Los médicos de un hospital australiano estaban desconcertados cuando una mujer de 30 años se presentó con intensos dolores de estómago.
Su ritmo cardíaco era más rápido de lo normal y la membrana que recubría su pared abdominal estaba inflamada, según un artículo médico publicado por BMJ Case Reports. Sus signos vitales, las pruebas de laboratorio, los ultrasonidos y una exploración de su hígado, vesícula biliar y conductos biliares eran normales.
La mujer tampoco había tenido una cirugía recientemente, lo que eliminó la posibilidad de que un cirujano, accidentalmente, hubiera dejado un objeto extraño dentro de ella, según explica Popular Science. Pero una tomografía computarizada reveló que un delgado hilo metálico estaba alojado en sus intestinos.
Y había estado ahí, por lo menos, una década.
Ese objeto, de poco más de 6 centímetros de largo, era un alambre dental que la mujer solía usar, según relató uno de los doctores. Esto causó que su intestino "girara sobre sí mismo", algo que se conoce como volvulus. Este caso se presentó en un comunicado de prensa de BMJ Case Reports, una colección online de artículos e informes de casos presentados por profesionales de la salud e investigadores en el campo de la medicina.
La mujer explicó a los médicos que, 10 años atrás, llevaba aparatos dentales y que, desde entonces, no los había utilizado. También comentó que no recordaba haber ingerido el cable o haber perdido parte del dispositivo, según relató Talia Shepherd, una de las médicas que la trató en el hospital Sir Charles en Nedlands (Australia Occidental).
"El caso es tan único porque, normalmente, si tragas algo así, tienes esos síntomas mucho antes", afirmó Shepherd a Popular Science. "Estábamos un poco atónitos. No era lo que esperaba encontrar", expresó.
A veces la gente, de forma inconsciente, ingiere cosas como huesos de pescado u objetos metálicos. Generalmente, se dan cuenta de ello poco después. En el caso de la mujer, ella no experimentó ningún tipo de dolor en años.
La ingesta accidental de objetos extraños no es algo nuevo.
En mayo, Live Science publicó una lista de "11 cosas extrañas que las personas han tragado". Incluía objetos pequeños y puntiagudos como una horquilla o un instrumento dental, y cosas más grandes como un teléfono celular, una pluma, un encendedor y un cepillo de dientes.
En un caso médico de 2015, en Arabia Saudita, los médicos examinaron una radiografía de un esófago de un niño de 16 meses de edad y se encontraron con una imagen sonriente de Bob Esponja. Ghofran Ageely, una médico residente de radiología en el Hospital Universitario Rey Abdulaziz en Jiddah comentó a Live Science que el niño había tragado el colgante de su hermana mayor.
Ageely admitió que al principio pensó que era un pin o un accesorio porque una radiografía del costado del cuerpo del niño mostraba un objeto delgado en su esófago. Ella se sorprendió tras mirar la vista frontal.
"Grité: '¡Es Bob Esponja!'", confiesa a través de un mensaje de correo electrónico. "Me sorprendieron los detalles, se podían ver las pecas, los zapatos, los dedos… ¡Era increíble!", agregó.
Hace poco, una madre de Texas advirtió a otros padres después de que su hija accidentalmente se tragara un spinner. Estaba en el auto cuando notó que su niña se estaba ahogando, escribió Kelly Rose Joniec en su página de Facebook, cuya información recogió USA Today.
Un informe reciente de un grupo de consumidores advirtió a los padres de los peligros del popular juguete y señaló las "potenciales consecuencias trágicas o mortales".
En cuanto a la mujer de Australia, Shepherd dijo que se recuperó bien.