Nadie puede negar que son bellísimas, pero veamos qué tiene que decir la ciencia al respecto. Brenda Arias, del Instituto de Astronomía de la UNAM, nos lo explica.
Cada vez que llega octubre la Luna se pone de moda. Que si alumbra más, que si es más grande, que pone sensible a la gente. No hay quien no tenga algo que decir al respecto. A cielo abierto jamás pasa desapercibida y en redes sociales se comparte y retuitea su mejor cara —que siempre es la misma—. La gente se regala lunas virtuales vía muros de Facebook. Todos hablan de ella.
Hablamos con Brenda Carolina Arias, coordinadora de Comunicación del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para preguntarle si realmente la Luna de octubre es la más bonita y nos dijo que no es que este satélite natural tenga por sí mismo características distintas en esta época, sino que una conjunción de factores permite apreciarla mejor.
La llegada del otoño tiene mucho que ver. Esta estación inicia en el hemisferio norte el 22 de septiembre y cuando esto ocurre deja de llover en muchos estados de la República, al tiempo que la aparición de corrientes de viento más intensas hace que se dispersen las nubes del cielo.
Es por eso que cuando llega octubre, mirar hacia arriba garantiza la contemplación de un paisaje bastante limpio. Aunado a ello, está comprobado que las noches suelen durar más y que oscurece más temprano.
"La órbita de la Luna es elíptica, igual que la de la Tierra. Una vez en el año se encuentra en el extremo más alejado y otra en el más cercano a nuestro planeta. Cuando está lejos se llama apogeo; cuando se encuentra próxima, perigeo", explica la especialista.
En el perigeo la Luna puede verse hasta un 12% más grande y eso puede pasar en octubre, pero no siempre es así. En realidad, puede pasar en cualquier mes. Por ejemplo, este año ocurrió el 13 de septiembre.
Lamentamos decirte que ese viejo dicho que ha sobrevivido al paso de generaciones, y que asegura que la Luna de octubre es más grande y brillante, es un mito en toda la extensión de la palabra.
Por tanto, aquello de que hay personas que aseguran que la Luna llena les desencadena ciertos efectos "extraños", tales como insomnio o cambios repentinos de humor, es algo que no tiene sustento científico.
"Eso no tiene nada que ver como tal con los astros. Sí existe un efecto gravitacional de la Luna hacia la Tierra, y viceversa. Pero ello sólo influye, entre otras cosas, en las mareas, no tanto en los seres vivos", dice Carolina Arias.
Todo tiene una explicación, según la Maestra, quien en 2006 ganara el Premio Nacional "Miguel Ángel Herrera" para Jóvenes Divulgadores de la Ciencia. "Si no pueden dormir es porque la Luna llena es excesivamente brillante. Quizá es su luz lo que no les permite conciliar el sueño. La ciencia lo explica todo."
Este 28 de octubre el Día internacional de observación de la Luna. Sal a verla. Con suerte encuentras a alguien que te comparta su telescopio para que admires los valles, cráteres y mares de la única cara que le conocemos. Seguro la encontrarás bellísima. Ahora ya sabrás el porqué.
Publicado originalmente en VICE.com