Hubo un tiempo en que la camiseta del Barcelona era virgen de publicidad, tierra libre de sponsors. Y hubo un tiempo en el que Qatar era completamente ajeno al fútbol. Tiempos pasados: Qatar Airways ya fue por años el principal sponsor del equipo, y superada esa etapa, el emirato del golfo vuelve con fuerza al club español de la mano de Xavi Hernández, su nuevo técnico.
Un desembarco muy oportuno, porque resta apenas un año para el inicio del Mundial de Qatar, quizás el más polémico de la historia, y uno de los ejes del derrumbe de la FIFA en 2015. Qatar 2022 se jugará del 21 de noviembre al 18 de diciembre de 2022.
Xavi, uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol español, y clave en el título de su país en Sudáfrica 2010, estaba dirigiendo al Al-Sadd de la Liga qatarí. Joan Laporta, presidente del Barcelona, no quiso aclarar si el club pagó los cinco millones de cláusula de rescisión por llevarse a Xavi antes de que finalizara su contrato.
Pero lo que importa en Barcelona es otra cosa, que el ex mediocampista de 41 años le devuelva el rumbo a un equipo que maravilló hace más de una década con Josep Guardiola al mando y hoy pena en el torneo local y viene encadenando años de frustraciones en la Champions League.
“No puedo hablar de lo que ha pasado en las últimas temporadas porque no he estado. Pero cuando hemos tenido normas y exigencia, hemos ido bien. Lo que tengo claro es que hay que poner normas”, subrayó Xavi, de 41 años, en su presentación este lunes en Barcelona.
“No hace falta ser duro, hay que poner unas normas y cumplirlas. No es disciplina, es orden”.
La ilusión en Barcelona pasa por repetir la historia de Guardiola: un ex ídolo futbolístico del equipo que, caso sin experiencia en el puesto, se revela como un genio como entrenador.
Están los que creen que Xavi, como “cerebro” de Guardiola que fue en aquel brillante equipo, es la elección adecuada. Y están los que advierten de los peligros de una ilusión sin sustento. “Seamos serios: nadie sabe si Xavi es un gran entrenador. Nadie”, escribió el columnista Iñako Díaz Guerra en “El Mundo”.
Desde que dejó de jugar en el Barcelona en 2015, Xavi se instaló con su familia en Qatar, donde primero jugó por cuatro años en el Al-Sadd, luego fungió como “embajador global” de Qatar 2022 y finalmente, desde 2019, dirigió al Al-Sadd.
Qatar, que se ha convertido en la última década en un poderoso actor en la alta política del deporte mundial, aspiró en su momento a ser sede de los Juegos Olímpicos y propuso Doha como candidata, pero pronto notó que tenía muchas más posibilidades apostando por el fútbol.
Fue así que, en 2010, la FIFA decidió elegir a Rusia como sede de 2018 y a Qatar para 2022. Una doble elección inédita que Joseph Blatter, por entonces presidente de la FIFA, aún lamenta: es de esa elección de Qatar 2022 de dónde surgen sus actuales problemas con la Justicia.
El poder futbolístico de la familia reinante en Qatar, los Al Thani, se convirtió así en enorme. No solo por el Mundial, sino por haber adquirido el Paris Saint Germain, club que acaba de sumar al mejor futbolista del mundo, el argentino Lionel Messi.
A Xavi y Messi hay que sumar también a Guardiola, que cuando Qatar era solo una idea emergente en el deporte jugó dos temporadas en el Al-Ahli. Al igual que Xavi, Guardiola también fue embajador de la Copa del Mundo de Qatar 2022.
SEGUIR LEYENDO: