Fue después de la medianoche en un fin de semana de diciembre de 2018 cuando una mujer de unos 20 años salió de un bar en Seattle para volver a casa.
Un amigo había llamado a un Uber por ella, así que fue de un coche a otro en las bulliciosas calles de la ciudad tratando de localizar su transporte.
Un hombre en un vehículo negro, posiblemente un Dodge Charger, la convenció de que era su conductor, por lo que abrió la puerta y se deslizó en el asiento trasero. Alrededor de 10 millas hacia el sur, el chofer se detuvo y la violó, según la declaración que proporcionó la oficina del Sheriff del condado de King este martes.
Los detalles del caso, que se publicaron esta semana, son similares a las circunstancias de un fatal incidente que se produjo la semana pasada, en el cual un estudiante de último año de la Universidad del Sur de California abordó un Chevrolet Impala alrededor de las dos de la mañana del viernes.
Samantha Josephson, 21 años, creía haber localizado el vehículo de Uber que había pedido. Pero el conductor no trabajaba para la compañía de transporte y nunca la llevó a casa. En cambio, la policía declaró que Nathaniel D. Rowland, de 24 años, la asesinó y dejó su cuerpo en un área boscosa, donde fue encontrada ayer por la tarde.
Estos espeluznantes sucesos ponen de manifiesto los persistentes problemas de seguridad que ha planteado la explosión de los servicios de transportación.
Compañías como Uber y Lyft han instituido medidas de seguridad como botones de pánico y revisiones anuales de verificación de antecedentes de sus conductores. Uber, que tiene a 3 millones de personas al volante en todo el mundo, ha exigido a sus choferes que se tomen retratos para asegurarse de que sean quienes dicen ser.
Uber y Lyft prohíben la suplantación de identidad como una condición de uso para sus plataformas.
Pero asegurar la integridad de sus usuarios no impide que alguien eluda el sistema por completo llegando a una esquina oscura con hordas de gente desesperada por encontrar un vehículo.
Ryan Abbott, sargento de la oficina del Sheriff del condado de King, en Washington, mencionó que en su departamento se ha mostrado un incremento de este tipo de casos.
"Definitivamente está sucediendo más", dijo el oficial en una entrevista con The Washington Post. "Estamos viendo a personas haciéndose pasar por conductores para intentar meter a gente a sus carros".
Los legisladores de California del Sur ya han prometido que tomarán acciones en respuesta al secuestro y muerte de la estudiante universitaria. La Ley de Seguridad de Viajes Compartidos Samantha Josephson, introducida en la Cámara estatal el martes, establece que los conductores de estos servicios deberán marcar sus automóviles con letreros claramente iluminados.
Sin embargo, Abbott dijo que los pasajeros también deben responsabilizarse.
"Deberíamos informar a la gente que antes de entrar a los autos verifiquen la descripción del vehículo, la matrícula y que todos los datos correspondan a los del servicio que pidió", puntualizó. "Porque una vez que se encuentre en el asiento trasero del carro, puede que no logre salir de ahí".
Durante tres meses y medio, las autoridades de Washington no pudieron localizar a un culpable del asalto de diciembre. Las imágenes de vigilancia de la zona capturaron a una persona de interés para las autoridades cerca de la casa de la víctima, pero en la evidencia forense que estaba disponible no se encontraron pistas significativas.
Mientras tanto, la víctima tenía miedo de que pudiera ser asociada públicamente con su atacante si los detalles del incidente salían a la luz, por lo que los detectives tuvieron que trabajar en silencio. Además, presentaron una orden de registro a Uber, que cooperó plenamente, dijo Abbott.
"Les dimos una idea general —en esta área de Seattle, en esta fecha, a estas horas, si el vehículo coincide con alguna descripción", explicó. "Pero nos dijeron que no".
Finalmente, el martes, las autoridades pidieron ayuda públicamente, después de haber asegurado que la víctima estaría protegida. En su página de Facebook, el sheriff subió imágenes de vigilancia de la persona de interés y explicó: "Los detectives del condado de King han sido, hasta este momento, incapaces de asociar al sujeto con alguna compañía de viajes compartidos".
Los medios locales publicaron las imágenes y, dos días después, las autoridades dijeron que tenían a su sospechoso.
Un miembro de la familia reconoció a la persona, lo que llevó a un hombre de 34 años a entregarse, dijo la policía el miércoles.
Abbott declaró que el tío del hombre vio las imágenes en las noticias y lo llamó para decirle que era buscado por la policía.
"Él dijo '¡Qué! De ninguna manera. Iré y limpiaré mi nombre", explicó Abbott. En cambio, fue retenido en u.
na investigación por violación. No ha sido acusado y su primera comparecencia está prevista para el jueves.
Después de obtener su nombre, que no se ha hecho público, las autoridades lo enviaron a Uber, la cual confirmó que no es un empleado suyo, informó Abbott.