El padre de Andrew Freund dijo a las autoridades que había buscado a su hijo de 5 años por todas partes, incluyendo su casa, el vecindario, un parque local y hasta en una estación de gas.
Lo anterior ocurrió el jueves, cuando el señor Freund llamó al 911 para reportar que el niño, conocido como AJ, había desaparecido. Menos de una semana después la policía encontró el cuerpo del pequeño envuelto en una bolsa de plástico y enterrado en una tumba "poco profunda" que se encontraba a pocos kilómetros de distancia de la casa de la familia, en Illinois.
Esta semana los padres fueron acusados de cinco cargos de asesinato en primer grado y otros delitos, por la muerte de su hijo. El caso atrajo la atención nacional y provocó un esfuerzo de búsqueda exhaustivo que incluyó al FBI y a más de una docena de departamentos de la policía.
"AJ ya no sufre y sus asesinos han comparecido ante la justicia", dijo James Black, jefe de policía de Crystal Lake.
En una conferencia de prensa emitida este miércoles Black miró al techo y simuló hablar con el pequeño AJ: "Sabemos que estás en paz. Jugando en el patio del cielo. Estamos contentos de que ya no tengas que sufrir".
Freund y Cunningham fueron detenidos y esperan una audiencia para salir bajo fianza. Enfrentan cargos de asesinato, agresión y violencia doméstica. Freund también fue acusado de dos cargos por ocultamiento de muerte homicida.
Freund y Cunningham proporcionaron a los investigadores las pruebas que los terminaron conduciendo al cuerpo de AJ, el cual estaba oculto en una zona remota y rural cerca de Woodstock, dijo Black.
A primera hora del miércoles personal del tribunal de Chicago, policías y peritos fueron vistos saliendo de la casa de la familia llevando consigo una pala, una tina grande, bolsas de papel y un colchón. También se llevaron al perro de la familia, un boxer llamado Lucy.
En los días previos al arresto de los padres la policía enfocó su investigación en la casa de la familia, pues no tenían motivos para creer que AJ había sido secuestrado. Fue entonces cuando, según la policía, Cunningham dejó de cooperar con las autoridades. Sus abogados le dijeron al tribunal que le habían recomendado dejar de comunicarse con los oficiales, luego de que ella también se convirtió en una de las sospechosas.
Las autoridades habían estado familiarizadas con la casa de Freund durante años. AJ vivió ahí con sus padres y su hermano menor, quien fue entregado al departamento de servicios familiares del estado, luego de que AJ desapareciera. Los oficiales que visitaron la residencia describieron un interior sórdido y descuidado, de acuerdo con los informes redactados que la policía local liberó esta semana.
Después de realizar una visita, un oficial escribió que las condiciones "no estaban a la altura de un nivel de vida aceptable… Observé que estaba desordenado, sucio y en mal estado". Las ventanas estaban rotas y las heces y orina del perro cubrían buena parte del piso, según el reporte. En la habitación de los niños el olor a heces era "abrumador".
En otras ocasiones la policía observó que la casa había estado sin electricidad durante días y que uno de los niños tenía un gran moretón en el costado derecho de la cadera que, según se informó a la policía, pudo haber sido causado por el perro. Un informe describió el presunto uso de drogas por parte de los huéspedes que vivían en el sótano de la casa. Una mujer le dijo a la policía que pensaba que los huéspedes usaban heroína y dijo que había encontrado una jeringa en el piso de la cocina.
El tribunal informó que los servicios familiares han estado involucrados con la familia de AJ desde que nació en 2013, cuando los doctores encontraron opioides en su cuerpo.