World Rugby lanzó un conjunto de cambios reglamentarios a nivel global que rigen desde el 1º de enero a los efectos de dinamizar el juego y tornarlo más atractivo para los espectadores, sin descuidar la seguridad e integridad de los deportistas.
En primer lugar y en un plano general, los jugadores se verán obligados a “no perder el tiempo”, una regla que se puede emparentar con aquella que castiga a los futbolistas que ralentizan el partido con el juego detenido al ir ganando. En cuanto a los lineout, estos deberán efectuarse sin demora y, con relación a los scrum, los equipos deben estar listos para formarlo 30 segundos después de que haya sido marcado. La sanción aplicada en estos tres casos será un free-kick para el adversario.
A su vez, el pateador de una conversión deberá ejecutarla dentro de los 90 segundos desde el momento que fue señalado el try, incluso si la pelota estuviera en movimiento y debiera reacomodarse. De lo contrario la patada será anulada. En el caso de los penales, los ejecutantes tendrán 60 segundos desde el momento que indicaron que la intención de patear. La pena incluye la anulación de la patada y la realización de un scrum.
Además, los aguateros podrán ingresar al campo al momento de concretarse un try y los árbitros deberán mostrarse más severos con las conductas peligrosas de los jugadores, como por ejemplo atrapar a un rival durante un ruck. También fue recomendado que el Television Match Official (TMO) tenga una menor participación a fines de volver a empoderar a los árbitros al tiempo que se detiene menos el juego.
Uno de las flamantes implementaciones sugeridas por World Rugby para las competencias más prestigiosas es la del reloj de tiro, una suerte de cronómetro con cuenta regresiva en la pantalla luminosa del estadio. Esta innovación ya gozó de una prueba piloto satisfactoria en el rugby francés. Phil Davies, director de World Rugby, resaltó la necesidad de “garantizar que los árbitros, jugadores y fanáticos puedan ver la cuenta regresiva”, tanto en el estadio como en las transmisiones.
Bill Beaumont, presidente de World Rugby, afirmó que las nuevas leyes miran hacia “un futuro en el que más personas quieran jugar y apoyar al rugby” y sostuvo que las mismas apuntan a que “se reduzca el riesgo de lesiones y donde todos los involucrados en el juego tengan su opinión”.
La aplicación de estas inminentes modificaciones encontrará su primera gran vidriera durante la Copa del Mundo, el evento más relevante de 2023 que se celebrará en nueve ciudades de Francia entre el 8 de septiembre y el 28 de octubre.