La tarde del 29 de junio de 2017, mientras docenas de estudiantes de la Universidad de Illinois caminaban por las calles y levantaban una pancarta que decía "Ayuda a encontrar a Yingying Zhang", Brendt Christensen se mantenía al margen y le contaba a su novia por qué nunca encontrarían a Zhang.
Zhang, una alumna de intercambio de China, desapareció cuando se cumplían casi dos meses de su llegada a EEUU. Una tarde se tomó un descanso de sus estudios sobre la fotosíntesis del maíz y de la soja para ir a almorzar y firmar un contrato de arrendamiento. Pero Zhang nunca llegó a la cita con el propietario del inmueble. Ella fue vista por última vez bajándose de un autobús y subiendo a un vehículo modelo Saturn Hatchback de color negro, que se detuvo a su lado, según la grabación de una cámara de vigilancia de la ciudad.
"La buscamos en los parques, en casas abandonadas", dijo su novio Xiaolin Hou ante una corte federal este mes. "Nosotros no tenemos un destino, pero no renunciaremos a la esperanza de encontrarla".
Solo Christensen sabía dónde estaba. Tal y como le confesaría a su novia, de pie frente a una multitud en el memorial de Zhang, Christensen la secuestró. La violó, la asesinó y escondió su cuerpo donde nadie lo pudiera encontrar jamás, dijo.
El instructor y estudiante de 29 años de edad y candidato a un doctorado había estado maquinando la oscura trama en su cabeza durante meses, llevando "una doble vida", dijeron los fiscales, mientras acechaba a las posibles víctimas en las calles de la ciudad de Champaign, Illinois, hasta que encontró a Zhang. Quería hacer realidad una "fantasía de secuestro", dijeron los fiscales. Él idolatraba a Ted Bundy, y le dijo a su novia, aquella tarde, que Zhang era su decimotercera víctima (una afirmación que su abogado defensor explicó que no tenía sentido, ya que había sido hecha mientras estaba ebrio) y que él, "aparentemente, era muy bueno en eso".
"La familia no se irá hasta que la encuentren", dijo Christensen. "Se marcharán con las manos vacías, porque jamás la encontrarán".
Su novia, Terra Bullis, lo animó a seguir hablando: ella llevaba un micrófono.
El lunes, un jurado federal condenó a Christensen por el delito de secuestro, que resultó en muerte después de que los fiscales presentaran su confesión grabada, la retorcida historia en internet y la prueba que hallaron en su casa, que incluía sangre en su habitación, que pertenecía a Zhang. Christensen podría enfrentar ahora cadena perpetua o pena de muerte, un castigo que los fiscales federales y la familia de Zhang persiguen, pero que Christensen buscó evitar hábilmente. Sus abogados defensores admitieron que Christensen asesinó a Zhang, pero alegaron que es un enfermo mental que no debería ser ejecutado.
"Podrá resultar desconcertante para muchos de ustedes escuchar que Brent Christensen es responsable de la muerte de Yingying", dijo el abogado defensor George F. Taseff en una estridente intervención inicial, según una transcripción del juicio. "Así que a la vista de lo que acabo de decir, algunos de ustedes puede que se pregunten: '¿Por qué estamos teniendo un juicio en esta primera etapa?'. La respuesta es que Brent Christensen está en juicio por su vida".
Zhang, de 26 años, se mudó desde China a Illinois en abril de 2017 para cursar un doctorado en ciencias de cultivo, con la idea de regresar después a su país para enseñar en la universidad. Ella y su novio planeaban casarse en octubre de 2017. Pero mientras se centraba en sus estudios, al otro lado del campus, Christensen se sumergía en un mundo oscuro.
"Ella no sabía que incluso antes de venir a este país", dijo la fiscal federal Eugene Miller, "el acusado se había adentrado en este camino oscuro que lo condujo hasta ese momento".
Christensen habló por primera vez de sus ideas de secuestrar y matar a una persona al azar mientras visitaba a consejeros universitarios en marzo de 2017, dijo Miller en la corte. Allí explicó que tenía pensamientos suicidas porque su mujer quería abandonarlo porque no podía controlar su adicción al alcohol y a las drogas. Acababa de abandonar su programa de doctorado para tomar la plaza de maestro manteniendo su posición de docente. Pero la asesora notó que él, además, había marcado la casilla que indicaba que había pensado hacer daño a otras personas. "¿Por qué?", preguntó ella.
