Los máximos exponentes de un deporte convocados en Doha con un campeonato mundial como excusa. Así como en 2022 el motivo fue el fútbol, en 2025 lo será el tenis de mesa o en 2027 el baloncesto, la última semana fue el turno de la fiesta del judo en la capital qatarí, allí donde se celebró la edición número 41 del certamen más importante de la disciplina.
En una competición que contó con las siete categorías olímpicas femeninas (-48kg, -52kg, -57kg, -63kg, -70kg, -78kg, +78kg), las siete masculinas (-60kg, -66kg, -73kg, -81kg, -90kg, -100kg, +100kg) y el torneo por equipos, los aplausos más sonoros recayeron sobre la francesa Clarisse Agbegnenou, cuyo sexto título mundial en los -63kg gozó de un tinte emotivo e inspiracional al haber sido el primero como madre, solamente 11 meses después de dar a luz a Athena, quien presenció su triunfo por ippon en la final a la eslovena Andreja Leški.
Tras la coronación, la bicampeona olímpica y pentacampeona europea describió al título mundial como un “impulso” de cara a París 2024, Juegos en los cuales intentará capitalizar la localía. Además, aprovechó para transmitir un mensaje motivacional: “Quiero decirles a todos los padres y madres que me miran que ‘ustedes pueden hacerlo’”, soltó.
Agbegnenou no trascendió como la única actuación histórica de un judoca francés en Qatar. En su regreso a los mundiales, Teddy Riner (+100 kg) aportó la segunda presea dorada para la delegación y logró su undécima conquista, la cual le permitió cortar una sequía que arrastraba desde 2017, suscitada en gran medida por su grave lesión de tobillo. El nacido en Guadalupe avisó que su jerarquía permanecía intacta en las semifinales, al deshacerse en menos de 30 segundos al tayiko Temur Rakhimov, número 1 de la categoría. Luego, en la final, batió al ruso Inal Tasoev (compitió en condición de neutral) por waza-ari.
En concordancia con la tabla histórica, el primer puesto del medallero le perteneció a Japón (la nación madre del deporte, que también domina el palmarés olímpico) con seis doradas, dos plateadas y cuatro de bronce, un registro que se debe en gran medida a los hermanos Abe, aquellos que en Tokio 2020 se habían convertido en los primeros hermanos en ganar la medalla dorada un deporte individual el mismo día y que en Doha repitieron la gesta: el lunes 8 de mayo Hifumi conquistó la prueba de -66 kg al derrotar a su compatriota Joshiro Maruyama al tiempo que Uta, su hermana menor, se impuso ante la campeona asiática Diyora Keldiyorova y se adueñó de los -52kg.
La satisfacción japonesa en los tatamis no fue plena ya que Naohisa Takato, campeón olímpico en Tokio 2020 y cuatro veces campeón del mundo, fue derrotado en las semifinales de los -60 kg por Francisco Garrigós, quien acabó transformándose en el cuarto judoca español campeón mundial. Otra proeza indeleble para su país fue firmada por Nils Stump, quien superó al italiano Manuel Lombardo por ippon, se quedó con el premio mayor en los 73 kg y firmó la primera coronación en la historia de Suiza.
El campeonato mundial no repartió plazas hacia París 2024 sino que la clasificación se determinará por el Ranking Mundial. En la capital parisina, el judo se celebrará en el Champ de Mars Arena entre el 27 de julio y el 3 de agosto.