Lo que sucede en la Liga Concacaf, el segundo torneo en importancia a nivel de clubes en Norte, Centroamérica y el Caribe, no trasciende habitualmente más allá de la región, aunque de tanto en tanto hay excepciones: ninguna, eso sí, del calibre del escándalo que involucró al vicepresidente de Surinam.
La Concacaf (Confederación Norte, Centroamericana y del Caribe de Fútbol), una de las seis confederaciones de la FIFA, anunció este fin de semana la descalificación del Inter Moengotapoe, de Surinam, y del Olimpia de Honduras tras un partido en Paramaribo en el que se vio a Ronnie Brunswijk, uno de los jugadores del Inter, repartiendo dinero en el vestuario de los hondureños, que habían ganado por 6-0.
Brunswijk, de 60 años, es presidente, dueño del Inter y jugó 55 minutos del encuentro. Es, además, el vicepresidente de Surinam, y en la noche del partido estaba a cargo de la presidencia debido a un viaje del presidente.
En un comunicado, la Concacaf dijo que ambos clubes fueron expulsados con “efecto inmediato” y que a Brunswijk, que compartió equipo con Damian, uno de sus hijos, se le prohíbe participar en cualquier competencia oficial de la Concacaf por tres años.
Tras estudiar el video que reveló los hechos y considerar las declaraciones escritas proporcionadas por ambos clubes, la Concacaf concluyó que se produjeron graves violaciones de las reglas de integridad después del partido.
“Como consecuencia de estas violaciones a las reglas, ambos clubes han sido descalificados y removidos de la Liga CONCACAF de este año con efecto inmediato. Además, el Comité ha dictaminado que el señor Ronnie Brunswijk tiene prohibido por tres años participar en cualquier competencia de Concacaf”.
La investigación seguirá en curso y otras personas podrían ser sancionadas, añadió la confederación que preside el canadiense Victor Montagliani.
Lo cierto es que pocos guionistas de Hollywood se hubieran atrevido a tanto. Aunque se encuentra en América del Sur, Surinam no compite en los torneos internacionales de esa región y se adscribe al Caribe.
Nadie imaginó que la noche del partido se convertiría en una velada rocambolesca, que comenzó con Brunswijk en la cancha a sus 60 años como delantero, con el número 61 en su camiseta como símbolo del año en que nació, y el brazalete de capitán.
En ese momento Brunswijk era el presidente en ejercicio de Surinam, pues el mandatario Chan Santokhi se encontraba en Nueva York para la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Los jugadores habían aprobado la solicitud de Brunswijk de participar en el partido durante quince minutos, pero finalmente lo hizo por 55 en el estadio que lleva su nombre.
De esta forma se convirtió en el jugador más longevo (60 años y 198 días) en disputar un partido internacional oficial y lo hizo con uno de sus numerosos hijos, Damián, número 10, de acompañante en la delantera.
Según un perfil del “New York Times”, Brunswijk ha sido “un paracaidista de élite, un jugador de fútbol, un ladrón de bancos buscado, un líder guerrillero, un barón del oro y padre de al menos 50 hijos durante su vida”.
“Su madre ha dicho que tiene tanta descendencia, que personas desconocidas a veces le piden abrazarla, alegando ser sus nietos”, escribió la publicación.
Brunswijk es un influyente empresario, posee una isla privada en el río Marowijne, tiene seis minas de oro y desde julio de 2020 es vicepresidente de Surinam. Fundó y dirigió el grupo rebelde Comando de la Selva, que buscaba liberar al país de la dictadura militar, durante la llamada Guerra Interior a finales de la década de 1980. Brunswijk se convirtió en uno de los primeros 12 paracaidistas de Surinam y fue enviado para entrenamiento militar a Cuba, de acuerdo al NYT.
En 1999 un tribunal holandés lo acusó de tráfico de drogas y lo condenó en ausencia a ocho años de prisión. Como Surinam no extradita a sus ciudadanos, Brunswijk permaneció en libertad. En Francia también lo amenazan con la cárcel por un cargo similar, mientras que en Surinam lo enjuiciaron por un presunto robo a un banco durante la Guerra Interior.
Brunswijk negó su culpabilidad en todos los casos y ha dicho que adquirió su riqueza a través del comercio de oro. También se comenta que es conocido con el apodo de “Robin Hood”.
En noviembre de 2005 fue suspendido cinco años por amenazar al presidente de un club de fútbol con una pistola durante un partido, pero la sanción se retiró “por falta de pruebas”. En junio de 2012 fue suspendido por un año al actuar violentamente hacia un árbitro y un jugador.
Después del partido del martes 21 de septiembre, un Brunswijk sin camiseta se personó en el vestuario de los hondureños para entregar dinero en efectivo a los jugadores del Olimpia, según se aprecia en un video, que se convirtió en viral al punto de ser visto por los de la Concacaf, que inmediatamente pidió una investigación .
En su versión al medio local “Starnieuws”, Brunswijk restó importancia a su gesto con los visitantes. “Creo que el club hondureño ha hecho un gran fútbol, y como el jugador de mayor edad he recompensado a los integrantes”, dijo.
Aclaró que había consultado con un responsable del grupo y que este estuvo de acuerdo. “Le di a cada jugador 100 dólares a través de él. Hubo 33 personas involucradas”, explicó.
Brunswijk dijo la semana pasada que la Concacaf era libre de realizar la investigación. “Debido al Covid no hemos podido celebrar ningún partido durante casi un año y medio y estoy agradecido de que Olimpia quisiera venir a Surinam. Le he mostrado mi gratitud y lo hago. No sé quién filmó el video y lo colocó en las redes sociales”, dijo el dueño del club.
El medio escribe que después de que el entrenador hondureño recibió los 3.300 dólares, un jugador gritó que había marcado dos goles y Brunswijk lo recompensó, al igual que al portero, con 200 dólares por no haber permitido goles.
“No veo nada malo en mostrar mi gratitud de esta manera”, dijo Brunswijk, que añadió que podría haber jugado todo el partido, pero decidió salirse minutos después de la segunda mitad.
Los jugadores del Olimpia regresaron a casa sin dar declaraciones a la prensa. La directiva del club en un comunicado, expresó haber tomado las medidas aplicables del caso “para garantizar la integridad de sus actuaciones”.
Una de esas medidas parece ser la contratación de un abogado costarricense, Aquiles Mata, para que lo represente en la defensa del polٞémico caso.
En un comunicado, el club reconoció su “error”.
“Los incidentes que se llevaron a cabo en el camerino de nuestro club posterior al partido del 21 de septiembre ante el Inter Moengotapoe en Surinam sin duda que fueron un error”, dijo el Olimpia en un comunicado oficial.
“En nuestra institución aceptamos que se cometieron errores de parte de algunos de nuestros integrantes esa noche, que no representan los valores y principios del club”, añadió el escrito.
El club anunció que el dinero que recibieron los jugadores “será donado durante esta semana a la Fundación Hondureña del Niño con Cáncer” de Tegucigalpa.
Osman Madrid, responsable del equipo centroamericano, dijo no haber autorizado ni haber estado involucrado en los actos del vestuario, ni tampoco el director técnico argentino Pedro Troglio, fuera del camerino en ese momento.
Lo sucedido en Paramaribo alcanzó repercusión mundial por el video difundido. “De haber nacido estadounidense, Brunswijk ya tendría una gran película made in Hollywood”, escribió “La Voz de Galicia”.
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