Poco después del despegue, un miembro de la tripulación de un vuelo desde Oslo (Noruega) notó un problema con los inodoros en un avión repleto de fontaneros.
El incidente ocurrió hace unos días en un vuelo de Norwegian Air Shuttle con 85 trabajadores de la industria de plomería que se dirigían a Munich para un evento comercial. Cerca de 70 fontaneros de la compañía Rørkjøp estaban en el vuelo, incluido su director ejecutivo, Frank Olsen. La ironía y las risas se dejaron caer entre los pasajeros cuando la tripulación anunció el motivo del regreso a Oslo.
"Rara vez ha habido más risas en un avión… cuando la razón es que hay 'problemas con el inodoro'", comentaba Olsen a The Washington Post.
El sitio web de datos de vuelo Flight Tracker muestra el recorrido del vuelo hacia el sur siguiendo su patrón habitual a través del estrecho de Skagerrak. Pero aproximadamente 15 minutos después del despegue, el vuelo viró hacia el este en su camino de regreso a Oslo.
Si alguien necesitaba ir urgentemente al baño debía esperar hasta que el avión aterrizara de nuevo, tal y como explicó Daglabet Fatima Elkai, una portavoz de la aerolínea. Finalmente el avión hizo cuatro giros cerrados sobre Våler antes de tocar suelo en el aeropuerto de Gardermoen, al norte de la capital.
Olsen subrayó que, aunque había docenas de plomeros en la aeronave, ellos no podían ayudar a reparar los inodoros defectuosos. "Con gusto hubiéramos arreglado los baños, pero desafortunadamente estas operaciones deben hacerse desde el exterior y no queríamos arriesgarnos enviando a un plomero a 10,000 metros de altura", bromeaba Olsen durante una charla con Daglabet.
No es la primera vez que un vuelo con inodoros defectuosos obliga a un avión a aterrizar, pero puede que este caso sea el más afortunado. En diciembre de 2016, un vuelo con destino a París desde Nueva York aterrizó en Irlanda para que sus pasajeros pudieran usar el baño allí. Un mes antes, un vuelo de Toronto a Lahore (Pakistán) se desvió a Gran Bretaña después de que un inodoro se atascara.
Olsen dijo que el incidente se solucionó rápidamente y que los pasajeros pudieron volar ese mismo día en otro vuelo.
"Incluso la azafata vino y me dijo que nunca había dado la vuelta en U con tantos pasajeros sonriendo a bordo. Todavía estamos sonriendo", comenta.