El altavoz inteligente Alexa podría haber estado escuchando cuando, en la noche del 27 de enero de 2017, Christine Sullivan fue apuñalada en la cocina de su casa en Farmington (New Hampshire), donde la mujer vivía con su novio.
¿Pero Alexa recuerda algo de eso?
Esa es la pregunta que los fiscales estatales quieren saber para tener pruebas clave en el caso de Timothy Verrill, que está acusado de asesinar a Sullivan y su amiga, Jenna Pelligrini, a raíz de una supuesta operación de drogas. Los fiscales dicen que Alexa, la mujer artificial que personifica el dispositivo inteligente Amazon Echo, estaba en la repisa de la cocina durante todo ese tiempo.
Ahora, un juez ordenó a Amazon que entregue todas las grabaciones que el dispositivo Echo haya hecho desde el 27 de enero, día en que las mujeres fueron asesinadas, hasta el 29 de enero, cuando la policía las descubrió debajo de una lona en el porche trasero.
"El tribunal considera que existe una causa probable para creer que los servidores mantenidos para y por Amazon contienen grabaciones hechas por el altavoz inteligente Echo desde el 27 de enero hasta el 29 de enero de 2017, y que dicha información contiene pruebas de delitos cometidos contra la Sra. Sullivan, incluido el ataque y la posible retirada de los cuerpos de la cocina".
Verrill se ha declarado inocente. Su abogado defensor no pudo ser contactado de inmediato para hacer comentarios.
Esta es la segunda vez que Amazon se ve envuelto en un caso de asesinato en el que su dispositivo, un administrador de tareas activado por un comando de voz, se convierte en un testigo de facto para la fiscalía.
En una declaración enviada a The Washington Post, un portavoz de Amazon indicó que la compañía no entregaría los datos con tanta facilidad, lo que parece dar prioridad a la privacidad del consumidor, como ya lo ha hecho en el pasado.
"Amazon no divulgará la información del cliente sin una demanda legal válida y vinculante que se nos haya entregado correctamente", remarcó el portavoz.
No hay garantía de que Alexa se convierta en un testigo estrella. Para que el dispositivo inteligente Echo se active, normalmente se debe utilizar las palabras "Alexa", "Computadora" o "Echo", ya que son las "palabras de activación" que hacen que el dispositivo comience a grabar.
Pero si Alexa realmente estuviera escuchando, la evidencia recopilada, hasta ahora, indica que habría escuchado un ataque horrible.
Los investigadores expusieron las pruebas contra el sospechoso Timothy Verrill durante una audiencia celebrada el verano pasado.
El sargento de New Hampshire, Brian Strong, testificó que el 29 de enero, el novio de Sullivan, Dean Smoronk, dueño de la casa donde murieron las mujeres, le dijo a la policía que llegó a su casa tras un viaje a Florida y que descubrió que su hogar se había convertido en la escena de un crimen. Sullivan no estaba por ninguna parte y por eso llamó al teléfono de emergencias de la policía.
Cuando llegaron los agentes, encontraron salpicaduras de sangre en las paredes de la cocina y en el refrigerador. También había restos en el colchón de la habitación superior, donde la policía cree que Pellegrini fue apuñalada 43 veces.
Anteriormente, Verill había vivido en la casa con Sullivan y Smoronk, y había sido amigo de ellos. Durante el interrogatorio, Strong reveló que la casa donde se cometieron los asesinatos también se encontraba en el centro de un presunto imperio del narcotráfico, de acuerdo a informaciones del diario Foster's Daily Democrat. La abogada de Verrill, Melissa Davis, sugirió que esto deja otras vías abiertas para la investigación de otros sospechosos, manteniendo la inocencia de Verrill.
Pero los fiscales sostuvieron que el comportamiento de Verrill en la noche del asesinato y en los días siguientes lo convirtió en el principal sospechoso.
La noche del asesinato, Smoronk, el presunto narcotraficante, recibió una llamada telefónica de Verill en las primeras horas de la mañana del 27 de enero: Verrill estaba preocupado por Jenna Pellegrini, según dijo Foster's Daily Democrat.