Él empezó a hablar sobre Bundy, el asesino serial que le fascinaba, dijo Miller.
"Admitió que había ido demasiado lejos pensando en secuestrar y matar a alguien, y explicó que incluso había pensado cómo hacerlo. Admitió que había identificado al tipo de víctima que escogería", siguió Miller. Pero Christensen defendió que él no había tenido más esos pensamientos.
Su historial de búsqueda en internet dice lo contrario.
En abril de 2017, él empezó a frecuentar un foro llamado Abduction 101, en internet para fetichistas BDSM ("Bondage y disciplina"; "Dominación y sumisión"; "Sadismo y masoquismo"). Bullis, a quien conoció en OkCupid, con el permiso de su esposa, lo había introducido en el mundo del BDSM, contaron los fiscales. En el foro, él se unió a chats sobre "la fantasía del secuestro perfecta" y sobre cómo "planear un secuestro". Escribió en la red que él compraría una bolsa de lona lo suficientemente grande como para que cupiera un cuerpo dentro. Poco después, cuando su mujer se marchó de la ciudad durante un fin de semana de junio, él compró online una.
Y entonces empezaron las persecuciones en las calles.
Primero él vio a una mujer joven caminando sola hacia una parada de autobús y se detuvo junto a ella, con una camiseta blanca y unas gafas estilo aviador. Él dijo que era un policía vestido de civil, y le preguntó si podía hacerle algunas preguntas. Él le pidió que subiera al auto. Ella dijo que no.
Él siguió conduciendo y se cruzó con Zhang. Ella llevaba prisa ese día, había perdido el autobús en el que debía hacer trasbordo para llegar al apartamento al que planeaba mudarse para ahorrar dinero. Christensen se ofreció a llevarla. Así que ella entró.
La desaparición de Zhang alarmó a la comunidad de estudiantes chinos de la Universidad de Illinois. Su novio, Hou, dijo: "Yingying era una chica muy considerada, nunca dejaría que otros se preocuparan por ella", y que sabía que algo terrible debía haberle ocurrido. Hou y los familiares de Zhang se subieron a un avión con destino a EEUU para buscarla. Incluso los padres de otro estudiantes chinos viajaron a Champaign solo para estar con sus hijos por la alarma que se había propagado en el campus, según informó el Daily Illini en junio de 2017.
Christensen siguió las noticias con interés, y así supo que los investigadores habían visto ya en las cámaras su Saturn Astra negro. Eliminó cada rastro y pista del crimen: drenó la bañera por la sangre que podía bajar por las tuberías y utilizó lejía para la sangre de la alfombra y las paredes de los dormitorios. Para el momento en que la policía tocó a su puerta, dijo Miller, "[Christensen] se las había ingeniado para eliminar casi todas las pruebas".
Pero olvidó varias cosas, dijo Miller: "No limpió detrás del zócalo, ni bajo la alfombra".
Allí, la policía encontró sangre en el colchón, y descubrieron, además, un bate de beisbol Louisville Slugger. La sangre era casi invisible, pero allí estaba. Toda era de Zhang, según revelaron pronto los análisis forenses.
La policía alistó a Bullis para que hablara con aquel mientras llevaba un micrófono para el FBI. Finalmente, él hizo su confesión en el memorial de Zhang, donde contó todo. Dijo que Zhang no había dejado de luchar por su vida.
El FBI está todavía investigando las grabaciones en las que Christensen aseguró que Zhang era su víctima número 13 y que había asesinado mujeres desde que tenía 19 años, como un agente testificó durante el juicio. No ha surgido ninguna prueba que pueda corroborar o las afirmaciones de Christensen, pero eso no significa que sea "imposible", declaró el agente, según informó CBS Chicago.
Pero después de que finalizara el juicio, la familia se reunió fuera de los tribunales y explicó que todavía están buscando. La madre de Zhang lloró mientras el padre trataba de leer un trozo de papel, deteniéndose solo para consolar a su esposa. Su abogado leyó la breve declaración en inglés.
"Nuestro deseo ha sido siempre encontrar a Yingying, y llevarla a casa", decía el comunicado. "No nos rendiremos".