Los consumidores habituales de marihuana tienen un veinte por ciento más de sexo que los abstemios, según un nuevo estudio de investigadores de la Universidad de Stanford.
El estudio analizó datos de 28.000 mujeres y 23.000 participantes masculinos en la Encuesta Nacional de Crecimiento Familiar, una encuesta nacionalmente representativa de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de estadounidenses de 15 a 49 años. El informe encontró que las mujeres que fumaban marihuana diariamente tuvieron relaciones sexuales 7,1 veces al mes, en comparación con las 6 veces al mes para las mujeres no fumadoras.
De manera similar, los hombres que consumieron marihuana diariamente reportaron tener sexo con una mujer 6,9 veces al mes, en comparación con las 5,6 veces de los que no lo hacían.
Esos hallazgos se mantuvieron incluso después de que los investigadores controlaron una serie de variables demográficas conocidas por afectar los hábitos sexuales y el consumo de marihuana. "La tendencia general que vimos se aplica a personas de ambos sexos y todas las razas, edades, niveles de educación, grupos de ingresos y religiones, todos los estados de salud, ya sea que estén casados o solteros y tengan hijos", comenta el autor Michael Eisenberg en un comunicado.
Reforzando aún más los hallazgos, el estudio también encontró lo que los investigadores llaman una "relación dependiente de la dosis" entre el consumo de marihuana y la frecuencia sexual: a medida que aumentaban las tasas de uso de marihuana de los encuestados, también aumentaba su frecuencia de tener relaciones sexuales.
El estudio, sin embargo, no necesariamente indica una relación causal entre el uso de marihuana y el sexo. "No dice que si fuma más marihuana, tendrás más relaciones sexuales", afirma Eisenberg. Por ejemplo, las personas que son naturalmente propensas a tener relaciones sexuales más frecuentes pueden estar predispuestas al consumo de marihuana, en lugar de a la inversa.
Sin embargo, parece plausible que un efecto causal pueda estar operando aquí. Algunas investigaciones cualitativas publicadas en 2016, por ejemplo, encontraron que los encuestados generalmente decían que el sexo bajo los efectos de la marihuana era más placentero que practicar sexo borracho o sobrio. Un estudio de 2003 también encontró que más de la mitad de los usuarios de marihuana dijeron que la droga era un refuerzo de la libido, en comparación con el 26 por ciento que dijo que inhibía su impulso sexual.
"En los humanos, el sexo no es solo un medio para la procreación, sino que también sirve como fuente importante de placer físico y expresión de intimidad emocional", escriben los autores de Stanford. Como tal, una buena cantidad de otras investigaciones ha encontrado un vínculo entre la frecuencia del sexo y la salud física y mental en general. Las personas que tienen más relaciones sexuales, en promedio, son más felices y están menos estresadas, tienen una presión arterial más baja y una mejor salud cardiovascular en general.
Esto subraya un punto clave sobre el uso de drogas. Todos conocemos los riesgos asociados con el consumo de marihuana: dependencia, manejo deficiente, disminución del rendimiento académico, etc. Pero cuando hablamos de políticas de drogas, rara vez hablamos sobre los beneficios del consumo de estas.
Eso es, en parte, por diseño: durante décadas, la investigación sobre el uso de drogas se ha enfocado casi de manera uniforme en sus efectos perjudiciales. Este sesgo se basa en los nombres de las instituciones que financian gran parte de esta investigación, y es por eso que tenemos un Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas, en lugar de un Instituto Nacional sobre el Uso de Drogas.
Justo ahora estamos empezando a comprender algunos de los beneficios potenciales de la droga, incluyendo euforia y relajación, alivio del dolor, menores índices de dependencia de opiáceos y violencia doméstica, disminución del uso de drogas más dañinas y, aparentemente, mejor salud sexual.
Pero las discusiones de los legisladores sobre cómo regular las drogas, como la marihuana, rara vez toman en cuenta esos beneficios.