En momentos en que China finalmente ha abierto sus fronteras a los atletas olímpicos foráneos a menos de cuatro meses de los Juegos Invernales en Pekín, el español Juan Antonio Samaranch Jr. proclamó su confianza en los organizadores.
Samaranch Salisachs, desde 2018 presidente de la Comisión de Coordinación del COI para Pekín 2022, comentó que los anfitriones chinos, en línea con sus normas internas de protección, le están dando al COI “todas las facilidades de las que son capaces”
Las reflexiones del dirigente olímpico español sobre la cercana cita olímpica fueron escuchadas en el XIV Fórum Olímpico de Barcelona, dedicado el último fin de semana a analizar el impacto de la covid 19 en el deporte, y en el que también fue ponente especial el presidente del Comité Olímpico Español (COE), Alejandro Blanco.
Samaranch aseguró que la familia olímpica que asista a los Juegos de la capital china, que se inauguran el 4 de febrero, no tendrá que realizar cuarentena de tres semanas a su llegada como se le exige a cada residente chino al regresar del extranjero.
El funcionario olímpico prioriza esta semana, desde su despacho en Madrid, la comunicación con las Federaciones Internacionales, los Comités Olímpicos Nacionales, atletas y miembros del COI, sobre la actualización de las medidas anticovid establecidas por las autoridades chinas.
En coincidencia, los atletas extranjeros junto a sus entrenadores han comenzado a desarrollar eventos de prueba en China.
El programa de ensayos deportivos se extenderá hasta el 31 de diciembre. En este tiempo se espera a alrededor de 2.000 deportistas foráneos para los eventos del programa deportivo invernal, mientras el Comité Organizador prueba también sus protocolos sanitarios, con la experiencia además de lo vivido en Tokio en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de verano.
China había planeado inicialmente aplicar su política de cuarentena para los atletas en este período de ensayos, pero descartó esa opción tras opiniones de varias federaciones y comités olímpicos.
No obstante, sus autoridades han advertido de planes de contención severos por los riesgos de Covid ante la llegada de extranjeros, y no quieren dolores de cabeza en la antesala de los Juegos Olímpicos, por lo que redoblan medidas de vigilancia para garantizar la seguridad de los participantes y, en particular, de los residentes en las ciudades sedes de las pruebas.
Tal como se adoptó durante el China Open de patinaje de velocidad de la semana pasada, todos los participantes de los próximos eventos estarán sujetos a la gestión dentro de una burbuja biosegura con acceso solo permitido al gimnasio y los hoteles a través de los servicios de transporte designados.
Expertos de salud comentaron que el uso de ciertos dispositivos de desinfección y monitoreo de la salud de alta tecnología marca la diferencia para una contención pandémica más segura y confiable.
Robots de inteligencia artificial operarán las 24 horas del día en lugares y hoteles para esterilizar y monitorear el medio ambiente contra la infección por COVID-19. Los participantes recibirán termómetros portátiles, cada uno con un chip diminuto que se adhiere a la piel del usuario para informar cualquier aumento significativo de la temperatura corporal.
En su comparencia en el foro catalán, Samaranch comentó los protocolos sanitarios de Pekín 2022 y Tokio 2020, pero advirtió que los de la capital china tendrán sus características particulares, pues de entrada será una sede con una población prácticamente vacunada al completo.
“China no acepta convivir con el virus, y quiere derrotar al covid”, dijo Samaranch. ”Por eso no hay vuelos, la conectividad es muy mala”. Adelantó que por la complejidad de los Juegos se está enviando a Pekín “muchísima gente” de las compañías vinculadas al cronometraje, las transmisiones de televisión y de la tecnología en general.
China no permitirá público extranjero, aunque ha autorizado la presencia de espectadores de casa. Samaranch reveló gestiones con las autoridades locales para lograr el acceso a los escenarios deportivos de representantes internacionales residentes en China, “para que al menos veamos banderas de distintos colores en las gradas”.
TOKIO 2020: UNA LOGISTICA ENDIABLADA Y MAS
Para el miembro del COI no existe evento más complicado de organizar que unos Juegos Olímpicos: hay que poner en marcha 33 campeonatos mundiales a la vez y en un mismo sitio. “Una logística endiablada”, dijo. Y a eso hay que añadirle la “capa adicional” de dificultades que trajo consigo la pandemia mundial del coronavirus, que incluyó la inédita postergación por un año de los Juegos.
