Chicago – Cuando la prometida de Mariano Agosto murió un año después del nacimiento de su hija, él estaba asustado y perdido. Un amigo le sugirió que un centro de educación infantil cercano podría ayudarlo a él y a su hija.
Melanie tenía aproximadamente dos años cuando Agosto visitó las instalaciones de Christopher House para probar sus servicios durante tres días. Rápidamente se dio cuenta de que los funcionarios de la escuela estaban preocupados no solo por el bienestar y la educación de su hija, sino también por él.
Estaba rendido.
"¿Qué necesitas?", le preguntaban los profesores de su hija. "¿Necesitas hablar con alguien? ¿Comida? ¿Ropa? ¿Un hogar?"
Muchos de los mejores centros preescolares del país han descubierto que los ingredientes mágicos para apoyar a los niños y aumentar su éxito académico son: involucrar a los padres y brindar apoyo intensivo a las familias. Christopher House, una organización sin fines de lucro que dirige una escuela primaria elemental de alto rendimiento y una pequeña red de centros preescolares públicos en algunos de los barrios más pobres de Chicago, ha incorporado el apoyo de los padres en su modelo. Y ha llevado sus esfuerzos más allá de los años de primera infancia en un intento de abordar la caída en el rendimiento, un problema que afecta incluso a los mejores preescolares.
La red de Christopher House acepta niños desde recién nacidos hasta quinto grado, abarcando a toda la familia como parte del éxito del pequeño o pequeña.
Después de graduarse en preescolar, la mayoría de los niños permanecen en el programa, asistiendo a la escuela chárter elemental pública de Christopher House. La organización pronto comenzará la construcción de una escuela intermedia, lo que permitirá a los estudiantes permanecer en su programa hasta el octavo grado.
En solo unos años de operación, la escuela se ha posicionado en los primeros puestos del ranking en rendimiento académico de las Escuelas Públicas de Chicago. Los expertos y maestros dicen que este éxito demuestra que satisfacer las necesidades de una familia fuera de la escuela ayuda a los niños a concentrarse mejor en la escuela y lograr más cosas.
"No se puede enseñar a un niño sin familia", comentó Karen Ross-Williams, directora de desarrollo de la infancia y la juventud en Christopher House. "Esto es lo que marca la diferencia, cuando puedes asociarte con la familia".
Lori Baas, directora ejecutiva de Christopher House, señaló que a menudo escucha que los defensores de la educación preescolar afirman que prepararon a los niños para el jardín de infancia y culpan a las escuelas de primaria de cualquier caída en el rendimiento. Los empleados de la escuela primaria señalan con el dedo a las escuelas preescolares diciendo que no prepararon a los estudiantes para la educación infantil.
"Tenemos un continuo de educación que requiere plena rendición de cuentas. Si nuestros hijos van a menos hasta octavo grado, entonces habremos hecho algo mal", agrega Baas.
El personal de Christopher House dice que el programa tiene éxito en preparar a los niños para la escuela. Casi el 75 por ciento de los chicos y chicas de 5 años que han asistido al programa de infancia temprana durante, al menos, dos años están listos para el jardín de infancia. El año pasado, Christopher House se ubicó con un 1 por ciento superior de la media de las 473 escuelas públicas de Chicago calificadas por el distrito.
Casi el 79 por ciento de los estudiantes de tercer grado de Christopher House y el 77 por ciento de los de cuarto grado están en o por encima del nivel de grado en lectura. Muchos de estos estudiantes comenzaron en el programa de primera infancia de Christopher House, incluido el 80 por ciento de los estudiantes de educación infantil en el año escolar 2017-2018.
Aunque el apoyo familiar intensivo puede ser costoso, la investigación muestra que la necesidad es clara. El trauma y el estrés provocados por la pobreza, la inseguridad alimentaria y de la vivienda, además de la violencia en la comunidad, pueden obstaculizar el desarrollo del cerebro y conducir a problemas de salud mental y física a largo plazo.
La maestra de Christopher House, Jordan Reece, afirmó que los problemas externos claramente interfieren con sus alumnos en el aula. "Si su familia está viviendo sueldo a sueldo, tener eso en mente es mucho más pesado que lo que está sucediendo en el aula ese día", comentó Reece.
El enfoque del preescolar es doble: brindar una excelente educación a los niños y estabilidad para los niños y sus familias. Los maestros de bebés y niños pequeños se quedan con ellos desde las 6 semanas hasta los tres años, asegurándose de que conocen bien las circunstancias familiares y la dinámica de cada niño. Esto muestra a los padres que "estamos en esto a largo plazo", indicó Ross-Williams. "Nos tienes a nosotros y te tenemos a ti".
