¿Seguirá jugando? La pregunta se la hacen buena parte de los aficionados al tenis, y apunta al Roger Federer que acaba de cumplir 40 años. La respuesta es tan sincera como sorprendente: “Todo es todavía un poco incierto”.
“Esta semana me reuniré con mis médicos y mi equipo y luego veremos qué pasa. En este momento, todo es todavía un poco incierto”, dijo el suizo en una entrevista publicada este viernes por el diario suizo “Blick”.
El ex número uno del mundo, hoy en la novena posición del ranking, acaba de terminar sus vacaciones en Suiza. Tras dos operaciones en la rodilla debe decidir si está listo para el US Open, que se juega a partir del 30 de este mes en Nueva York, aunque la decisión quizás sea de más envergadura: ¿seguir jugando o no?
El ocho veces campeón de Wimbledon y oro olímpico en dobles en Pekín 2008 admite que la incertidumbre es una novedad en su carrera.
“Es difícil. Antes era diferente. Las preguntas eran sencillas: ¿Cuál es mi clasificación? ¿Cuál es mi próximo torneo? Hoy es más complicado: ¿Cómo me siento cuando empiezo a entrenar de nuevo? ¿Qué puedo conseguir? ¿Cuáles son mis objetivos? ¿Cómo puedo compaginar todo con la familia? ¿Qué dice el resto del equipo? Hoy estoy mucho más animado que antes, la actitud es diferente. Realmente es completamente diferente de hace diez años”.
Federer está igualado con el serbio Novak Djokovic y el español Rafael Nadal en cantidad de títulos de Grand Slam, 20 cada uno. Tras no estar en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, a los que Nadal también faltó, el suizo debe decidir si disputa una serie de torneos en lo que resta de la actual temporada o trabaja en ponerse en perfecta forma para el 2022. Y, con sinceridad, admite que “la presión es mayor” debido a que ya no es un joven deportista.
“Antes, si tenías la espalda bloqueada, pasaban dos días y todo volvía a estar bien. Hoy en día podría ir por una quincena. Eres más paciente con el dolor que tienes, contigo mismo, con la vuelta a la cancha. Antes dabas por sentado que ganarías un torneo, ahora sabes lo que hay detrás. La presión también es mayor. Es como el boxeo. Tienes muchas menos peleas. Por lo tanto, la concentración en un solo partido es mucho mayor”.
La tranquilidad de Federer, considerado por muchos el mejor tenista de todos los tiempos, asombra a su entrevistadora, Steffi Buchli, jefa de Deportes de “Blick”, el diario de mayor difusión en Suiza.
“Hay que adaptarse. Siempre ha sido así en mi carrera. Los factores cambian: la fama, el éxito, la experiencia, la identidad y ahora esto. Soy un tipo tranquilo que se toma las cosas con humor. Siempre veo lo bueno en cada situación. Si no es bueno ahora, sé que mejorará y podría ser mucho peor. Me va muy bien. Mi familia está sana. Acabo de cumplir cuarenta años y sigo en activo. ¿Quién lo hubiera pensado?”.
Federer se toma con humor el hecho de haber cumplido 40 años el 8 de agosto: “Me sentí sorprendentemente bien. Fue un poco como el milenio, cuando la gente pensaba que las computadoras ya no funcionaban”.
“Me desperté por la mañana, con 40 años, y me di cuenta de que todo seguía igual que el día anterior. Me sentí aliviado. Todo está bien, 40 es una marca que asusta a muchos... De repente tienes 40 años y piensas: “¡Eh, no, increíble!”. De repente me siento muy lejos de mis 20 años. Entonces era un niño. Ahora que tengo 40 años, siento que debo ser más serio. La gente solía mirar a los de 40 años y eran mega viejos. Ahora, de repente, soy uno de ellos”.
Durante la entrevista, Federer mostró sus límites fuera del tenis y se rió de ellos. Admitió ser “sorprendentemente malo” en el karaoke después de intentarlo una vez, y dijo que estuvo a punto de desmayarse cuando un cocinero le pidió que sostuviera una trucha mientras limpiaba sus aletas y vísceras.
“¿Qué quieres que haga? Seguro que no, eso lo tiene que hacer otro”, dijo Federer mientras sostenía el pescado. Cuando el chef aplicó las tijeras, fue demasiado para el campeón de tenis: “¡Esto es un horror! Ni siquiera puedo soportar el sonido. Atención, quizá me desmaye ahora”.
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