Las claves para finalmente organizarlos fueron la flexibilidad, la reducción de la carga de gente y garantizar la seguridad de todo el personal y de todos los deportistas, incluyendo su salud mental, comentó.
En Tokio estuvieron casi 11.000 atletas y 15.000 periodistas. Entre el 1 de julio y el 8 de agosto se realizaron durante los Juegos 700.000 test PCR al entorno acreditado. De ellos, 31.000 diarios y 43.000 a la llegada al aeropuerto, a pesar de contar con una tasa de vacunación del 85 por ciento entre los visitantes.
En total, hubo 67 positivos en la burbuja (37 al aterrizar), de los cuales 33 fueron atletas, con 22 que se tuvieron que retirar.
“Ninguna competición fue aplazada, ni cancelada, ni retrasada”, destacó el hijo del que fuera presidente del COI, Juan Antonio Samaranch Torelló, entre 1980 y 2001.
Aunque lanmentó la falta de público en las gradas, “más pena habría sido no tener Juegos o atletas”, insistió, antes de recordar que se salvaron muchos sueños ya que el 70 por ciento de los deportistas olímpicos lo son tan sólo una vez .
Al hablar del futuro, Samaranch dijo esperar después de Pekin 2022 “un escenario estable” con París 2024 (”va a traer sorpresas, con el espíritu olímpico fuera de los estadios”), Milán-Cortina d’Ampezzo 2026 y Los Angeles 2028.
“Nos quedan los Juegos del 30 por definir”, afirmó, para inmediatamente reiterar su optimismo en el proyecto Barcelona-Pirineos.
Samaranch reveló que esos Juegos podrían tener un presupuesto de 1.800 millones de euros (poco más de 2.000 millones de dólares), de los que el COI aportaría más de 1.000 millones de euros, mientras que el resto provendría de entradas y spónsors. “Es una cuenta que está asegurada”, precisó.
En este contexto, el funcionario remarcó que ha cambiado el modo de ver el deseo de las ciudades a organizarlos: “Aahora ya no hablamos de si hago los Juegos, gastaré mucho dinero y no tendré hospitales. Ahora, si se hacen los Juegos, podrá haber más hospitales”.
Recordó que en unos Juegos hay dos presupuestos, el de los propios Juegos y el de las inversiones que no corresponden al comité organizador. De acuerdo a este segundo presupuesto, sostuvo que un territorio que quiera organizar los Juegos tiene que tener un programa de uso de las instalaciones en los próximos 30 años o 50 años, por lo que “ningún territorio tiene que invertir en instalaciones directamente para los Juegos”.
Además, precisó que “no hacen falta ni trenes carreteras nuevas, ni aeropuertos”, en la región. “Si un territorio quiere usar los Juegos como catalizador para su programa de inversiones ya previsto, alabado sea”.
Por su parte, el presidente del COE, Alejandro Blanco, insistió en que “todo lo que se hace tiene un legado”, y destacó que, ahora “no todos los eventos tienen que estar concentrados, sino que se puede ir a otras instalaciones, o incluso salir a otros países, siempre que sea posible por una cuestión geográfica”.
“Hay directrices adaptadas a los tiempos reales, un salto cuantitativo y cualitativo para que toda la sociedad entienda que es rentable tanto del punto de vista económico, como de imagen de país o puestos de trabajo”, remarcó.
“El movimiento olímpico siempre tendrá regiones dispuestos a organizarlos, podemos estar tranquilos”, sentenció Blanco quien recordó que en la Agenda 2020 establecida por el COI en 2014 se reflejaron parámetros para la consecución de una sede olímpica que fueron postulados ya anteriormente en la candidatura de Madrid a los Juegos de 2020.
Durante su intervención en el Fórum Olímpico, Blanco ponderó el sacrificio, paciencia y el bien hacer de todos los deportistas durante la pandemia con vistas a alcanzar unos Juegos Olímpicos.
Salt Lake City, Sapporo, Vancouver, Ucrania y Barcelona-Pirineos se presentan como las pretendientes a la fiesta invernal del 2030 en esta “nueva era”, una cita que ya ha sido acogida en las tres primeras ciudades.
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