Justo antes de que la tormenta Harvey golpeara la costa sureste de Texas, Salvador Segovia dejó al perro de su nieto, Otis, en el porche trasero de su casa, junto con comida y agua.
Pero parece que la tormenta asustó al animal, que abrió la puerta y huyó el viernes por la noche.
"Me puse las manos en la cabeza y empecé a gritar su nombre. A la mañana siguiente, salí y volví a gritar. Rodeé el bloque y nada. No sabíamos dónde estaba Otis", recuerda.
Mientras tanto, Tiele Dockens estaba en camino para echar un vistazo a las casas de algunos amigos y familiares que habían evacuado, cuando algo llamó su atención. Un perro estaba caminando por una calle llevando una gran bolsa de comida para perros.
"Es como si estuviera en una misión. Me pareció algo muy lindo", declaró Dockens, que vive a pocos kilómetros de Segovia.
Así que ella misma tomó una fotografía y la compartió en su página de Facebook. La imagen se viralizó rápidamente y, en pocos minutos, la mascota de Stinton (Texas), una ciudad que no queda muy lejos de Corpus Christi, se convirtió en toda una celebridad de internet.
Dockens admitió que el perro le resultaba familiar. En un pequeño pueblo de unas 5,000 personas era más que probable que lo hubiera visto antes. Mientras seguía al perro para asegurarse de que no estaba perdido, la mujer terminó frente a la casa de Segovia.
"Esa señora viene y me dice: ¿Es su perro el que viene por el camino? Me doy la vuelta y… ¡veo que viene Otis con una bolsa de comida!", relata el hombre.
Otis ya era una celebridad local en Stinton antes de ser una sensación en la red. Parecía que todo el mundo conocía al animal allá donde iba (al palacio de justicia del condado, las tiendas de antigüedades locales, los supermercados…). Y la gente siempre le daba de comer.
"Tiene un rostro realmente triste y la gente lo admira siempre que lo ve", explica su dueño.
A Otis le encanta pasear solo y se conoce todos los caminos de la ciudad. A veces, la mascota va a la lechería local, donde siempre hay alguien que le da helado o hamburguesa. También le gusta pasar por una tienda de suministros de madera y construcción que vende comida para perros. Y ahí los propietarios del establecimiento siempre le dan algo de comer.
"Otis es un perro inteligente. Él sabe dónde ir a recoger una golosina", bromea Segovia.
El hombre reconoce que el animal podría haberse acercado a la ebanistería antes de ser avistado el sábado por la mañana. Él cree que su mascota pudo haber entrado ahí de alguna manera para agarrar una bolsa de comida para perros.
"Creo que recogió esa comida para perros porque sabía donde estaba y porque nadie estaba allí para darle de comer", explica.
Segovia había estado vigilando al perro por su nieto de cinco años, Carter, que abandonó Stinton junto a sus padres para escapar de la tormenta.
Otis tiene unos seis años. Su dueño lo encontró cuando todavía era un cachorro. Un hombre que conducía por ahí se detuvo un día y le dijo que tenía pensado abandonar al perro en alguna parte, amenos que Segovia lo quisiera.
"Le dije: – No, no, déjalo aquí que lo vamos a cuidar. Dejó al perro y se convirtió en la mascota de mi nieto", afirma satisfecho.