En su primer discurso ante el personal de Twitter, Elon Musk dijo que está comprando Twitter para evitar la “lente negativa” de los principales medios de comunicación y que los usuarios de Twitter deben sentirse seguros en la plataforma o no utilizarán el servicio.
El jueves, en un encuentro de toda la empresa, Musk dijo que a las personas les debía gustar estar en Twitter, y si se sentían “acosadas o incómodas”, el producto perdería tantos usuarios que se convertiría en un servicio de nicho.
Su comentario pareció ser un intento de abordar las preocupaciones de que Musk, un autodenominado absolutista de la libertad de expresión cuyos propios seguidores son conocidos por acosar a las personas, convertiría a Twitter en un lugar común de desinformación y odio.
Muchos de los 7.500 empleados de Twitter, que en su mayoría son remotos, están profundamente preocupados por su acuerdo de USD 44 mil millones para adquirir la red social, y es poco probable que esta charla alivie sus preocupaciones.
Los empleados le preguntaron si despediría a la gente, si sus puntos de vista políticos informarían a su liderazgo de la empresa, qué haría para recuperar la confianza y sus puntos de vista sobre la vigilancia del contenido que es dañino pero no ilegal, como la desinformación. También indicó que creía en el modelo de negocio publicitario, del que se había burlado en el pasado. Reiteró su preocupación por el spam y los bots y se describió a sí mismo como un político moderado.
Sobre los despidos, Musk dijo que creía en dirigir empresas como una “meritocracia” y dijo: “Si alguien está logrando cosas, genial, lo amo. Si no, ¿por qué están aquí?”.
Sobre el contenido dañino, reiteró su opinión de que la gente debería poder expresar puntos de vista “extremos” siempre que lo que digan no viole la ley. Pero también pareció eludir las preguntas sobre cómo se debe moderar dicho contenido, diciendo que “el estándar es más que no ofender a las personas, el estándar debería ser que se entretengan”.
La reunión permitió a los trabajadores de Twitter hacer preguntas sobre las intenciones de Musk para la adquisición, lo que ha provocado una intensa protesta interna en los últimos meses, según comunicaciones internas obtenidas por The Washington Post y conversaciones con más de una docena de empleados, que hablaron sobre el tema bajo condición de anonimato para ser sinceros.
Los empleados enviaron preguntas con anticipación y la directora de marketing de Twitter, Leslie Berland, se las planteó a Musk.
La empresa realizó cabildos previos, donde los trabajadores podían cuestionar a ejecutivos y miembros del directorio, a lo largo de la polémica negociación con el multimillonario.
Se esperaba que los empleados preguntaran si Musk contempla despidos, si buscará cambiar el enfoque de la compañía para moderar y vigilar el contenido, y si restaurará la cuenta del ex presidente Donald Trump, según preguntas de eventos pasados. (Musk dijo el mes pasado que restablecería la cuenta de Trump).
Los ejecutivos han desviado algunas de estas preguntas en el pasado y solo han dicho que Musk tiene las respuestas.
Cuando Musk acordó adquirir Twitter y hacerlo privado a fines de abril, sumió a la red social en una crisis. Las acciones de la compañía han caído más de un 25% desde que Musk acordó comprarla a 54,20 dólares por acción. Musk ha sido caprichoso en su enfoque del acuerdo, criticando la plataforma desde su popular cuenta de Twitter. En un tuit, proclamó que el acuerdo estaba “en suspenso” y ha criticado con frecuencia las decisiones relacionadas con el contenido y los productos de la empresa. En repetidas ocasiones ha dicho que Twitter no está divulgando suficiente información sobre la cantidad de spam y cuentas de bots en su servicio.
Con cada nueva pelea, el precio de las acciones de Twitter ha caído, lo que ha provocado que Wall Street especule que Musk podría no cumplir con el trato.
Después de negociaciones prolongadas, Twitter ahora planea compartir montones de datos internos en tiempo real, conocidos como “mangueras contra incendios”, con Musk. Su equipo ha indicado a los asociados que los datos podrían proporcionar pistas clave para ayudarlo a comprender el problema de los bots. Pero los empleados de Twitter dicen que la manguera contra incendios no contiene información que cambiará las estimaciones actuales de bots de la compañía y que el argumento de Musk sobre los bots es una táctica para bajar el precio de las acciones.
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