Los camarones mantis son los que golpean más rápidamente en el océano. Usando sus extremidades anteriores como mazas, los pequeños crustáceos dan golpes con tanta rapidez y fuerza que se crean bolsas de agua marina de luz y calor. De las más de 450 especies de camarón mantis (parientes lejanos de la especie que cuelga en las copas de cóctel), una de las especies mejor estudiadas es el camarón mantis pavo real, o también conocido como Odontodactylus scyllarus.
Un camarón mantis pavo real de 15 centímetros puede dar golpes a una velocidad de 80 Km/hora, y es por eso que la bióloga Ilse Daly, de la Universidad de Bristol en Gran Bretaña, usa gruesos guantes de jardinería cuando maneja a estos pequeños pugilistas. Ella respeta las porras de los crustáceos, pero sus intereses científicos se centran en otras de sus sorprendentes características: sus ojos.
Los ojos de camarón mantis pavo real se posan en el extremo de los tallos. Los ojos compuestos giran independientemente en todas las direcciones. E incluso cuando estos ojos giran completamente hacia los lados, los animales todavía son capaces de mirar, según una investigación de Daly y sus colegas que ha sido publicada en la revista Proceedings of the Royal Society B.
"Sus ojos están constantemente en movimiento, arriba, abajo, de lado a lado", comenta Daly. La mirada errante le da al Odontodactylus un aire de inteligencia, al menos en comparación con las miradas fijas de otros crustáceos (en realidad, los camarones mantis pueden ser más inteligentes que el cangrejo convencional).
"Sus ojos están construidos de una manera realmente extraña, a diferencia de cualquier otro ojo animal", remarca el biólogo del condado de Baltimore de la Universidad Maryland, Thomas Cronin, que ha estudiado los sistemas de visión del camarón mantis desde 1983 y que no participó en esta investigación.
Los camarones mantis tienen tres "pseudo-pupilas" apiladas una encima de la otro. Cada ojo tiene una percepción de profundidad independiente. Los crustáceos pueden ver más allá de los humanos en ambos extremos del espectro de luz, observando las longitudes de onda ultravioleta e infrarroja. Los mamíferos tienen tres tipos de células fotorreceptoras, mientras que las gamas mantis usan una docena.
Pero la visión del color del camarón mantis es única. El camarón evalúa su entorno de la misma forma que un escáner captura una fotografía: detecta una banda de color, la procesa y vuelve a repetir. Es un método que los científicos comparan con barrer el piso con una escoba, golpe a golpe. "De alguna manera pintan el mundo en su sistema visual", comenta Cronin.
En el nuevo informe, Daly y sus compañeros examinaron la forma en que los camarones mantis miran en un mundo rotativo. Los científicos construyeron un tanque de prueba con cámaras de alta velocidad ubicadas sobre los animales para registrar sus movimientos oculares. En una prueba, los científicos colocaron un tambor alrededor del acuario, como si los camarones estuvieran dentro de un túnel. Comenzaron a girar el tambor como una rueda de automóvil, y miraron para observar si el camarón estabilizaría su mirada para seguir el tambor.
El experimento imita una atracción popular en Gran Bretaña llamada "túnel vórtice", en la que los asistentes tratan de cruzar una pasarela mientras la pared y el techo giran. La rotación no es como la de un carrusel, sino que las paredes giran sobre la cabeza de una persona y se balancean desde la parte de debajo de sus pies. Es difícil atravesar la pasarela y aunque el piso permanece estable, las paredes giratorias pueden provocar vértigo en los humanos.
Los investigadores sospecharon que el camarón también giraría los ojos para mantener una vista estable. Pero no. En algunos casos, "sus ojos se alejaron del tambor", recuerda Daly. Esto sugiere que la orientación de sus globos oculares "no parece tener ninguna relación con su percepción del espacio".
Los científicos todavía no entienden por qué el camarón requeriría esta forma única de ver el mundo. "No estamos cerca" de resolver la cuestión de los sistemas de visión del camarón mantis.
Cronin supuso, y esto es una mera especulación, que los ojos vagabundos podrían funcionar mejor cuando los animales permanecen estacionarios. "Es posible que los camarones mantis simplemente no tengan una idea real de cómo se presenta el mundo", analizó al tiempo que agregaba que los animales escanean en busca de destellos de color y no mucho más. La mayoría de los estudios como este han observado al camarón mientras permanecen en su lugar, asomándose desde una madriguera. Tal vez los animales tienen miradas más estables mientras corren por el fondo del océano, cuando volver a la seguridad de una grieta se convierte en una cuestión de vida o muerte.
Los animales aún encuentran maneras de sorprender a Daly, a pesar de haber trabajado con ellos durante años. "Mientras más los miras, más extraños se vuelven".