TOKIO - En medio de un glorioso atardecer en Tokio, un grupo de jóvenes ágiles y fibrosos charlaba animadamente, señalando una extraña pared y balanceando ampliamente sus brazos y piernas. No parecían los Juegos Olímpicos. Pero son los Juegos, cada vez más.
Ese muro y otros lugares -un parque de hormigón ondulado, una canasta de baloncesto en medio de la ciudad o una playa con potentes olas- son la gran novedad de Tokio 2020 y de los Juegos que se avecinan.
Esos jóvenes estaban analizando las dificultades de la inminente prueba a la que se iban a enfrentar, pero en lugar de guardarse ese análisis para sí mismos, en lugar de ocultar los datos que pueden marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso, celebraban una especie de asamblea de vecinos y compartían las conclusiones.
¿Es imaginable eso en el fútbol, el tenis, el baloncesto u otros deportes? Quizá por eso la escalada, el skate, el surf, el baloncesto 3x3 o el ciclismo BMX fueron premiados con la sensación de tener público en unos Juegos sin espectadores.
La llamada “familia olímpica”, así como los medios de comunicación, acudieron en gran número a las sedes de esos deportes que Tokio eligió para sus Juegos en septiembre de 2015 y que Buenos Aires, con sus Juegos de la Juventud, mostró con un nivel y un despliegue asombroso en 2018.
Así, ante un logro, un triunfo o una medalla, los aplausos sonaron lo suficientemente fuerte como para que los protagonistas sintieran que no estaban ni solos ni perdidos en Tokio.
Además del karate, también una incorporación a los Juegos, aunque tradicional, los nuevos deportes, relajados y distendidos, se confirmaron como un éxito del Comité Olímpico Internacional (COI) y de su presidente, Thomas Bach. Y no sólo por el toque “cool” que aportan a los Juegos, sino también por lo que muestran a otros deportes y a otros atletas.
“Ya no podemos instalarnos en un sitio y esperar a que la gente venga, tenemos que ir a donde la gente está”, dijo Bach este viernes durante una rueda de prensa en Tokio al ser preguntado por el éxito del debut de los nuevos deportes y por la influencia de Buenos Aires 2018. Traducido: o los Juegos cambian desde dentro o nos cambian desde fuera.
“También es un resultado directo de la excelente experiencia de los Juegos Olímpicos de la Juventud, especialmente los de Buenos Aires 2018. El concepto de este parque urbano nos ha ayudado mucho para Tokio”, añadió el presidente del COI.
Más allá de la abundante presencia de la familia olímpica y de los medios de comunicación, el éxito de los nuevos deportes se debió también al ambiente que se vivió en ellos, a la forma en que, podría decirse, vibraron.
Si en el fútbol, el tenis, el baloncesto o el voleibol, deportes muy profesionales, se ven a menudo gestos de enfado, gritos, patadas y exabruptos graves, los debutantes en los Juegos eran diferentes: además de ayudarse, animarse, ayudar al rival a levantarse si se caía, se alegraban al final y felicitaban al ganador.
Si eso no es el espíritu olímpico, ¿dónde está entonces?
Bach admitió, sin embargo, que tenía dudas en aquel momento, a pesar de haber sido un firme partidario de la renovación olímpica a través de la “Agenda 2020”.
“Todavía recuerdo las discusiones, de ambas partes. Había escepticismo por parte de la comunidad del skate y había escepticismo por nuestra parte. No sabían si realmente les iba a gustar, si debían respetar las mismas normas y reglamentos que otros 10.000 atletas. Y por nuestra parte era lo mismo, ¿estamos preparados para los skaters?
Lo estaban, y son deportes que han llegado para quedarse. En París 2024 se incorporará el breakdance o freestyle, que cuando se aprobó para el programa asombró a muchos. Tony Estanguet, al frente de estos Juegos, piensa lo mismo que Bach: no se pueden ignorar los gustos de la juventud si se quiere que los Juegos, que podrán ser los de la era moderna pero tienen ya 125 años, mantengan su fuerza, su atractivo y su vitalidad.
“The Guardian” lo analizó desde un ángulo original: “Al notar el aumento de la popularidad de la escalada y la proliferación de gimnasios cubiertos, la escalada se añadió al programa para Tokio en 2016 y el COI se alegró sin duda cuando Free Solo, la película documental sobre el intento de Alex Honnold de escalar El Capitán en el Parque Nacional de Yosemite, ganó un Oscar en 2019”.
Otro caso paradigmático es el del surf. “Salimos a buscar una ola y nos encontramos con cuatro”, explica a Around the Rings el argentino Fernando Aguerre, presidente de la Asociación Internacional de Surf (ISA).
A la ola de Tokio 2020, que ya se ha remado con éxito en las playas de Tsurigasaki, se unirá la de Teahupo’o, en Tahití, una de las más deseadas del mundo y que formará parte de París 2024, así como las playas californianas de Los Ángeles 2028 y las australianas de Brisbane 2032.
Sí, en medio del silencio de Tokio se estaba gestando una pequeña revolución. Y a ella se unió la explosión de los eventos mixtos. Pruebas como el relevo mixto por equipos de 4 x 400 metros (pista), el relevo mixto por equipos de 4 x 100 metros (natación), el triatlón por equipos mixtos, el judo por equipos mixtos y el tiro al plato por equipos mixtos debutaron en los Juegos en un histórico “súper sábado” el 31 de julio.
Hombres y mujeres compitieron juntos en los mismos equipos por las mismas medallas. Como señala “Sports Illustrated”: “Esta no es una idea nueva en el programa olímpico (se jugó al tenis en dobles mixtos en los Juegos de 1900 en París, aunque el evento desapareció desde 1928 hasta 2008), pero es evidente que ha ganado en énfasis”.
Tokio 2020 contó con 18 eventos de género mixto en tiro con arco, atletismo, bádminton, hípica, judo, vela, tiro, natación, tenis de mesa, tenis y triatlón. Además, cuatro federaciones internacionales han pasado por primera vez a pruebas con equilibrio de género: canoa, remo, tiro y halterofilia.
En una sociedad que es hoy más consciente que nunca de la necesidad de acabar con la desigualdad de género, ver a hombres y mujeres competir por las mismas medallas y abrazarse alegremente al final, o consolarse si las cosas no salían como se esperaba, fue refrescante.
Con los nuevos deportes y las pruebas mixtas, puede decirse que el espíritu de los Juegos de la Juventud entró en los Juegos de la tercera edad, y con toda su fuerza. Y todo indica que en los próximos años seguirán cambiando los Juegos desde dentro para que no los cambien desde fuera.
“Lo que se ve con los Juegos de la Juventud es que no son sólo atletas jóvenes, sino que abrazan, con alegría, formar parte de algo más grande, ser parte del equipo, no ser tan individuales todo el tiempo”, dijo Bach. “Y si has estado en la villa olímpica esto es algo que no olvidas en tu vida y que te cambia la vida”.
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