El sentido de obligación de John McCain con su país estuvo marcado por un largo historial familiar de servicio militar, incluyendo a dos almirantes de alto rango: su padre y su abuelo. Pasó cinco años de cruel confinamiento y tortura en una prisión de Vietnam del Norte, una terrible experiencia que le acabó sirviendo para ocupar un cargo público durante mucho tiempo y ser una figura prominente en la nación.
Pero es posible que el episodio más importante de su vida ocurriera pocos meses antes de ser derribado en Hanoi. A finales de julio de 1967, él estaba en la cabina de su caza A-4 Skyhawk, en la cubierta del USS Forrestal, cuando un cohete lanzado accidentalmente causó estragos en la nave. El Sr. McCain, que por aquel entonces tenía el rango de teniente coronel, escapó de ese infierno en llamas. Se perdieron ciento treinta y cuatro vidas.
"Después fui a la enfermería a tratar mis quemaduras y heridas de metralla. Allí encontré una horrible escena con hombres que habían sufrido graves quemaduras y que estaban en sus últimos momentos de vida. Alguien dijo mi nombre, un joven, irreconocible para mí porque el fuego había acabado con todas sus características físicas para identificarlo. Me preguntó si un piloto de nuestro escuadrón estaba bien. Yo respondí que sí. El joven dijo: 'Gracias a Dios' y murió. Salí de la enfermería sin poder mantener la compostura. Los hombres sacrificaron sus vidas por los demás y por su barco. Muchos de ellos tenían solo 18 o 19 años", escribió en sus memorias.
En ese libro, Faith of My Fathers: A family Memoir, McCain habló con franqueza de sus imperfecciones: "He pasado gran parte de mi vida eligiendo y actuando a mi manera, a menudo sin cuidado. En otras ocasiones, elegí mi camino por una buena causa y con buenos resultados. Lo hice para mantener un equilibrio en mi vida: un equilibrio entre el orgullo y la pena, entre la libertad y el honor".
Se convirtió en una figura dominante en el Senado, con fuerza de voluntad, persistencia y determinación, porque se hizo respetar al ser alguien que ha sacrificado mucho por su país.
McCain representó a un estado conservador, y gran parte de sus acciones reflejan ese hecho. Hizo algunas cosas con un interés puramente electoral, por ejemplo al principio de su carrera política en Arizona, que votó en contra para la creación de un día feriado nacional en honor del reverendo Martin Luther King Jr., o en el 2000 en contra de la bandera confederada de Carolina del Sur, en un momento en que se estaban llevando a cabo unas primarias presidenciales allí. Después de las primarias, regresó a Carolina del Sur y manifestó: "Temía que, si respondía con sinceridad, no podría ganar las primarias en Carolina del Sur. Así que elegí comprometer mis principios. Rompí con mi promesa de decir siempre la verdad. La honestidad es fácil cuando mis intereses no están involucrados". También dejó que la política lo llevara a elegir a Sarah Palin, la gobernadora de Alaska, como su compañera presidencial en 2008. Él, en realidad, hubiera preferido tener al senador de Connecticut, Joseph I. Lieberman, que estaba mucho mejor calificado.
A lo largo de los años, no estuvimos de acuerdo con el Sr. McCain en varios temas, y cuando pasó eso fue más por un sentimiento de decepción que de enojo. Era una figura tan respetada que sus puntos de vista tenían credibilidad, incluso entre muchos que se oponían firmemente a ellos. Y en algunas de las cuestiones más importantes, como la reforma de la financiación de campaña, la inmigración, los derechos humanos, el trato a los prisioneros, las mejoras en la democracia, la defensa nacional y la disuasión de la agresión extranjera, McCain era un líder valiente y de principios. Con su voto en 2017 contra un proyecto de ley de salud que consideraba negativo para el país, hizo un llamado a favor de la cooperación y el respeto mutuo en el Congreso. Era un mensaje que debía ser escuchado, especialmente por aquellos en su partido que parecían haberse desamparado de sus principios conservadores por las hazañas falsamente populistas del presidente Trump. El Sr. McCain, en numerosas ocasiones, se elevó por encima de la política del partido para perseguir lo que honestamente vio como interés nacional, y logró un gran acuerdo. El país ha perdido un activo irremplazable.
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