Fuera del Mid City Inn en Euless, Texas, Jason Alan Thornburg solía ser visto leyendo su Biblia, hablando de Dios y expresando su deseo de ayudar. Repartía panfletos religiosos e invitaba a la gente a su habitación, dijeron los habitantes de la posada a las estaciones de noticias locales.
Pero ahora la policía alega que la habitación de Thornburg es donde, en cuestión de días, mató a tres personas, desmembró sus cuerpos y guardó sus restos en contenedores de plástico. La policía también dijo que se cree que Thornburg, de 41 años, transportó los restos a un contenedor a 25 millas de la posada donde les prendió fuego, según una declaración jurada de arresto. Describió los asesinatos a la policía como “sacrificios”, afirma la declaración jurada.
“Esto fue impactante, es inquietante, y sabíamos que llevar a alguien ante la justicia en este caso era primordial”, dijo el jefe de la policía de Fort Worth, Neil Noakes, en una conferencia de prensa esta semana.
Thornburg ha sido acusado de los asesinatos de las tres personas: un hombre de 42 años llamado David Lueras y dos mujeres que la policía no ha identificado públicamente. Pero los asesinatos no fueron los primeros de Thornburg, según dijo a la policía en una entrevista antes de su detención el lunes, según la declaración jurada. Thornburg dijo que, en mayo, sacrificó a su compañero de piso cortándole la garganta en Fort Worth y prendiendo fuego a su casa, afirma la declaración jurada. La policía había estado investigando la muerte del compañero de piso, Mark Jewell, de 61 años.
Cuando la policía le preguntó si había cometido más sacrificios, Thornburg dijo que también había sacrificado el cuerpo de su novia en Arizona, según la declaración jurada.
La policía de Fort Worth dijo que pronto se presentarán cargos contra Thornburg por el asesinato de su compañero de piso. No estaba claro inmediatamente el jueves por la mañana si Thornburg tenía un abogado para hablar en su nombre.
Alrededor del 17 de septiembre, Lueras se presentó en la habitación de Thornburg, la número 113 del Mid City Inn, y se quedó con él, según consta en el expediente judicial. Pero Thornburg dijo a los investigadores que creía que había que sacrificar a Lueras. Así que le cortó la garganta y desmembró su cuerpo utilizando una cuchilla recta en la bañera de la habitación, confesó a la policía. Thornburg supuestamente guardó los restos en contenedores de plástico.
Unos dos días más tarde, una conocida de Thornburg pasó por allí, y -siempre según su declaración- creyó que ella también “necesitaba ser sacrificada”. Así que la degolló, desmembró su cuerpo y guardó sus restos en cubetas de almacenamiento, según la declaración jurada.
Dos días después, apareció otra mujer. Thornburg dijo a la policía que la estranguló después de intentar apuñalarla inicialmente, según la declaración jurada. Al igual que las otras, desmembró su cuerpo y colocó los restos en cubetas de almacenamiento, según la declaración jurada.
Pero un detalle lo delató: los vecinos empezaron a notar un fuerte olor que salía de la habitación de Thornburg, informó WFAA.
El 21 de septiembre, a última hora de la noche, la policía cree que Thornburg transportó los restos de las tres víctimas a un contenedor y le prendió fuego.
A la mañana siguiente, la policía encontró los cuerpos mutilados. Pudieron identificar a Lueras por un tatuaje en la espalda y un implante médico descubierto en su cuerpo. La policía de Fort Worth dijo el martes que las otras dos víctimas del motel han sido identificadas, pero los investigadores se negaron a nombrarlas.
En mayo, Thornburg fue considerado una persona de interés -como la policía norteamericana denomina a los buscados- después de que la casa que compartía con Jewell explotara, según el Fort Worth Star-Telegram. Pero el médico forense no dictaminó que la muerte de Jewell fuera un homicidio, diciendo que la causa no era concluyente, y la policía no solicitó la detención de Thornburg.
Thornburg habló en el funeral de Jewell, informó el Star-Telegram. Llamó a su compañero de habitación, y compañero de las escrituras, un “buen amigo”.
(c) 2021, The Washington Post - Por Julian Mark
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