CRETA (GRECIA) - La Asociación Francófona de Comités Nacionales Olímpicos (AFCNO) salió de los pasados Juegos Olímpicos de Tokio satisfecha por su balance deportivo (96 medallas, según sus propias cifras) y con un objetivo inminente: redefinir el papel del idioma francés dentro del movimiento olímpico.
Y eso es lo que pretende hacer Gilles Gilbert Gresenguet, presidente del Comité Olímpico de la República Centroafricana, si sale elegido nuevo presidente de la organización que nació en 2010 para promover el uso del francés y la francofonía en el ámbito deportivo.
Las elecciones se celebran el próximo 18 noviembre, y Abakar Djermah Aumi, presidente del Comité Olímpico de Chad, también aspira a ganarlas.
“Gane quien gane, debemos entendernos porque tenemos unos objetivos comunes y también deberíamos compartir una visión común”, afirma Gresenguet en entrevista con Around the Rings.
Lo hace en la isla griega de Creta, sede estos días de la Asamblea General de la Asociación de Comités Olímpicos Nacionales (ACNO) y el marco ideal marco ideal para culminar una campaña electoral que afecta a los 47 países miembro de la AFCNO.
- ¿Cuál es su propuesta para la AFCNO del futuro?
Uno de mis objetivos principales es recuperar la utilización del francés no sólo en los Juegos africanos, sino también en los Juegos Olímpicos. Fue el idioma pionero y, lamentablemente, se está perdiendo en favor del inglés.
- ¿A qué lo atribuye?
A que el inglés es el idioma comercial, el de los negocios. Y a que los francoparlantes siempre hacemos el esfuerzo de hablar en inglés, mientras que los angloparlantes no lo hacen en el sentido contrario.
- Pero aquí hablamos de deporte.
Sí, pero los Juegos están muy politizados. Y deberíamos conseguir devolverlos al terreno deportivo y cultural. En África, ya hemos dado pasos en ese sentido.
- Los Juegos, de hecho, nacieron en francés.
Efectivamente. Y nosotros deberíamos honrar el legado de Pierre de Coubertin y expandirlo, más teniendo en cuenta que París, la gran referencia francófona, acogerá los próximos Juegos Olímpicos. Eso debería ayudarnos en la lucha por que los Juegos vuelvan a hablar en francés. Tenemos que aprovechar París 2024.
- ¿Qué otros objetivos se marca en su programa?
Que la AFCNO tenga más visibilidad. También, y muy importante, facilitar los intercambios entre los países francófonos del norte y del sur.
- ¿En qué sentido?
En el deportivo y económico, es decir, que haya un intercambio que permita que nuestros deportistas puedan llegar mejor preparados a los próximos desafíos. El primer desafío son los Juegos de la Francofonía, que se celebrarán en Kinshasa (República Democrática del Congo) en el verano de 2022. El segundo son los Juegos Olímpicos de París 2024 que, como dije, tienen que ser una referencia para nosotros.
- ¿No existe ese intercambio actualmente?
Algunos de nuestros deportistas van a entrenarse a países del norte; en el caso de mi país, la República Centroafricana, a Francia. Pero lo que sucede es que, a menudo, esos deportistas ya no regresan, se quedan en los países de acogida y son deportistas que África pierde.
- Por una cuestión de medios y recursos. ¿Cómo se puede revertir esa situación?
No es fácil. Efectivamente, nuestros deportistas se van porque nosotros no tenemos dinero y eso nos obliga a hacer una reflexión.
- ¿Cuál es?
Tenemos que plantearnos la manera en que ahora se permite que un deportista de un país represente a otro diferente en los Juegos. Está claro que la que tenemos actualmente va en detrimento de África, que tiene a muchos deportistas repartidos por el mundo compitiendo por y para países que no son africanos. E insisto en que no es fácil, porque soy consciente de que los atletas son libres. Pero tenemos que encontrar una fórmula que no nos perjudique tanto.
- Para eso tiene que ganar las elecciones. ¿Qué pasará si quien lo hace es Abakar Djermah Aumi y usted pierde?
No me planteo estas elecciones como una competición en la que habrá un vencedor y un derrotado. Creo que, gane quien gane, debemos entendernos porque tenemos unos objetivos comunes y también deberíamos compartir una visión común.
- ¿Sabe con qué apoyos cuenta? ¿Tiene el de los Comités Olímpicos de Francia, Bélgica o Canadá, por citar algunos de los países francófonos del norte?
He hablado con muchos colegas africanos y, estos días, aquí en Creta, aprovecharé para hacerlo también con representantes de esos países que cita. No sé aún con qué apoyos cuento. Eso lo sabremos después de las elecciones.
- Volviendo a África, ¿cuál cree que debe ser el papel del continente en el movimiento olímpico?
Debería tener mucho más peso. Y, un día, poder organizar unos Juegos Olímpicos, como ya organizó un Mundial de fútbol [el de 2010].
- ¿Qué países ve como posibles organizadores?
Egipto, Marruecos o Sudáfrica, por ejemplo.
- ¿Le podría poner fecha a ese día?
En 2030 o 2040, quizás. Soy consciente de que organizar unos Juegos Olímpicos requiere muchos medios, pero es algo de lo que ya he hablado con Mustapha Berraf, uno de nuestros máximos representantes en el Comité Olímpico Internacional y presidente de la Asociación de los Comités Olímpicos Nacionales de África (ANOCA, por sus siglas en inglés).
- ¿Es optimista?
Yo siempre soy optimista. Pienso que el sol siempre acaba brillando en la oscuridad y que tenemos que soñar con los objetivos que un día podemos llegar a cumplir.
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