Un juez de distrito de Estados Unidos en Chicago dictaminó que una demanda colectiva puede avanzar contra Twentieth Century Fox Television. La demanda alega que la red alentó a los funcionarios del condado de Cook, que también están siendo demandados, a cerrar varias áreas vitales de una prisión juvenil mientras filmaban algunas escenas de Empire, en detrimento de la vida carcelaria de los reclusos.
En la segunda temporada de esta exitosa producción de Fox, el personaje principal de la serie, el magnate de la música Lucious Lyon (interpretado por Terrence Howard), se encuentra en la cárcel. Para representar de manera realista su estancia en prisión, Fox filmó varias escenas en el Centro de Detención Temporal Juvenil del Condado de Cook, en Chicago, durante el verano de 2015.
El centro de detención fue cerrado en tres ocasiones para atender las necesidades del rodaje, según alega la demanda. Por lo general, las prisiones se cierran únicamente si hay amenazas de seguridad y no para la filmación de un programa de televisión.
Durante el cierre, varias áreas de ese centro de detención, incluyendo la escuela, la zona de visitas familiares, el patio de recreo al aire libre, la biblioteca y la capilla "se cerraron para que los empleados de Fox pudieran utilizarlas libremente para escenificar y filmar la serie".
Mientras tanto, los reclusos fueron obligados a permanecer en sus celdas o confinados en pequeñas habitaciones, donde fueron forzados a sentarse "durante días y días", alegando que estas restricciones eran "más severas que las que rigen en muchas cárceles de adultos".
Como resultado, la prisión canceló algunas de las visitas familiares, sesiones de rehabilitación y educación, según reza la demanda.
Fox rechazó reiteradamente las solicitudes de varios medios de comunicación para comentar acerca de las alegaciones del pleito.
Los dos episodios de Lyon en la cárcel, uno de los cuales contó con la presencia del comediante Chris Rock, fueron muy publicitados. También fueron extremadamente rentables. Los anuncios publicitarios de treinta segundos del primer episodio cuestan USD 750,000 y los del segundo USD 600,000.
Fox solicitó la desestimación de la demanda colectiva en su contra, que fue presentada por los tutores legales de dos de los reclusos en agosto de 2016, alegando que la compañía no era responsable del cierre.
La jueza de distrito de Estados Unidos, Amy J. St. Eve, dictaminó que la demanda puede seguir adelante. El juez desestimó un reclamó de que Fox infringió los derechos del recluso, pero admitió que la compañía audiovisual puede ser responsable de "inducción de violación de los deberes fiduciarios", lo que significa que Fox puede haber "coludido" con la administración de la prisión para colocar el centro en lockdown durante el rodaje.
En 2015, el mismo año de la filmación de los dos episodios, el Chicago Tribune describió el centro de detención como "un nido de problemas". El diario agregó que tenía una "reputación de estar abarrotado, sucio y mal atendido", y que, a menudo, encerraban a los jóvenes "en condiciones violentas, insalubres y de hacinamiento".