El tema de los niveles de testosterona en las atletas se salía de control cuando Caster Semenya irrumpía en la escena. La sudafricana, campeona mundial en 800 metros planos el 2009, acaparaba portadas, debates y un sinnúmero de críticos hablando de ella. Era apartada de competiciones y luego la dejaban volver. Fue doble campeona olímpica y se mantuvo en el atletismo hasta que los líos ante tribunales internacionales le impidieron continuar en su disciplina. Se cambió al fútbol.
La IAAF implantó en 2019 nuevas normas para darle un marco a los casos de atletas mujeres que presentaran altos niveles de testosterona, a menos que se sometan a tratamientos para bajar esos índices. La velocista namibia Christine Mboma está en ese grupo, impedida de competir en la pista en distancias de mediofondo.
En la noche del miércoles, en los 200 metros planos llegando detrás de la estrella jamaiquina Elaine Thompson, la africana anotaba 21,97 segundos. Un nuevo récord mundial sub 20, la primera en bajar la barrera de los 22. La namibia se enfocaba en el doble hectómetro tras no poder competir en los 400 metros. En abril había anotado la séptima mejor marca de la historia y récord del mundo juvenil (49.22 segundos).
En la previa, el ex velocista polaco Marcin Urbas, sin medallas mundiales ni olímpicas, lanzaba una declaración tan picante como ofensiva en sus redes sociales. “Mboma tiene parámetros de un chico de 18 años. A esa edad yo corría en 22,01 y ella hizo 21,97. Me gustaría pedir una prueba a fondo, para que estemos seguros de que es una mujer, y si lo es, se debe aplicar un tratamiento de reducción de testosterona”, expuso el retirado deportista. La aludida lo ignoró.
“No estoy preocupada en responderle a ninguna persona. Yo sólo me enfoco en mí misma. Son mis primeros Juegos Olímpicos y estoy feliz con una medalla de plata. No le he prestado atención a las críticas que hacen de mí. Sólo me concentro en mi trabajo y mi futuro”, dijo Mbema a Around The Rings después de recibir su presea. Se la veía tan contenta como tranquila: la medalla es suya.