En medio del debate respecto a si los deportistas de Rusia y Bielorrusia podrán volver a participar de las competencias internacionales, algo que tienen prohibido desde la invasión a Ucrania, Piotr Ivanov reasumió la presidencia de la Federación Rusa de Atletismo (FRA) y aseguró que tendrá una reunión con los directivos de World Athletics.
Ivanov había sido elegido presidente de la Federación Rusa de Atletismo (FRA) en noviembre de 2020, pero tuvo que dejar el cargo por la sanción de dos años que la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) les aplicó a los altos funcionarios del país.
AMA les prohibió a los funcionarios ejercer algún cargo con responsabilidad en las federaciones deportivas, Ivanov trabajaba en la administración pública y por este motivo tuvo que dar un paso al costado. Irina Priválova, la histórica velocista que había perdido la elección, tomó el mando de manera interina.
“Felicito a Piotr Ivanov por el regreso al puesto de presidente de la FRA”, expresó Oleg Matitsin, ministro de Deportes, durante el congreso de la FRA. La vuelta al cargo se da mientras el Comité Olímpico Internacional (COI) debate respecto a si los deportistas rusos podrán volver a competir y en qué condición lo harían (solo sería bajo una estricta neutralidad).
“La reunión tendrá lugar con absoluta seguridad antes de marzo”, aseguró Ivanov durante el congreso de la FRA. Claro está, la invasión a Ucrania y la suspensión de los deportistas no es el único problema que debe resolver el presidente, es que la Federación Rusa de Atletismo fue excluida en 2015 tras el escándalo con el dopaje de Estado en el deporte nacional. En marzo del año que viene, precisamente, el Consejo de World Athletics tendrá un nuevo informe realizado por expertos respecto a la situación y si hubo algún progreso al respecto.
Más allá de esta reunión anunciada por Ivanov para Sebastian Coe, presidente de World Athletics, “nada ha cambiado”. En la última Cumbre Olímpica se mencionó que cada Federación podría ser la encargada de definir si acepta o no los deportistas rusos y bielorrusos y más allá de que no asistió, el máximo dirigente del atletismo luego dejó clara su postura en una charla con periodistas.
“Vamos a seguir protegiendo la integridad de nuestro deporte. Todos los deportistas, así como el personal técnico y directivo, están excluidos de todos los eventos organizados por World Athletics para el futuro próximo”, explicó Coe y reiteró que la situación de Rusia es todavía más compleja por la suspensión que afronta desde noviembre de 2015 al comprobarse la implementación de un sistema de dopaje institucionalizado.
Desde la suspensión en febrero de 2022, los deportistas rusos manifestaron su disconformidad por no poder competir y una de las voces más críticas fue la de Mariya Lasitskene, quien sí pudo participar bajo la bandera neutral en los Juegos Olímpicos de Tokio después de la exclusión del equipo en Río 2016.
“De los últimos siete años, en unos cuatro no tuve la posibilidad de participar en competiciones internacionales, pese a que nunca hubo ninguna queja personal en mi contra. Salvo una... la Federación Internacional de Atletismo saca de la manga mi pasaporte ruso en cada oportunidad que tiene”, escribió en una carta en junio pasado la campeona olímpica en salto en alto y afirmó que la suspensión de los deportistas “no detuvo la guerra sino que desató una nueva, en torno al deporte, que ya es imposible de detener”.