La pandemia del covid-19 está siendo controlada en varios países -y en muchos no, en muchos casi no hay vacunas-, pero en enero de 2022 el deporte podría volver a encontrarse con un serio problema, en particular el tenis y su máximo referente, el serbio Novak Djokovic. Y no solo él.
Daniel Andrews es un político laborista que ejerce como premier del Estado australiano de Victoria desde 2014. Sus medidas anti covid han sido de las más duras del mundo. A principios de 2021, el Abierto de Australia debió ser trasladado a febrero y los jugadores se sometieron a una estricta cuarentena previa de dos semanas.
Este año se mantendrán las fechas habituales, la segunda quincena de enero, pero el primer Grand Slam de la temporada podría quedarse sin muchos de los protagonistas, porque los medios australianos coinciden en que Andrews impondrá la obligatoriedad de la vacunación para los participantes en el torneo.
“La medida del gobierno se produjo después de que el jefe de Tennis Australia, Craig Tiley, pasara meses planteando su preocupación por un mandato debido a su potencial para rechazar a un grupo de jugadores de alto nivel que se resisten a la vacunación”.
“El señor Tiley se ha resignado desde entonces y está cooperando con el gobierno, según cuatro fuentes gubernamentales y deportivas que hablaron de forma anónima para detallar las negociaciones confidenciales”, escribió “The Age”.
La situación podría, potencialmente, impedir que Djokovic aspire en 2022 al Grand Slam, hazaña que rozó en 2021 antes de caer en la final del US Open ante el ruso Daniil Medvedev. La conquista del Grand Slam -los cuatro grandes torneos del tenis en una misma temporada- no es posible si se falla ya en Australia. Ni hablar en caso de que el serbio no pueda jugar.
Djokovic, que fracasó en agosto en Tokio en su intento de conquistar el oro olímpico, suma 20 títulos de Grand Slam, una cifra récord que comparte con el suizo Roger Federer y el español Rafael Nadal. Ninguno de ellos dos jugó en septiembre en Nueva York, pero esperan estar listos para la temporada 2022. A diferencia de Djokovic, Federer y Nadal abogan por la necesidad de vacunarse y ellos mismos se han inmunizado.
En septiembre en Nueva York, Djokovic fue preguntado acerca de si vacunarse debería ser una obligación o una decisión personal. “Espero que la cosa se mentanga así”, dijo el número uno del mundo, en referencia a la decisión de los circuitos de la ATP y la WTA de no hacer obligatoria la vacuna.
Esto ha llevado a que, según estimaciones de especialistas, ya que no hay cifras oficiales, apenas la mitad de los jugadores del circuito se hayan vacunado. El francés Gilles Simon, que argumentó que si uno se siente bien no ve “la urgencia” de vacunarse, fue descalificado del US Open tras dar positivo su entrenador, definido como “contacto estrecho”.
Lo contradictorio de la situación en ese torneo fue que los espectadores mayores de 12 años debían presentar su certificado de vacunación para ingresar a las instalaciones.
El griego Stefanos Tsitsipas es otra de las estrellas del tenis que desató controversias con su postura en contra de las vacunas.
“No estoy en contra de las vacunas, pero no veo ninguna razón para que alguien de mi edad lo haga -no se ha probado lo suficiente y tiene efectos secundarios- mientras no sea obligatorio, cada uno puede decidir por sí mismo”, dijo el finalista de Wimbledon a la prensa griega en Cincinnati en agosto.
La reacción del gobierno griego no se hizo esperar.
“No tiene los conocimientos ni los estudios necesarios para evaluar la necesidad de la vacunación”, dijo el portavoz del gobierno, Giannis Oikonomou.
“Stefanos Tsitsipas es un gran atleta, su capacidad deportiva y su contribución al deporte en el país es incuestionable.
“Sin embargo, lo que está en juego es su capacidad para evaluar la necesidad de la vacunación o si la vacuna ha sido probada durante un periodo de tiempo suficiente. Y ... no tiene ni los conocimientos ni los estudios ni el trabajo de investigación que le permitirían formarse una opinión al respecto”
Además de Federer y Nadal, el británico Andy Murray, otro ex número uno, se destaca en su campaña a favor de la vacunación y sus críticas a aquellos que no quieren inmunizarse.
En este contexto, el Abierto de Australia podría regresar en 2022 a lo que le sucedía en los años ‘70 y principios de los ‘80, cuando buena parte de los mejores jugadores no lo disputaban.
“Tiley dijo que no íbamos a conseguir jugadores estrella y el gobierno estatal le dijo, en lenguaje llano, ‘chúpate esa’”, dijo una fuente con conocimiento directo de las negociaciones. “Capitularon”, escribió “The Age”.
A mediados de 2020, Djokovic organizó una serie de exhibiciones en países de los Balcanes que terminaron con varios de los protagonistas y él mismo contagiados. El serbio no ha aclarado hasta el momento si finalmente se vacunó, pero sus declaraciones en torno al tema y la visión que tiene de la vida en general permiten concluir que no lo hizo.
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