Una afirmación y una aclaración posterior volvieron a poner a la Copa del Mundo en el centro de la polémica respecto a los derechos humanos. Una entrevista de Hassan Al Thawadi, máximo responsable de la organización de Qatar 2022, puso otra vez el foco en las condiciones de trabajo y las muertes que se produjeron durante la construcción de los estadios y otras obras relacionadas al Mundial.
“La estimación es de entre 400 y 500 fallecidos”, expresó Hassan Al Thawadi en el programa de Piers Morgan Uncensored y agregó: “No sé la cifra exacta, que se está discutiendo ahora, pero una muerte es una muerte, una ya es demasiado. Es claro y simple”.
La declaración sonó muy fuerte: es que desde Qatar admitían que la cifra de muertes era muy superior a la que en algún momento habían reconocido (cerca de 40 y apenas tres en trabajos directamente en los estadios). Sin embargo, de inmediato, el Comité Supremo sacó un comunicado sobre los dichos de Al Thawadi y aclaró que se refería a los fallecidos (414) si se tomaban todos los sectores de trabajo y las distintas nacionalidades durante el período 2014-2020.
Lógicamente, la palabra de Hassan al Thawadi en la entrevista con Piers Morgan, luego aclarada por el Comité Supremo de Qatar, generó respuestas: “Este es solo el último ejemplo de la inexcusable falta de transparencia acerca de la muerte de trabajadores. Necesitamos datos e investigaciones, no cifras vagas anunciadas en entrevistas con medios”, expresó Nicholas McGeehan, director de Fairsquare, un grupo que defiende a trabajadores migrantes en Medio Oriente.
“La FIFA y Qatar siguen teniendo muchas preguntas que responder, sobre todo, dónde, cuándo y cómo murieron estos hombres, y si sus familias recibieron indemnizaciones”, reflexionó McGeehan. Por su parte, Mustafa Qadri, director ejecutivo de Equidem Research, comentó en The Associated Press: “Que ahora diga que son cientos, es sorprendente. No tienen idea de lo que está ocurriendo”.
El año pasado, The Guardian publicó un informe en el que aseguró que las muertes en relación al Mundial fueron unas 6.500 y tomó como fuente los registros de cinco de los países con más trabajadores inmigrantes en Qatar: India (2711 fallecidos), Nepal (1641), Bangladesh (1018), Pakistán (824) y Sri Lanka (557). Al Thawadi, en una entrevista con Becky Anderson en CNN, respondió que era un “titular sensacionalista” y habló de cifras “inexactas y tremendamente engañosas”.
“La cifra de 6.500 toma el número de todas las muertes de trabajadores extranjeros en el país durante un período de 10 años y lo atribuye a la Copa del Mundo… Esto no es cierto y deja de lado todas las demás causas de muerte, incluidas las enfermedades, la vejez y los accidentes de tráfico. Tampoco reconoce que solo el 20% de los trabajadores extranjeros en Qatar están empleados en obras de construcción”, expresaba una de las caras visibles de la organización.
Las condiciones de trabajo durante la construcción de los estadios y todas las obras relacionadas a la Copa del Mundo siempre estuvieron en el foco. La cantidad de horas de trabajo en situaciones extremas por el calor, mentiras sobre el sueldo, la imposibilidad de cambiar de empleo y las precarias condiciones para vivir, fueron algunas de las denuncias que se realizaron durante los últimos años. En 2016, luego de una denuncia presentada ante la Organización Mundial del Trabajo (OIT), Qatar aceptó negociar algunas leyes para los trabajadores y llegó a establecer medidas como el salario mínimo.
En la entrevista que le dio al programa Uncensored, Al Thawadi reconoció que “tenía que haber mejoras en el ámbito laboral y que se está avanzando en este sentido”. Además, aseguró que “que esta mejoría deriva en gran medida del Mundial, que ha puesto ahora a Qatar bajo el foco del mundo. La Copa del Mundo sirvió como un vehículo, un acelerador. Estamos comprometidos con la transparencia”.
En la previa y durante la Copa del Mundo, especialmente en el arranque de la competencia, se realizaron diferentes manifestaciones relacionadas a los derechos humanos en Qatar. La mayoría de las protestas se dieron para apoyar a la comunidad LGTB+. En Qatar está prohibida la homosexualidad. Algunos capitanes iban a usar el brazalete “OneLove”, aunque la FIFA advirtió sobre sanciones, como tarjetas amarillas, por lo que desistieron. Alemania respondió con sus jugadores tapándose la boca en la foto previa al partido ante Japón. Mientras tanto, Al Thawadi afirmó: “Creo que es seguro para todos vivir en Qatar”.