Cuando Kimberly Button condujo su caravana (o RV como se conoce en Estados Unidos) hasta el Parque Nacional de Glacier, en Montana, esperaba encontrar un alivio después de dejar, por unos días, su ciudad natal de Orlando (Florida). "Supusimos que tendríamos unas temperaturas más suaves. No podríamos haber estado más equivocados", lamentó.
Y es que nada fue como pensaron. Las Montañas Rocosas registraron temperaturas de más de 32 grados centígrados. La familia de Button, que no tenía aire acondicionado, tenía la sensación de que estaba en una sauna. "Nos mirábamos y nos decíamos ¿cómo puede hacer este calor en el Parque Nacional?".
Buena pregunta. Ella suele publicar artículos en GetGreenBeWell.com, un sitio web sobre viajes ecológicos y, cada vez más, ha mostrado su preocupación por los efectos del cambio climático. Ella dice que este verano fue un toque de atención por esta situación extrema.
Las temperaturas récord no se limitaron únicamente a Montana. El suroeste soportó su peor ola de calor en décadas. Las altas temperaturas forzaron la cancelación de docenas de vuelos en el Aeropuerto Internacional de Phoenix. Hacía demasiado calor para volar. Y luego los huracanes Harvey, Irma y María, que afectaron aún más los planes de viajes y provocaron la cancelación de un gran número de vuelos.
"Los fenómenos meteorológicos cada vez son más frecuentes, más graves y, en muchos casos, el verano se alarga más de lo normal", dice Meghan McPherson, que enseña en el programa de gestión de emergencias de la Universidad Adelphi. "Gran parte de nuestra infraestructura fue diseñada para funcionar en el clima en el que fue creada. Debido a esto, las carreteras que nunca se habían inundado, ahora lo hacen por las tormentas que se registran diariamente, y nuestros aviones no pueden despegar por el calor de las pistas…", remarcó al tiempo que mostraba su preocupación.
Vamos a centrarnos en eso. ¿Por qué un avión no pudo despegar de Phoenix? Los motores de reacción tienen menos fuerza durante una ola de calor ya que el aire es menos denso, según cuenta Dan Boland, piloto comercial de una aerolínea. "El aire menos denso equivale a menos energía, y cuando tenemos una carga de pasajeros casi al máximo, y con temperaturas superiores a los 37 grados, es casi imposible despegar de forma segura", advierte.
Volar en clima cálido también es más caro. La mayoría de los despegues se pueden lograr con un empuje reducido, pero a medida que las temperaturas se van acercando a los 35 grados, los pilotos deben usar la mayor fuerza posible, lo que reduce la vida del motor y aumenta el costo de un despegue, según Boland.
El aumento de la temperatura también tiene sus consecuencias en tierra. A principios de este año, Jessica Pociask, ecologista y fundadora de Want Expeditions, un operador turístico, tuvo que cancelar unas vacaciones para ver focas arpa en el Golfo de San Lorenzo ¿Por qué? Por la falta de hielo. "El cambio climático está teniendo un impacto masivo en los viajes", argumentó.
Phyllis Stoller, que dirige un tour operador llamado Women's Travel Group, dice que su negocio también se ha visto afectado por los cambios climáticos. Ella recuerda su primer viaje a Etiopía hace seis años. En aquel entonces, en las elevaciones más altas, las temperaturas eran frías. Dos años después, no hubo ningún alivio de calor, incluso en las zonas más altas. "Cambiamos las fechas para la próxima expedición por Etiopía, así nos adaptábamos al cambio y estamos pensándolo en hacer durante los meses de invierno", relata.
Micha Wacquier, que dirige otra empresa turística llamada Puur Travel, se ha enfrentado a desafíos similares durante sus viajes al Parque Nacional Kruger, en Sudáfrica.
"Las precipitaciones durante la temporada de lluvias se han intensificado en los últimos años, lo que provoca que muchas carreteras se cierren y dañen la zona provocando un sinfín de inundaciones. Además, los fuertes vientos que los acompañan crean estragos en los aviones más pequeños", agrega.
Entonces ¿cómo viajar durante un tiempo de clima extremo? No hay nada que se pueda hacer para cambiar el clima, al menos a corto plazo, pero hay algunos pasos que se pueden seguir para garantizar que las interrupciones se reduzcan al mínimo.
Si estás preocupado por el deshielo este invierno, deberías planear tu viaje de esquí para un momento en el que la nieve sea más segura, por ejemplo a principios de marzo o a mediados de febrero. O toma ese crucero por el Caribe en diciembre o enero para mantenerte alejado de la temporada de huracanes.