En 1993, Richard Hoagland parecía vivir la buena vida. Tenía una esposa joven y dos hijos, Matthew y Douglas. Los negocios eran lo suficientemente buenos en su compañía de seguros como para pagar una casa de cinco dormitorios en las afueras de Indianápolis, una lancha rápida en un lago cercano y un armario lleno de trajes de diseñador.
Luego se fue sin decir nada.
Hoagland le dijo a su esposa que iría al hospital. Cuando ella llamó a la sala de emergencias, su esposo no estaba allí. Él no estaba en ningún lado. Su pasaporte y cepillo de dientes todavía estaban en casa.
"No empaquetó nada. Hacía frío, era febrero y no se llevó ningún abrigo", recordó Linda Iseler, esposa de Hoagland al programa Nightline de ABC en 2016. "¿Cómo se aleja de sus propios hijos? ¿Les das la espalda?".
El auto de Hoagland fue encontrado en el aeropuerto de Indianápolis. "No hubo nadie con el nombre de Richard Hoagland que tomara un vuelo desde allí ese día o después", señaló Iseler a ABC.
Tras su desaparición, Hoagland siguió enviando tarjetas de cumpleaños a sus hijos.
Después de eso, todo fue silencio. "Nos dejó sin nada. Yo estaba rota", remarcó.
Durante más de dos décadas, la familia de Hoagland vivió sin conocer las circunstancias de su desaparición. Su esposa se volvió a casar. El estado lo declaró legalmente muerto en 2003.
Luego, en 2016, una llamada telefónica de la policía de Florida alertó a la familia que Hoagland estaba vivo y vivía bajo el nombre de un muerto. Una búsqueda de Ancestry.com había sido el primer paso para descubrir una madeja de mentiras que, eventualmente, llevaría a Hoagland a la cárcel.
El hombre no ha hecho ningún comentario público sobre su caso.
La policía concluyó que, después de huir en 1993, él bajó hasta Florida, donde alquiló un departamento a un hombre mayor llamado Edward Symansky.
Ese señor estaba de duelo. Solo dos años antes, en 1991, su hijo Terry, un pescador nacido en Ohio, había muerto en un accidente en alta mar. El nuevo inquilino de Symansky, a menudo, se quedaba escuchando al pobre padre hablar de su hijo.
"Mi padre estaba afligido y su corazón estaba destrozado", afirmó a People Cynthia Bujnak, la hermana de Terry.
Mientras vivía con el desconsolado padre, Hoagland finalmente encontró el certificado de defunción de su hijo, Terry Symansky. El documento probaría ser su llave maestra para construir una nueva vida. Él robó su identidad.
"Usando ese certificado de defunción, él solicitó un certificado de nacimiento", comentó a ABC Anthony Cardillo, un detective de la Oficina del Sheriff del condado de Pasco. "Presenta el certificado de nacimiento para obtener una licencia de manejar. Una vez que tiene esa licencia, comienza a establecerse como Terry Symanksy".
Hoagland, bajo el nombre de Symansky, comenzó de nuevo. Se casó con una mujer llamada Mary en 1995. La pareja tuvo un hijo, según cuenta el Tampa Bay Times. Compró una casa en Zephyrhills, en la costa del Golfo de Florida. Compró una propiedad y se puso como dueño. Incluso obtuvo su licencia de piloto.
Ese rastro fue una sorpresa para el sobrino real de Terry Symansky cuando comenzó a vagar por Ancestry.com años más tarde.
En 2013, el sobrino descubrió los registros. Sabiendo que el verdadero Symansky murió en 1991, el sobrino y la familia temían que un impostor se hiciera cargo de la identidad del muerto. Pero la familia esperó tres años antes de contactar a las autoridades.
El alguacil del condado de Pasco, el detective Cardillo llamó a la puerta de Hoagland en julio de 2016.
"Me dijo que se llamaba Terry Symansky. Me mostró su licencia de manejar y me dio el número de Seguridad Social de Terry Symansky", confirmó el detective al Indianapolis Star. "Entonces le mostré el certificado de defunción".
Admitió el plan que había durado dos décadas. Según el Tampa Bay Times, "su esposa e hijo de Florida no sabían nada sobre su vida pasada en Indiana o sobre la esposa y los hijos que abandonó. Hoagland dijo a los investigadores en Florida que huyó de Indiana para alejarse de su esposa.
"Este es un cobarde egoísta", declaró el alguacil del condado de Pasco, Chris Nocco. "Esta es una persona que ha vivido su vida destruyendo a otros".
El hijo de Hoagland, Douglas, estaba en una cárcel de Indiana cuando escuchó las noticias sobre su padre perdido hacía mucho tiempo. Durante años, el consumo de drogas lo había lo había arrastrado dentro y fuera de los calabozos estatales como una marea.
"Empecé a jugar con drogas en la escuela secundaria", explicó recientemente al Indianapolis Star. "Me rompí la mano, me prescribieron narcóticos. Fue después de eso".
Luego estaba cumpliendo un período de ocho años de condena cuando la televisión comenzó a publicar una historia sobre un hombre de Florida que había estado viviendo bajo una identidad falsa durante más de dos décadas.
La foto que acompañaba a la pieza mostraba a un hombre de 63 años con el cabello gris y gafas. Douglas reconoció a su padre.
Desde la cárcel, Douglas se sentó a escribir una carta a su padre, un hombre considerado legalmente muerto por el estado. "Durante mucho tiempo me pregunté qué justificaba que alguien pudiera irse", escribió. "Estoy seguro de que la gran pregunta subyacente para todos es ¿POR QUÉ? ¿Qué fue tan malo que tuviste que desaparecer?"
Douglas comenzó a desempacar su vida en la carta que le escribió a su padre. Relacionó su consumo de drogas con la marcha de su progenitor. "A una edad muy joven, perdí a una persona que pensé que me amaba", escribió Douglas. "Tenía una autoestima muy baja, y eso afectó aún más mi consumo de drogas. Usé medicamentos para tener más confianza ya que, a veces, me sentía menos de lo que realmente era".
En febrero de 2017, Hoagland se declaró culpable de un cargo de robo de identidad agravado. Estuvo casi dos años en una prisión federal antes de regresar a Indiana en abril.
Mientras tanto, su esposa lo llevó a la corte para solicitar la manutención de los chicos. A principios de este mes, un juez del condado de Hamilton (Indiana) decidió que Hoagland debe a su esposa e hijos USD 1.86 millones.
"Me alegré de que finalmente hubiéramos llegado a ese punto en el que se le haría responsable de su comportamiento", comentó Linda Iseler.
Douglas Hoagland, también fuera de la custodia, estuvo presente en la reciente audiencia judicial. Era la primera vez que veía a su padre desde 1993.
"Si crees que tienes dos hijos, estarías emocionado de verlos. Pero este tipo, nada", recordaba Douglas.
No está claro si Iseler y sus hijos recibirán el dinero del juicio. Los activos de Hoagland están vinculados a un proceso de divorcio con su esposa en Florida.