Cuando Beronica Ruiz fue a recoger a su hijo de 12 años a la escuela la semana pasada en Passaic, Nueva Jersey, no era la primera vez que se presentaba allí ese día. Horas antes, Ruiz y su esposo se habían reunido con el vicedirector para compartirle su preocupación por las amenazas por parte de otros estudiantes a su hijo, a quien supuestamente le decían: "Todos los mexicanos deberían estar detrás del muro", explicó el abogado de la familia a The Washington Post.
La pareja de Nueva Jersey estaba disgustada porque la escuela no les informó sobre las burlas hacia su hijo, pero salió de la reunión el 19 de junio sintiéndose "algo tranquilos", después que el vicedirector les dijera que contactaría con los estudiantes y sus padres, dijo Daniel Santiago, el abogado.
Pero cuando Ruiz, que iba tirando de la carreola de su hijo de un año, volvía a casa desde la escuela Passaic Gifted and Talented Academy No. 20 con su hijo aquella tarde, el niño notó que no estaban solos. Tres chicos les perseguían, y él les reconoció.
"[Él] se giró hacia su madre y dijo, 'mamá, esos son los chicos que estaban amenazándome y nos están siguiendo", dijo Santiago.
Momentos después, un adolescente de 13 años supuestamente la atacó. Santiago dijo que el chico primero le propinó un puñetazo al hijo de Ruiz en la cara. Cuando la madre de 35 años intentó intervenir, el adolescente le golpeó "y la tiró al suelo", haciendo que ella perdiera la conciencia, dijo Santiago.
"Fue un crimen de odio total, y lo cometió un chico de 13 años", dijo Santiago. "No sé qué circunstancias pudieron hacer que creciera un odio tan grande en su corazón como para cometer este ataque brutal y dejar a una mujer prácticamente muerta en frente de sus hijos sin ningún remordimiento o un atisbo de conciencia".
Ruiz permaneció ingresada durante dos días tras la supuesta golpiza, que le provocó fracturas en la cara y una conmoción cerebral, dijo el abogado.
El martes, la Oficina del Fiscal del Condado de Passaic anunció que el chico de 13 años, que huyó de la escena, había sido arrestado y acusado después del incidente del 19 de junio. Él enfrenta un cargo de asalto agravado y agresión simple y ha sido entregado a sus padres en espera de comparecer ante el tribunal de familia, según el comunicado de prensa. El ataque fue condenado por el alcalde de Passaic City, Hector C. Lora, que dijo en una entrevista con The Post que estaba "indignado" y que "lo que le ocurrió a la madre era inaceptable".
"Este incidente esta siendo tomando extremadamente en serio, yo me he reunido y he hablado personalmente con la familia", dijo Lora. "Me he reunido con mi Jefe de Policía, funcionarios locales y administradores de la escuela, así como con los miembros de la junta, para asegurarnos de que haya responsabilidades y que esta familia reciba justicia, y cualquier ayuda y recursos que les podamos proveer para que puedan sanar y sentirse seguros".
Sin embargo, Santiago insistió en que el ataque violento podría haberse evitado si la escuela hubiera respondido de forma diferente a la primera queja de bullying, y reveló que está planeando presentar una denuncia en nombre de la familia. Los funcionarios de la escuela no respondieron a la petición de información a última hora del martes.
"Prácticamente, si el chico no estuviera en la escuela, si él hubiera sido castigado por utilizar insultos raciales, este ataque no habría ocurrido", dijo el abogado.
El chico de 13 años sería afroamericano, dijo Santiago. Ruiz y su esposo son mexicanos y viven en EEUU con permisos de trabajo mientras esperan tarjetas de residencia, pero sus hijos son ciudadanos estadounidenses, dijo.
El día antes del supuesto ataque, el hijo de Ruiz estaba en la cafetería de la escuela cuando un grupo de estudiantes comenzó a burlarse de él por su etnia, diciéndole "regresa al otro lado del muro".
En respuesta al acoso, Santiago explicó que el chico fue "bastante astuto" al señalar: "Todos somos inmigrantes, así que, ¿de qué hablas?" Pero en lugar de calmarse la situación, "los otros estudiantes se pusieron violentos" y comenzaron a amenazar al hijo de Ruiz, explicó Santiago.
"Él avisó a uno de los maestros y le dijo 'Tengo miedo por mi seguridad'", prosiguió relatando el abogado. "El profesor avisó a un guardia de seguridad y esencialmente encerraron al hijo de mi cliente en una habitación por su propia seguridad".
Aunque la escuela parecía ver que "la amenaza era muy real", Santiago dijo que Ruiz y su esposo no supieron lo que ocurría hasta que su hijo se los contó.
Durante la reunión con el vicepresidente de la escuela, el administrador admitió el fallo, y les dijo a los padres que "se les había olvidado" y que "deberían haber contactado con ellos", aseguró Santiago.
"Esa es una respuesta lamentable e inadecuada", dijo el abogado, añadiendo después, "Si la integridad de mi hijo y su bienestar, y de hecho, su vida, estuviera en peligro y la escuela lo supiera y no me informaran, es evidente que alguien cometió un error. Es un fracaso por parte del distrito escolar".
No está claro qué motivó al chico de 13 años a ir supuestamente detrás de Ruiz y su hijo, pero la madre dijo a NBC New York que el adolescente estaba gritando alto cuando se acercó a la familia en la calle. Ruiz dijo que cuando ella intentó que el chico de 13 años parara, él le dijo "cállate" y la golpeó.
Para el momento en el que recuperó la conciencia y llamó a la policía, el atacante se había ido, dijo Santiago. Pero no pasó mucho hasta que Ruiz lo volvió a ver de nuevo.
Cuando Ruiz recibió el alta del hospital, ella y su esposo llevaron de nuevo a su hijo a la escuela, sólo para descubrir, que el adolescente seguía yendo a clases "como si nada hubiera ocurrido", dijo Santiago.
"Ellos hablaron con el vicedirector de nuevo y la respuesta que recibieron fue, 'Bueno, él tiene el derecho a una educación, tanto como tu hijo", dijo Santiago.
El chico fue suspendido sólo después de que el esposo de Ruiz llamara a Lora, el alcalde, dijo Satiago. (Lora no hizo comentarios acerca de esta intervención). No está claro si los otros dos chicos presentes aquella tarde sufrieron también acciones disciplinarias, aunque Santiago dijo que ellos "intentaron detener al atacante de 13 años".
La escuela ahora se ha ofrecido a pagar por las facturas médicas de la familia, dijo Santiago.
El abogado contó que mientras las heridas físicas de Ruiz empezaron a sanar, "sus heridas emocionales serán más difíciles de curar".
"Mi hijo… él no puede dormir, y yo no puedo dormir porque estoy muy preocupada", dijo Ruiz a ABC7 News.
En un comunicado el martes, el fiscal no hizo mención al crimen de odio, aunque así es como Santiago categorizó lo que ocurrió.
"Esto comienza por chicos entonando que los mexicanos deberían volverse detrás del muro", dijo él. "Lo que los alentó a amenazar de forma violenta fue que él [el hijo de Ruiz] advirtiera que todos somos inmigrantes… Esa ira desató en ese joven suficiente odio y suficiente furia para atacar a una mujer, un adulto, sin miedo".