En cuestión de horas, y tras un tiempo de vigilancia domiciliaria, las autoridades capturaron a Verrill llegando a la casa con una camisa de franela y una gorra, según testificó Strong durante la audiencia. En 20 minutos, fue capturado intentando ocultar el lente de tres de las cámaras de videovigilancia antes de apagar el sistema.
Los fiscales señalaron que durante los siguientes días, él realizó una serie de viajes sospechosos por la ciudad, de acuerdo a las imágenes de WMUR-TV. Compró productos de limpieza de un Walmart. Fue a ver a un sacerdote y "fue dos veces a un un hospital", de acuerdo al fiscal.
Rochester Voice informó que Verrill fue arrestado el día después de viajar a Massachusetts para un programa de tratamiento antidrogas el 5 de febrero.
Al ejecutar una orden de registro, Strong dijo que encontró los cuerpos de las mujeres debajo de la lona. También descubrió los cuchillos enterrados, envueltos en una camisa de franela. La policía dio con una pala manchada de sangre, que se cree que es de Sullivan, en la parte superior del porche.
Y en la cocina, por supuesto, encontraron a Alexal, por lo que se llevaron el dispositivo bajo custodia.
El caso recuerda a una investigación de asesinato en Arkansas en 2015. Una mujer fue encontrada muerta en una bañera de hidromasaje en el patio trasero la mañana después de que el hombre que vivía allí, Nate Bates, invitara a sus amigos a ver un partido de fútbol. Bates fue acusado de su muerte y se declaró inocente.
Al igual que en el caso de New Hampshire, la policía encontró a Alexa en la repisa de la cocina de Bates, sospechando que el altavoz podría "saber" algo.
Amazon, inicialmente, se resistió a los esfuerzos de las fuerzas del orden público para obtener las posibles grabaciones relevantes, según informó The Washington Post en diciembre de 2016. En un resumen de 91 páginas, Amazon decidió anular la orden de registro por la Primera Enmienda. Adelantó el mismo argumento presentado por Apple en 2015, cuando la compañía rechazó la solicitud del gobierno federal de desbloquear el iPhone del acusado del tiroteo de San Bernardino por razones de privacidad del cliente.
"Amazon no busca obstruir ninguna investigación legal, sino que más bien busca proteger los derechos de privacidad de sus clientes cuando el gobierno está buscando sus datos por Amazon, especialmente cuando esos datos pueden incluir contenido expreso protegido por la Primera Enmienda", escribió Amazon.
La compañía finalmente cedió después de que Bates diera permiso para que se realizara una búsqueda en su dispositivo Echo, pero no se convirtió en la pieza clave que esperaban los fiscales: retiraron los cargos contra Bates en noviembre de 2017 después de descubrir que las pruebas, incluidas las grabaciones de Echo, respaldaban más de "una explicación razonable".
Compañías tecnológicas como Amazon, Facebook, Apple con su iPhone y Google con su dispositivo Home son lo que un artículo reciente en Harvard Law Review llamó "intermediarios de vigilancia", es decir, "entidades que se ubican entre las agencias de aplicación de la ley y la información pública personal, y que tienen el poder de decir qué tan fácil o difícil será para la policía acceder a esa información".
De acuerdo con el artículo, hubo más de 32.000 solicitudes de información por parte de las fuerzas del orden a Facebook durante un periodo de seis meses en 2017.
"Si bien los intermediarios deben cumplir con la ley estatutaria y constitucional que rige las solicitudes de información de las autoridades policiales", señaló el artículo, "aún tienen un alto grado de discreción al procesar esas solicitudes: discreción en cuanto a cómo evaluar críticamente la legalidad de las solicitudes, al disminuir la velocidad del proceso insistiendo en el procedimentalismo y minimizando su capacidad para responder a las solicitudes legales mediante la implementación del cifrado".
El juicio para el caso de Verill empezará en mayo de 2019.