Una señal de diálogo en el preocupante conflicto Rusia-Ucrania sería la mejor bienvenida a la nueva Tregua Olímpica convocada por Naciones Unidas de cara a los Juegos Olímpicos de Invierno en Pekin.
Justamente la solicitud de Tregua Olímpica se extiende desde este jueves 27 de enero al 20 de marzo, siete días antes de los Juegos Olímpicos hasta una semana después de los Paralímpicos.
En medio de expansiones de conflictos y aumento de tensiones, el llamamiento insta a todas las partes involucradas a observar un alto el fuego en este contexto de la cita olímpica.
Se calcula en alrededor de 40 conflictos bélicos o de naturaleza similar los registrados en la actualidad, el 80 % de los mismos en Asia y Africa, un panorama que se ha hecho más complejo en medio de la pandemia mundial de coronavirus.
Se espera que un Observatorio de la ONU aporte al final del período cuánto fue respetada la Tregua Olímpica que si bien no es un proceso político que conduce al fin permanente de estas confrontaciones, es un instrumento que utiliza el deporte y el “fair play” para promover valores como el respeto, el entendimiento, la tolerancia y la convivencia.
Aunque se invocó por primera vez como recurso en los Juegos Olímpicos de Melbourne 1956 tras la invasión soviética de Hungría, la primera ocasión que se hizo un llamamiento para que la Tregua Olímpica sea respetada fue en 1993 en ocasión de los Juegos Olímpicos Invernales de Lillehammer en 1994.
La apelación a su observancia permitió la participación en esa cita olímpica de atletas de la desaparecida Yugoslavia, golpeada por una devastadora guerra entre sus antiguos pueblos y territorios.
“Durante la época de (Juan Antonio) Samaranch solíamos contactar a todos los países donde había un conflicto y pedirle un cese de hostilidades” comenta el periodista y diplomático etiope Fekrou Kidane a quien el entonces Presidente del COI le reconoció su papel clave en conseguir que la Tregua Olímpica se convirtiera en realidad en la agenda de las Naciones Unidas.
Ese acontecimiento fue un punto de partida para que a partir de 2009 la ONU invitara al COI como Miembro Observador.
Kidane confiesa que se sintió decepcionado cuando en los Juegos Olímpicos de Pekin en 2008 Rusia invadió a Georgia por el aún no resuelto conflicto entre ambos países por el control de Osetia del Sur y quebró la Tregua Olímpica mientras el presidente Vladimir Putin asistía a la ceremonia de apertura.
Parece difícil que el armisticio olímpico detenga, aunque de forma limitada, conflictos como los que tienen lugar en Siria, Etiopía, Yemen, entre otras regiones, pero los esfuerzos porque la Tregua Olímpica no sólo se refleje en un valor simbólico sino en su potencial práctico serán reconocidos.
Al final de cuentas el deporte une más que separa.