Cuando los niños comienzan la escuela, sus padres son alentados a tomar un cuestionario sobre sus vidas, lo que permite a los funcionarios escolares conocer los problemas, tales como el abuso de sustancias, la violencia doméstica y el desempleo, que están luchando con la mayoría. Luego, los padres obtienen asistencia para establecer y priorizar las metas, y reciben ayuda directa de un funcionario de la escuela para avanzar hacia esos objetivos.
La escuela paga por nueve consejeros de padres a tiempo completo en sus programas de primera infancia y dos en la escuela primaria.
Las familias pueden recibir asesoramiento sobre crisis y traumas, visitas a domicilio e incluso servicios asistenciales. Los padres y tutores pueden asistir a una escuela para padres con tal de aprender a presupuestar, planificar una dieta saludable e interactuar con sus hijos de una manera que fomente el aprendizaje. Las familias pueden obtener comida gratis a través de la despensa de alimentos de la escuela. El centro también ofrece ropa para familias y asistencia financiera de emergencia para ayudar a pagar el alquiler o los depósitos.
Los padres y funcionarios escolares de Christopher House señalan que los programas han tenido un impacto: los padres se han vuelto más autosuficientes, han podido permanecer en viviendas estables, poner comida en sus mesas y apoyar los estudios académicos de sus hijos en casa. A través de las clases de crianza, muchos han aprendido a construir una buena relación con sus hijos y, en algunos casos, han llegado a comprender que el comportamiento aceptado en algunas culturas, como golpear a los niños por portarse mal, es dañino.
Aunque los servicios son gratuitos para quienes califican, Christopher House espera mucho a cambio, principalmente en la manera en cómo se involucran los padres. Además de asistir a clases para padres, se les alienta a participar en eventos escolares, a ser miembros del consejo de padres y asumir roles de liderazgo.
Eric Bruns, profesor de psiquiatría y ciencias del comportamiento en la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, remarcó que es importante que las escuelas que adoptan un modelo integral proporcionen a los padres un apoyo formal e intensivo cuando sus hijos son muy pequeños. "Cuanto antes intervengas, mejores serán los resultados que lograrás", señaló.
Pero hacer que esto suceda en una escuela no está exento de desafíos. La organización debe recaudar USD 2 millones cada año procedentes de corporaciones, fundaciones e individuos para sostener sus programas.
Mientras que los educadores de Christopher House admiten que su apoyo a las familias es el ingrediente secreto para el éxito de los estudiantes, los académicos también son clave. Los programas para bebés, niños pequeños y preescolares de Christopher House están acreditados por la Asociación Nacional para la Educación de Niños Pequeños, que analiza docenas de indicadores para medir la calidad.
Las aulas de la primera infancia de la escuela, al igual que las de los preescolares, están organizadas en centros donde los niños pueden jugar, esculpir arcilla o trabajar con maestros en pequeños grupos. Las proporciones de niños por maestro son más bajas que las requeridas en los programas de cuidado infantil de Chicago, y los maestros de primera infancia de Christopher House completan más de cinco veces las horas de desarrollo profesional requeridas por el estado. Esta educación es gratuita a excepción de una pequeña tarifa suplementaria por cuidado después de la escuela o cuidado infantil que algunos padres pagan según los ingresos.
Una mañana, en el aula preescolar de Christopher House, 20 niños se dispersaron por la escuela. Las obras de arte de los estudiantes, una señal de un programa de alta calidad, decoraban las paredes. Un niño se sentó en el suelo en el centro del aula, construyendo una torre peligrosamente alta con bloques. Tres niños jugaban con disfraces en la equina de atrás, riéndose mientras se vestían con capas y alas de hada. Los otros niños de 3 a 5 años jugaban con arena, pintaban con los dedos y leían libros. Cuatro maestros monitoreaban la clase.
Hay una larga lista de espera, pero las familias que tienen una plaza aquí se consideran afortunados y dicen que los beneficios pueden ser muy profundos. Mariano Agosto, cuya novia murió un año después del nacimiento de su hija, asegura que Melanie está prosperando. Ahora tiene 8 años, le encanta jugar y está fascinada con las actividades de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. Le gusta cantar y bailar, y quiere ser veterinaria.
En cuanto a Agosto, con la ayuda de Cristopher House, pudo ver a un terapeuta para lidiar con la muerte de su prometida. La escuela también le dio acceso a su laboratorio de computación para que pudiera buscar trabajo. Con el apoyo de la escuela, Agosto completó la escuela de mecánica y está esperando hacer la prueba de certificación. Está profundamente involucrado con Christopher House, está en el consejo de padres e incluso se disfraza de Santa Claus para las fiestas de fin de año en la escuela.