esta jornada se esparció a través de casi todas las pruebas. Tuvo su aspecto sobresaliente en la distancia de 400 metros con vallas femenino porque la norteamericana Dalilah Muhammad ni siquiera estará presente en la final y porque en los lisos masculinos no solo Wayde van Niekerk entró por la angosta ventana de los mejores tiempos si no que otro de los favoritos, el bahameño campeón olímpico Steven Gardiner, terminó derrotado por los músculos de su pierna derecha y desparramado en la pista a 100 metros de la llegada.
Mañana, día 5, el certamen húngaro empezará a pegar la vuelta a su segunda mitad. Con poco que se repita de lo que ya sucedió estaremos en presencia de uno de los mejores mundiales de la historia porque, a falta de fenómenos como Carl Lewis o Usain Bolt, casi no hay disciplina en la que no suceda algo extraordinario.