La noticia la dio la agencia que gestionaba su carrera. Y en cuestión de horas fue portada en todo el planeta. “Estamos devastados de compartir la muy triste noticia de que Tori Bowie ha fallecido. Hemos perdido una clienta, querida amiga, hija y hermana. Tori era una campeona... ¡un faro de luz que brillaba tanto! Estamos realmente desconsolados y nuestras oraciones están con la familia y los amigos”, señalaba el anuncio, en el que no se precisaron las causas de su fallecimiento.
World Athletics publicó una bella ilustración acompañada de un texto, en el que confiesa su profunda tristeza. También se expresó USA Track and Field y reconoció que están “profundamente entristecidos” por la noticia: “Su legado en el deporte es inconmensurable”, agregó en Twitter.
Demasiado joven se fue Tori Bowie. Su paso por este mundo fue veloz, como ella lo era como atleta. Sus rivales no pueden entender qué pasó, aunque algunas dan pistas. La leyenda jamaicana Shelly-Ann Fraser-Pryce, ganadora de ocho medallas olímpicas, incluido un bronce en la final de los 100 metros de Río 2016 en la que Bowie terminó segunda, estuvo entre las que le rindieron homenaje: “Mi corazón se rompe por la familia de Tori Bowie”, escribió Fraser-Pryce en Twitter y agregó: “Tu energía y tu sonrisa siempre estarán conmigo”.
Otra de sus rivales jamaiquinas, Elaine Thompson, fue una de las que dio un indicio de cómo pasó sus últimos días Bowie: “Muchas veces las personas están pasando por momentos ‘basura’ y no nos damos cuenta”, publicó en una historia de Instagram. Algunas versiones señalan que atravesaba problemas de salud mental.
Nacida el 27 de agosto de 1990 en Jackson, Mississippi, su carrera deportiva comenzó como una estrella de básquetbol en la Universidad de Southern Mississippi, donde se destacó por su velocidad y capacidad atlética. Su talento para el deporte no pasó desapercibido.
Después de graduarse, Bowie se centró en el atletismo y comenzó a competir en velocidad y salto en largo. En 2012, hizo su debut en los Juegos Olímpicos de Londres. Llegó a semifinales en los 100 metros y allí quedó eliminada, pero ese estadio le tenía guardado un momento muy especial para algunos años después.
En 2013, Bowie ganó su primer título nacional en el Campeonato de Estados Unidos, en la prueba de 200 metros.
En 2015, llegó su primera medalla mundialista: fue bronce en el Campeonato Mundial de Pekín en los 100 metros y, además, fue subcampeona junto a sus compañeras de posta en la 4x100 metros.
Sus Juegos Olímpicos fueron los de Río. En la pista carioca del estadio Nilton Santos en 2016, Bowie ganó la medalla plateada en los 100 metros, con un tiempo de 10s83 y detrás de la jamaiquina Elaine Thompson.
También se consagró campeona olímpica en la posta 4x100.
En la temporada 2017, Bowie continuó su éxito en el Campeonato Mundial de Atletismo en Londres, en la misma pista de su debut olímpico en 2012. Esta vez llegó como candidata y ganó los títulos mundiales en los 100 metros y la posta, y fue medalla plateada en los 200 metros.
Bowie también compitió en salto en largo, prueba en la que fue cuarta en la final de su último gran evento, el Campeonato Mundial de 2019 en Doha.
A pesar de algunas lesiones en el final de su carrera, Bowie fue una competidora formidable en el mundo del atletismo. Su velocidad y habilidad atlética la convirtieron en una de las mejores corredoras de su generación y un modelo a seguir para jóvenes atletas de todo el mundo.