Afganistán no competirá en los Juegos Paralímpicos de la próxima semana pero un nadador afgano va rumbo a Tokio…y con grandes pretensiones.
Al amanecer de este martes Abbas Karimi tomó un vuelo de American Airlines hacia la sede olímpica como integrante del Equipo Paralímpico de Refugiados de seis deportistas.
“El viaje comienza. Tokio 2020” suscribió Karimi en sus redes sociales debajo de una foto junto a Marty Hendrick, un entrenador de primer nivel en Fort Lauderdale, Florida, donde vive el deportista afgano.
Nacido sin brazos, Karimi es un campeón nadando, se viste, maneja un auto e incluso escribe con sus pies. Tiene Facebook.
Cuando este atleta, oriundo de Kabul, llegue a Tokio su pensamiento no estará centrado sólo en la piscina. Nuevamente los talibanes han vuelto al poder en su país tras una guerra de 20 años y está preocupado por su familia y sus amigos.
Precisamente la grave situación política actual en su nación ha causado el retiro de Afganistán de los Juegos Paralímpicos en los que había inscrito a dos paraatletas en Taekwondo, uno de ellos, Zakia Khudadadi, hubiera sido la primera mujer en representar a Afganistán en la historia de estos certámenes.
Al hacer el anuncio de esta ausencia el Comité Internacional Paralímpico dijo que “todos los aeropuertos están cerrados y no hay forma de que viajen a Tokio”.
No quedó claro si aún podría el CIP realizar alguna gestiٗón más para ayudar a la participación afgana.
Por lo pronto Karimi estará también representando a Afganistán.
Espera convertirse en el primer atleta del Equipo Paralímpico de Refugiados en ganar una medalla cuando participe el 27 de agosto en la prueba de 50 metros mariposa y tres dias después en los 50 metros estilo espalda.
Ya en 2017 durante el Campeonato Mundial de Para Natación en México fue el primer refugiado en ganar una medalla internacional cuando obtuvo plata en la categoría S5, definida para los nadadores que tienen una coordinación moderadamente limitada, con un movimiento muy restringido de la mitad del torso y de las piernas, o la ausencia de extremidades.
A los 16 años, ya con premios en la natación y donde aprendió a sacarle provecho a sus pies al no tener brazos.,Karimi ideó en secreto un plan para huir de Afganistán con la ayuda de un hermano mayor.
Primero escapó a Irán. Luego inició un angustioso viaje de tres días a través de los montes , hasta llegar a Turquía.
Durante sus cuatro años en Turquía, desde 2013 hasta 2016, Karimi vivió en cuatro campos de refugiados distintos.
Durante su tiempo en Turquía, Karimi ganó 15 medallas, incluyendo dos campeonatos nacionales. Sin embargo, no estaba habilitado para competir internacionalmente porque no tenía pasaporte ni la documentación requerida.
Según www.paralympic.org , en septiembre de 2015, Mike Ives, un profesor jubilado y antiguo entrenador de lucha libre en los Estados Unidos vio un video de Karimi publicado en Facebook. Karimi demostraba sus habilidades en natación y le pedía al gobierno de Afganistán que lo apoyara para poder representar al país en los Juegos Paralímpicos Río 2016.
Ives le envió a Karimi un largo mensaje alentándolo a que fuera a Portland en los Estados Unidos, para apoyarlo.
Ives trabajó con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) para conseguir la documentación requerida y ayudó a Karimi a reubicarse en Portland en 2016.
Tras su medalla de plata de México 2017, en su segundo Campeonato Mundial en Londres en 2019 finalizó sexto. Poco después por la muerte de su padre volvió a Afganistán por 11 días. A su regreso a EE.UU, se mudó a Fort Lauderdale con el sueño de ser campeón paralímpico y encontró a Marty Hendrick, quien le prometió ayudarle para transformarlo en un nadador más veloz.
Y las cosas han salido bien porque fue convocado al Equipo Paralímpico de Refugiados.
“Quiero llegar al podio en Tokio. No voy sólo a competir. Odio perder”, dijo Karimi, este año nombrado “Colaborador de alto perfil” de la Agencia de Refugiados de la ONU (ACNUR).
La selección paralímpica de refugiados está formada por una mujer y cinco hombres: Alia Issa, Ibrahim Al Hussein, Parfait Hakizimana, Abbas Karimi, Shahrad Nassajpour y Anas Al Khalifa, que competirؘán en Para atletismo, Para natación, Para canoa y Para taekwondo.
Ellos serán el primer equipo en ingresar al Estadio Olímpico de Tokio durante la Ceremonia de Apertura el 24 de agosto.
La Jefa de Misión del EPR será una refugiada cubana y excompetidora paralímpica por Estados Unidos, la joven arquitecta Ileana Rodríguez.
Como nadadora vistió el uniforme de las barras y las estrellas por primera vez en los Juegos Parapanamericanos de Guadalajara en 2011 y un año después en los Juegos Paralímpicos de Londres.
Desde los Juegos Parapanamericanos de Toronto -2015 ella representa a los deportistas en el ejecutivo del Comité Paralímpico de las Américas.
Rodríguez vive en Miami desde que llegó de la isla caribeña hace 20 años. En Matanzas, su ciudad natal, cercana a la famosa playa de Varadero, ella desarrollaba su talento como nadadora y en la escuela de ballet hasta que a los 13 años una enfermedad imprevista le paralizó sus piernas.
Rodríguez arribó a la Florida en silla de ruedas pero sus sueños avanzaron hasta hacerse realidad y disfruta hoy de otro momento especial de su vida con esta designación en Tokio y al frente de jóvenes, cada uno con una memorable historia que contar.
′′Cuando haga el podio, voy a hacer felices a muchos refugiados en todo el mundo. Por mí, sentiré que soy un león, alguien que siempre lucha duro y nunca se rinde sin importar qué.” dice Karimi, el afgano de la comitiva.
“Creo que Dios tomó mis brazos por error, pero me dio un talento en mis pies”.