Polémico cambio y marcha atrás: cuando la modificación atenta contra la esencia del deporte

Es tan difícil dimensionar la influencia del olimpismo al respecto como ignorar que las evaluaciones que el IOC hace de cada disciplina han sido, en muchos casos, decisivas en algunos de los más relevantes cambios reglamentarios que sufrieron varios deportes durante las últimas décadas.

La cuestión pasa por varios tópicos, desde la diversidad de países participantes -y eventualmente medallistas- hasta dinámica del espectáculo: aunque muchas veces se vea complejo, la ecuación entre mantener las tradiciones y aggiornarse es un incuestionable factor de suceso. Por arbitrario o soberbio que parezca que un organismo que no es específico de una disciplina y a la vez englobe a todas, es razonable que los máximos responsables de semejante show hagan lo imposible para mantener la atracción ante audiencias cada vez más dispersas y disímiles.

Muchos amantes de la modernidad digital caen en la tentación de anunciar qué tal juego fue el juego de Instagram o qué tal Mundial fue el Mundial de twitch. Estas sentencias, que por lo menos pecan de exageradas -el universo deportivo sigue eligiendo el concepto televisivo tradicional por encima de cualquier otra modalidad-, tienen no obstante algo de cierto. Y es sabio no ignorar los mensajes de los tiempos que corren…y vuelan.

La búsqueda de agilizar y, eventualmente, simplificar la comprensión de cada deporte no es un asunto nuevo. Sin embargo, en la búsqueda se cometen algunos errores de cálculo singulares. Inclusive en casos bien recientes.

En los últimos días, la Federación Internacional de Hockey (FIH) analizó la posibilidad de realizar una modificación en el reglamento y generó revuelo, al punto que rápidamente le puso un freno. La intención era probar una nueva manera de ejecutar el córner corto, eliminando el tiro directo, pensando en la seguridad de los deportistas debido a la velocidad que puede tomar la bocha.

“La interrupción de este ensayo no detiene el proceso de revisión y evaluación de posibles cambios para mejorar la seguridad de nuestros atletas”, explicó a través de su twitter oficial la FIH y su presidente, Tayyab Ikram, reconoció que “creo que es prudente que no procedamos con esta prueba porque debemos proteger las características originales del córner corto”. La principal modificación en el documento publicado por la FIH apuntaba a que la bocha debía salir al menos cinco metros fuera del círculo antes de que se pueda marcar un gol.

Agustina Gorzelany, especialista en córner corto y goleadora del último Mundial 2022 con la Selección Argentina, explicó en una entrevista con ESPN que “la esencia del juego y de poder encontrar un córner para tener un tiro directo se perdería totalmente… Se perdería el arrastre, un gesto que tanto se entrena y que tantos años se utilizó. Se perdería la posibilidad de que algunos jugadores que no llegan al área pudieran tener ese tiro franco al arco. En fin, el córner corto dejaría de ser lo que es, un tiro directo, para convertirse en una jugada más dentro del partido”.

La FIH en los últimos años realizó modificaciones en busca de un deporte más atractivo para jugar, ver y televisar. Entre otros cambios, pasó de dos tiempos de 35 minutos a cuatro cuartos de 15; agilizó la reanudación del juego después de una infracción o un lateral y hasta estableció un tiempo obligatorio para que después de un gol el espectador pueda disfrutar de las repeticiones. Pero acá iba por algo más: la esencia del juego. Sin el córner corto actual, se perdería uno de los grandes atractivos que tiene el deporte.

Así como el hockey, otros deportes realizaron modificaciones en su reglamento en busca de hacerlo más atractivo, tanto para los protagonistas como para los espectadores. Y para la televisión. El básquet, por ejemplo, en algún momento sumó el triple, redujo el tiempo de posesión y como el hockey, implementó cuartos. El voley fue otro que dio un giro drástico al cambiar la manera de puntuar y terminar con esos interminables cambios de saque sin que se modificara el marcador o el tenis, que también en la búsqueda de acortar la duración de los partidos, sumó el súper tie break y probó eliminar la ventaja después del deuce.

Algunos deportes, incluso, modificaron su formato tradicional y así apareció el hockey 5 en los Juegos Olímpicos de la Juventud de Nanjing 2014: más dinámica, más goles, más partidos, más show. La experiencia continuó –de manera exitosa- en Buenos Aires 2018. El rugby también encontró fuera de lo tradicional, en el Seven, la oportunidad de incorporarse desde Río 2016 al programa olímpico.

A propósito de los cambios, en el tenis profesional no han logrado aún el objetivo pleno. Teniendo en cuenta que es un deporte cuya puntuación incluye el concepto de infinito, el riesgo de que, sin medir la ocasión ni el atractivo, un partido de Grand Slam masculino vaya más allá de las cinco horas de duración hace inviable la posibilidad de mantener a los fanáticos en su butaca del estadio o sentado en el sofá frente a la tele.

La llamada regla del No-Ad es un recurso impuesto ya entre los varones en el circuito de dobles pero nadie se anima a imponerlo entre los sinfonistas. Aseguran que son los propios tenistas los que se niegan a ello.

Dos referencias puntuales pueden despejar algunas dudas al respecto.

Una es ancestral: hay indicios de que, en sus orígenes, cada game de tenis duraba, a lo sumo, siete puntos. No existía ni el 15 ni el 30 sino que cada tanto se sumaba del 1 al 4. Ante una eventual igualdad en 3 se jugaba un punto decisivo. Tributo al denostado No-Ad.

Otro es muy reciente. Un partido de Copa Davis entre el argentino Leo Mayer y el brasileño Joao Souza terminó 7-6, 7-6, 5-7, 5-7 y 15-13. Duró casi 7 horas y concluyó con ambos gladiadores acalambrados. A partir de ese momento la ITF tomó diversas medidas para evitar que algo así se repitiera y concluyó reduciendo los partidos del mejor de cinco sets al mejor de tres. Una forma drástica e impropia de quitarle esa épica única a su competencia insignia.

De haberse jugado con el sistema de No-Ad (aclaro que es imposible hacer un cálculo exacto por cuestiones mismas del juego), ese mismo partido habría durado entre 3 y 4 horas menos.