Las detenciones en la frontera suroeste de los Estados Unidos (EEUU) aumentaron en el mes de noviembre, por primera vez desde el pasado julio. Este aumento se dio principalmente con el arresto de familias migrantes, adultos solteros y menores de edad que viajaban sin protección de sus padres, de acuerdo a datos preliminares de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus siglas en inglés) de EEUU obtenidos por The Washington Post.
CBP realizó más de 173,600 arrestos en la frontera estadounidense con México tan solo en el mes de noviembre, lo que significó un aumento del cinco por ciento respecto al mes anterior. Además, se registró una mayor afluencia durante dicho mes con respecto a lo que se contabilizó en años previos, según las cifras aún no publicadas.
El aumento se debió a un fuerte incremento de migrantes provenientes de Venezuela, situación que rompió el récord que se estableció en octubre; así como las constantes llegadas de Cuba, algunos países de Centroamérica y México.
Sin embargo, las detenciones siguen estando por debajo de las 213,000 que se dieron en julio; incluso, se piensa que algunas personas probablemente fueron arrestadas más de una vez cuando intentaron cruzar la frontera.
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Aproximadamente, la mitad de las personas arrestadas fueron deportadas a su país de origen o a México, en virtud de una orden de salud pública por la pandemia que retuvo el presidente Biden de la administración de Trump.
Sin embargo, los resultados variaron drásticamente según el grupo: casi todos los menores no acompañados y la mayoría de los miembros de familias migrantes pudieron ingresar a los Estados Unidos. Hasta el momento, no está claro cuántos fueron liberados de la custodia con el fin de continuar sus casos de inmigración.
Muestran los datos que dos tercios de los 114,100 adultos que viajaron solos fueron expulsados con la orden emitida bajo el Título 42 del Código de Salud Pública. CBP, que generalmente no responde sobre información no publicada, no atendió a la solicitud de comentarios que se realizó el jueves.
Las últimas cifras muestran que la administración de Biden todavía enfrenta importantes desafíos políticos y humanitarios en la frontera suroeste, esto después de detener a un récord de 1.7 millones de migrantes en el año fiscal que finalizó el 30 de septiembre.
Aunque la Casa Blanca está resistiendo a las críticas públicas por su acercamiento a la frontera, miles de migrantes de América Latina y el Caribe intentan ingresar a Estados Unidos para buscar asilo o trabajo. Biden ha mencionado que quiere construir un sistema de inmigración más humanista, pero también ha dicho que no quiere que “2 millones de personas” se concentren en la frontera.
Texas y otros estados liderados por el Partido Republicano han presentado demandas exigiendo que la administración de Biden arreste y expulse a los migrantes. Estos grupos obtuvieron una gran victoria este año cuando un juez federal ordenó al Departamento de Seguridad Nacional que se reiniciara el programa de “Protocolo de protección al migrante”, el cual requiere que los solicitantes de asilo esperen sus audiencias en México.
Un panel de tres jueces, designados por los republicanos, en la Corte de Apelaciones del Quinto Circuito confirmó esa decisión el lunes y el programa se reanudó este mes.
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La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) y otros grupos en defensa de los migrantes refieren que se debería de permitir que las personas busquen asilo, una vez que arriben al suelo estadounidense. Por su parte, el juez del Tribunal de Distrito de los Estados Unidos, Emmet G. Sullivan, ordenó en septiembre a la actual administración que dejara de expulsar a las familias migrantes, pero un tribunal de apelaciones en DC suspendió el falló; programando para enero una nueva audiencia para escuchar los argumentos.
Sullivan emitió una orden similar en 2020 para menores no acompañados, la cual fue revocada; no obstante, la administración de Biden se ha negado a expulsar a los niños que viajan sin uno de sus padres.
Si bien las detenciones de noviembre fueron más bajas que en los meses del verano, fueron mucho más altas que lo habitual en esta época del año; se registró el doble que en noviembre de 2020 donde se detuvieron a 72,000 personas.
La cantidad de migrantes venezolanos detenidos aumentó a más de 20,000, lo que representó un aumento del 54% con respecto al mes anterior. La administración de Biden ha deportado a pocos migrantes venezolanos, en parte porque las tensas relaciones entre el gobierno estadounidense y el régimen de Maduro limitan la cantidad de vuelos de regreso a ese país.
En cambio, las autoridades han expulsado a miles de haitianos, aunque el número de intentos de reingresar al país parece haber disminuido drásticamente. Aproximadamente 1,000 haitianos fueron detenidos en la frontera durante el mes de noviembre, luego de un declive constante desde el pico de 17,638 que se registró en septiembre cuando multitudes de personas cruzaron el Río Bravo hacia la pequeña ciudad Del Río, Texas.
Las deportaciones plantean un conflicto para la administración de Biden, ya que han referido que la condiciones extremas y los disturbios en Haití hacen que sea muy peligroso el retorno para la mayoría de los inmigrantes indocumentados, mismos que ya se encuentran establecidos y viviendo en los Estados Unidos. Haití todavía se está recuperando de un terrible terremoto, el asesinato del presidente y la proliferación de bandas que secuestran a personas para pedir rescate.
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Los analistas explican que muchos inmigrantes haitianos provienen directamente de Brasil o Chile, se encuentran huyendo del racismo y del empeoramiento de las condiciones económicas de aquellos países. Muchos de ellos, incluso, no han vivido en Haití durante años.
México también ha intensificado la aplicación de sus leyes sobre migración; sin embargo, no tiene requisito de visa para los venezolanos, por lo que muchos han estado comprando boletos de avión a ciudades fronterizas mexicanas como Tijuana y Mexicali, con el fin de cruzar la frontera hacia la región de Yuma, Arizona.
Las detenciones mensuales de ecuatorianos, que tenían una exención de visa similar en México, aumentaron drásticamente durante la primera parte de este año; pasaron de 2,700 en noviembre de 2020 a más de 17,600 en agosto de este año. No obstante, México puso fin a la exención en agosto, lo que ocasionó que las cifras hayan disminuido constantemente. Aproximadamente 550 ecuatorianos fueron arrestados en la frontera el mes pasado.
De acuerdo a los datos de noviembre, los ciudadanos mexicanos siguieron siendo el grupo más grande en ser aprehendido con más de 63,000 arrestos. En tanto, 20,000 personas de Honduras y Guatemala fueron detenidas.
Las detenciones de cubanos aumentaron levemente, pasaron de 5,800 en octubre a más de 6,500 el mes pasado; mientras que la aprehensión de migrantes de Nicaragua aumentó de 9,200 en octubre a más de 13,500 en noviembre.
*(c) 2021, The Washington Post - Por Maria Sacchetti y Nick Miroff
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