¿Quién será el nuevo Usain Bolt? Un italiano, Lamont Marcell Jacobs. ¿Quién será la nueva Jamaica? Italia.
Las preguntas previas a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 ya tienen respuesta, pero el tono “azurro” es toda una sorpresa. No era precisamente lo que los expertos habían pronosticado.
El oro en los 100 metros de Jacobs y el logrado en la noche del viernes en los relevos 4x100, por apenas una centésima de segundo sobre el Reino Unido, ponen a Italia en una situación inédita. Ninguno de los protagonistas de hoy había nacido cuando Pietro Mennea, en un contexto de boicot, ganó el oro en Moscú 80.
Gianna Nannini cantaba en el Mundial de 1990 “Un estate italiana”, un verano italiano, para un sueño que no se concretó: Italia perdió en semifinales del Mundial en su casa con la Argentina de Diego Maradona.
Aquella canción que se le atragantó a los “azzurri” en el San Paolo hace 31 años sonó en estos días en el Estadio Olímpico de Tokio y en muchas otras sedes: Italia esta octava en el medallero, con un récord de 38 preseas, diez de ellas de oro. Por eso Jacobs dice que este sí será un “verano italiano”.
“Italia entera. Este año es para Italia. Eurovisión, fútbol europeo, ahora nosotros...”.
¿Cuál es tu equipo de fútbol?, le pregunta Around the Rings al velocista nacido en Estados Unidos, pero que desde los 18 meses vive en Italia. A Jacobs, de hecho, le cuesta hablar inglés fluidamente.
“¡Italia es mi equipo! Voy al estadio a ver a la selección. Es una buena… ¿cómo se dice? ¡Buena energía para nosotros!”.
“De seguro esto es una gran, gran, gran fiesta para toda Italia”. ¿Con vino italiano? “Sí, sí, sí”, exclama Jacobs, que a los 26 años está viviendo el gran momento de su carrera deportiva.
Italia está siempre lista para una gran fiesta, sobre tod0o en estos días ene Japón, y el equipo masculino de la posta 4x100m es un ejemplo de aquello. Después de atrapar el oro en una final dramática en el Estadio Olímpico, celebraron con los fans.
Cierto, todos esos “fans” tenían credenciales colgadas al cuello, porque no hay espectadores reales en los Juegos japoneses, pero la delegación italiana hizo el ruido suficiente para ser escuchada en el otro extremo del estadio.
Los atletas -Lorenzo Patta, Jacobs, Eseosa Desalu, y Filippo Tortu– hablaron con Around the Rings en una conversación relajada, repleta de bromas y risas. Y con su mejor inglés, aunque con un fuerte acento italiano, por supuesto.
Filippo Tortu, de 23 años, congeló el cronómetro en 37,50 segundos. Campeones olímpicos con récord nacional. ¿Qué pasó por su cabeza en la recta final?
“Sólo pensé en relajar todo mi cuerpo, estar calmado. No lo sé, es un oxímoron. Sólo pensé en relájate y vas a ganar”.
Un pique similar a Valentino Rossi sobre su motocicleta, o al de un Fórmula 1 que acelera hacia la bandera a cuadros.
“Siii, como una Ferrari yo creo. ¡Pero acá somos cuatro Ferrari! No sólo uno, porque si crucé la línea primero, es porque tuve un gran equipo detrás de mí, que me empujó a la meta. Sólo me mantuve tranquilo y…”. Tortu le pide a su compañero Lamont Marcell Jacobs que lo ayude con la traducción: “Se c’è qualcuno di fianco me lo voglio mangiare?”.
“Cuando tienes a alguien corriendo al lado tú quieres…”, dice Jacobs justo antes que Tortu continúa: “¡Me lo quiero comer!”.
El cuarteto italiano ríe. La cena de Tortu –el británico Nethaneel Mitchell-Blake– quedó tan sólo a una centésima atrás, con 37.51. Tortu lo persiguió hasta alcanzarlo justo sobre la línea, estirando el pescuezo, poniendo el pecho hacia adelante y soltando los brazos.
“Cuando vi al chico inglés al lado mío… es un gran tipo, es mi amigo. ¡Pero me lo quise comer!”, cuenta el velocista. Pero la comida italiana, añade, sabe mucho mejor.
Trabajar duro y soñar en grande es la clave para Jacobs, más feliz con la medalla dorada en los relevos que con la que ganó individualmente el domingo en los 100 metros.
“Esa es la verdadera fórmula. Porque creímos de verdad atacar y tomar el oro”.
Por ahora, no habrá tiempo para una fiesta a la italiana. Justo después de los Juegos parte a Eugene, Oregon, a correr en una fecha de la Diamond League. Pero cuando retorne a casa, grandes celebraciones vendrán: Jacobs es fanático de los tatuajes.
“Claro, claro. Gané dos medallas acá, en 100, con el equipo. Me voy a tatuar todo mi brazo, yo qué sé, con las dos medallas, quizás los anillos… oro”.
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