Cuando un pequeño agujero fue descubierto dentro de una nave espacial acoplada e la Estación Espacial Internacional el pasado día miércoles, las autoridades rusas y norteamericanas sospecharon inicialmente del impacto de un micro meteoro.
Más de 170 millones de piezas de escombro espacial circulan alrededor de la Tierra, lo que hace que las colisiones sean inevitables.
Las autoridades compartieron la semana pasada que la fuga en la cápsula Soyuz, de fabricación rusa, había llevado a una ligera caída en la presión de la cabina pero también aseguraron que los seis miembros de la tripulación de la EEI en ningún momento estuvieron en peligro. Un sellador fue aplicado el jueves y la presión volvió a los registros normales.
Pero las repercusiones del incidente continuaron esta semana, luego de que oficiales rusos que había sido asignados a examinar el agujero, concluyeron que el mismo había sido taladrado, potencialmente de forma intencional.
Incluso la mera posibilidad de interferencia humana podría ser explosiva, si se considera que la EEI es uno de los últimos proyectos conjuntos entre Moscú y Washington.
La tripulación actual de la estación está compuesta de tres estadounidenses, dos rusos y un alemán. Los astronautas llegan y parten de la misma en las cápsulas rusas, mientras que la que presentó la pérdida de presión había llegado en junio.
El agujero fue descubierto en una sección de la nave que no es utilizada para el transporte de miembros de la tripulación, pero con la próxima partida hacia la Tierra planificada para diciembre, cualquier interferencia podría tener efectos en cadena sobre las operaciones de la estación espacial.
Los investigadores no especificaron si creían que el agujero había sido taladrado en la Tierra o en el espacio, pero la agencia espacial rusa Roscosmos no descartó la posibilidad de sabotaje.
"Hubo varios intentos de taladrar" compartió el director de Roscosmos, Dmitry Rogozin en diálogo con medios rusos.
"Estamos chequeando la versión en Tierra. Pero existe otra versión que no descartamos, la interferencia deliberada en el espacio" dijo Rogozin.
No es la primera vez que Rusia especula con la posibilidad de sabotaje de sus operaciones espaciales.
Seis años atrás, el predecesor en el cargo de Rogozin, Vladimir Popovkin, sugirió que potencias foráneas eran responsables por los lanzamientos fallidos de sus naves espaciales de ese entonces.
Esta semana, Maxim Surayev, el cosmonauta ruso convertido en legislador, insinuó la posibilidad de que el agujero podría haber sido taladrado por un tripulante de la estación "que probablemente quiera regresar a casa", aunque también aclaró que una falla en la fabricación de origen ruso no debe ser descartada.
"Le pido a Dios que se trate de un defecto de producción, aunque eso también sería muy triste dado que no se ha registrado un caso semejante en toda la historia de las naves Soyuz" explicó Surayev.
Rusia dijo que está revisando las naves espaciales en construcción en busca de defectos similares.
En un comunicado compartido el miércoles, la NASA dijo que "respaldará el trabajo de la comisión como apropiado" haciendo referencia al comité investigador de Roscosmos.
"Nuestros socios rusos han demostrado su capacidad de adaptación, tanto humana como tecnológica, en repetidas oportunidades a lo largo de la historia de sus esfuerzos en lo que hace a los vuelos espaciales humanos. Tenemos la seguridad de que van a identificar la causa de la filtración" concluyó el comunicado de NASA.