Cuando en el siglo XIX, el inventor estadounidense Samuel Morse visitó Nápoles, el lugar donde nació la pizza moderna, dijo que ese plato tan popular en las calles de la ciudad era "un simple trozo de pan bastante desagradable".
Un siglo más tarde, Sam Ponopoulos, un griego de veinte años, también se decepcionó con este plato. En 1954, paró en Nápoles mientras se dirigía a Canadá. Fue la primera vez que probó algo que también se llamaba 'pizza': un trozo de pan con salsa y espaguetis.
Panopoulos abrió un restaurante en Chatam, en Ontario (Canadá), con el nombre de Satellite. Ahí cocinaba la masa del pan sin ningún tipo de levadura, tal y como hacían los antiguos maestros panaderos napolitanos que popularizaron esta técnica en el siglo XVII. Lo que no sabían es que los griegos, más de mil años antes, también cocinaban así.
Buscando nuevos sabores para la pizza, en 1962, encontró un tipo de fruta que revolucionaría la cocina y cambiaría los estándares de la pizza de queso añadiendo algunos trozos de piña y jamón. El resultado fue un producto muy dulce, agrio y salado. Se trataba de una combinación de sabores aclamada por unos y criticada por otros, pero era un tesoro canadiense y una "perversión de Polinesia".
Los maestros de la pizza de todo el mundo, especialmente aquellos que veían en eso una aversión a la cocina tradicional, rápidamente reaccionaron de la mismas manera que Morse hizo la primera vez que utilizó el telégrafo: "¡Qué ha hecho, Dios!".
Su pizza formó parte de un experimento de larga duración, según Carol Helstoky, experta gastronómica de la Universidad de Denver que recientemente ha publicado un libro sobre la historia de la pizza. "En Nápoles había una cocina de escasez. Cualquier cosa servía, bien podían ser ajos, anchoas o cualquier otro tipo de pequeño pescado", afirma.
Fue en 1950 cuando la pizza empezó a popularizarse en los Estados Unidos. Los periódicos de la época empezaban a publicar recetas de cocina de este plato en el que, en algunos casos, se le añadían embutidos y cebolla. El pepperoni no se convirtió en un ingrediente común hasta principios de los años setenta. Desde entonces, los champiñones y el bacon también fueron ingredientes habituales.
En Satellite, el restaurante que el griego abrió con sus hermanos, solían servir platos caseros y comida china en grandes cantidades. Panapoulos empezó a vender comida oriental después de que un residente chino se diera cuenta de que en la zona no había restaurantes que ofrecieran ese tipo de platos, antes de que él expandiera el negocio de la pizza. La piña se añadió rápidamente como ingrediente y después la pizza fue bautizada "hawaiana", ya que esa era la marca de la lata de conservas de esa fruta que él utilizaba para prepararla.
El plato se convirtió en una auténtica sensación, porque muchos de los restaurantes ofrecían comida más bien aburrida y nada creativa. "La gente no acostumbraba a probar diferentes sabores. La única cocina donde podías encontrar un sabor dulce y amargo era en la gastronomía china, nada más. Todo lo demás era sencillo", comentaba Helstoky.
Las cajas para llevar las pizzas a casa eran totalmente improvisadas y se utilizaban cartones de una tienda de muebles cercana.
En 1975, Panapoulos decidió vender Satellite, donde, por cierto, la pizza hawaiana aún está en el menú por USD 21. Se mudó a London (en Ontario, Canadá), donde dirigió un restaurante llamado The Family Circle.
El 8 de junio, a través de un obituario, la familia anunció su muerte en el hospital de esa ciudad, pero sus allegados no dieron más detalles. Tenía 83 años.
En la época en el que el plato estrella se popularizaba en medio mundo, Panopoulos no podía entender cómo esa pizza era odiada por muchos, incluso por algunos jefes de Estado.
Recientemente, el presidente de Islandia, Gudni Thorlacius Johannesson, comentó a un grupo de escolares que él se "oponía firmemente" a poner piña en la pizza y que le gustaría prohibir ese ingrediente. En Canadá la pizza hawaiana se encuentra entre uno de sus tesoros culinarios, además de la miel de Maple y la poutine. El primer ministro respondió a través de su cuenta de Twitter con el hashtag #TeamPineapple (Equipo de las piñas) en apoyo a "esta deliciosa creación del suroeste de Ontario".
Johannenson mandó un comunicado a través de su cuenta de Facebook y aclaró lo siguiente:
"Me gustan las piñas, no solo en la pizza. No tengo el poder para hacer leyes que prohíban a la gente añadir piñas a sus pizzas. Estoy muy orgulloso de no tener ese poder. Para las pizzas yo recomiendo el marisco", dijo.
Sotirious Panopoulos nació en Vourvora, Grecia, en 1934. Dejó viuda a su esposa Christina Panopoulos, de 50 años, y le sobreviven sus dos hijos, Margie y Bill, una hermana y cuatro nietos.
Panopoulos dijo en más de una ocasión que le habría gustado haber creado una marca o una patente de su pizza, pero que en el momento en el que la inventó pensó que se trataba de otro trozo de pan cocinado al horno.
A lo largo de los años, él defendió a capa y espada su pizza hawaiana, e insistía en que él había sido el primero en añadir piña y carne en una misma pizza. Si alguien decía que otros lo habían hecho antes, él se sentía insultado.
"¿Qué quieres decir con eso? Yo lo hice", afirmaba sin ningún reparo.