Mientras Gianni Infantino mueve todos los hilos posibles para avanzar en la idea de un Mundial de fútbol cada dos años, Aleksandr Ceferin y Alejandro Domínguez no se quedan quietos y anunciaron este martes un proyecto en el que vienen trabajando desde hace mucho tiempo: la final de campeones entre el ganador de la Eurocopa y el ganador de la Copa América.
Así, Italia y Argentina deberán medirse en un partido con fecha y sede a definir, en un partido que ingresa en lo que FIFA considera su territorio, el de los choques entre diferentes confederaciones.
Bajo el en apariencia inofensivo encabezado de “la Conmebol y la UEFA amplían su cooperación”, las entidades con sede en Asunción y Nyon firmaron un comunicado conjunto que es de una enorme potencia política, todo un desafío a Zurich.
“La CONMEBOL y la UEFA han anunciado hoy la ampliación de su actual cooperación, así como la organización de un partido entre el ganador de la CONMEBOL Copa América 2021, Argentina, y el ganador de la Eurocopa 2020, Italia, durante la ventana internacional de Junio de 2022 en una sede a confirmar”, dice el comunicado en su primer párrafo.
Pero el asunto no se termina ahí: “El acuerdo alcanzado por ambas organizaciones abarca actualmente tres ediciones de este partido entre los respectivos ganadores continentales, e incluye también la apertura de una oficina conjunta en Londres, que se encargará de coordinar los proyectos de interés común”.
Y el remate concreta el desafío a la FIFA, ente rector del fútbol mundial y que históricamente no admite interferencias en su área.
“Con este acuerdo, la CONMEBOL y la UEFA expresan su compromiso con el desarrollo del fútbol más allá de sus zonas geográficas, como un puente que une personas, países, continentes y culturas. El Consejo de la CONMEBOL y el Comité Ejecutivo de la UEFA también expresaron su firme voluntad de seguir colaborando en otros asuntos de interés mutuo en el futuro”.
Entre los “otros asuntos de interés mutuo en el futuro” figura en primer término la propuesta de Infantino, presidente de la FIFA, de que la Copa del Mundo se juegue cada dos años en vez de cada cuatro, como sucede desde su primera edición en 1930.
El esloveno Ceferin y el paraguayo Domínguez consideran que la propuesta de Infantino “devalúa” la Copa del Mundo, pero además ataca sus propios torneos, la Copa América y la Eurocopa.
El otro gran perjudicado es el Comité Olímpico Internacional (COI) de Thomas Bach, que ve directamente amenazadas sus dos joyas, los Juegos de verano y los de invierno, que se enfrentarían en un mismo año a la competencia comercial y de interés de los espectadores que implica un Mundial.
La FIFA está llevando adelante un amplio proyecto de consultas que incluye en primera instancia a diversos grupos de interés y no a las seis confederaciones continentales.
El partido de campeones entre el ganador de la Eurocopa y el de la Copa América es una idea sobre la que Domínguez y Ceferin conversan desde 2017.
Según pudo saber Around the Rings, ambos presidentes aspiran también a resucitar la Copa Intercontinental que se jugó por décadas entre el ganador de la Copa de Europa (hoy Champions League) y el de la Copa Libertadores. Concretar ese proyecto implica un desafío directo al Mundial de Clubes organizado por la FIFA.
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