La depresión generalmente se considera un tema del que los padres tienen que comenzar a preocuparse en los años turbulentos de la adolescencia. Esto es lo que dicen las series del canal CW, con sus personajes cargados de angustia existencial sobre la escuela, los amigos y el amor, y es lo que dicen también innumerables libros sobre la adolescencia.
Pero ¿y si para ese momento ya es demasiado tarde?
Un nuevo estudio contiene datos alarmantes sobre el estado de salud mental de los menores en los Estados Unidos. En muchos de ellos la depresión parece comenzar tan pronto como a los 11 años. Al llegar a los 17 años, el análisis encontró que 13,6% de los varones y un preocupante 36,1% de las jóvenes habían estado o estaban deprimidos.
Estos números superan significativamente las estimaciones anteriores. Entender los riesgos de la depresión es crítico debido al estrecho vínculo entre episodios depresivos y problemas graves en la escuela, las relaciones y el suicidio.
Aunque que los investigadores han sabido desde mucho sobre la brecha de género en la depresión, la cual afecta más a las mujeres, las nuevas cifras muestran que las niñas y los varones toman sus divergentes caminos antes de lo esperado.
Publicado en la revista Translational Psychiatry, el estudio se basó en datos compilados en entrevistas cara a cara con más de 100.000 menores que participaron en la Encuesta Nacional de Uso de Drogas y Salud entre los años 2009 y 2014.
Las preguntas abordaban temas como el insomnio, la irritabilidad y los sentimientos de culpa o poca valía, cuyas respuestas los investigadores usaron para "diagnosticar" a los participantes usando criterios del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales.
Joshua Breslau, investigador principal en la división de salud de RAND y autor principal del estudio, explicó que una de las principales teorías de trabajo sobre la brecha de género en el diagnóstico de la depresión tiene que ver con los años de la adolescencia.
"La idea que se manejaba era que el incremento en las mujeres era porque ocurría en ellas algo en particular, social o biológicamente, a mediados de la adolescencia", dijo Breslau. "Nuestros hallazgos contradicen esto parcialmente".
Breslau dice "parcialmente" porque el análisis sí encontró que la brecha entre chicos y chicas con depresión crece entre los 12 y 17 años de edad, lo cual coincide con la antigua teoría. La sorpresa fue que la diferencia ya es bastante significativa a los 12 años, explicó Breslau, "lo que indica que las diferencias tienen sus orígenes antes de lo que se pensaba anteriormente".
La idea de que la depresión pueda afectar a niños es algo que sólo hace poco ha sido aceptado por los psicólogos. Tan recientemente como los años 80, los adolescentes eran considerados demasiado inmaduros para poder experimentar una aflicción tan adulta. Pero hoy la mayoría de científicos admiten que puede haber niños de 4 o 5 años que estén deprimidos.
Elizabeth Miller, directora de la división de medicina adolescente del Hospital de Niños de Pittsburgh, dijo que hasta que los investigadores puedan entender mejor por qué algunas personas pueden salir de la depresión sin intervención mientras que otras necesitan ayuda, los maestros y otras personas que trabajan con menores deben aprender a reconocer los signos de la depresión infantil. Incluyen períodos prolongados – generalmente dos semanas o más – de estado de ánimo bajo, incapacidad para disfrutar de actividades normalmente placenteras, insomnio, irritabilidad, aumento o pérdida de peso, y sentimientos de culpa o baja autoestima.
"Cuando uno ve a gente joven con síntomas de depresión es realmente mucho, mucho mejor ponerlos en contacto con un pediatra para obtener una evaluación integral de salud mental e iniciarlos en un tratamiento más temprano que tarde", dijo.