Los elevados salarios de los ejecutivos se idearon para que su rendimiento repercuta en el de los inversores. Pero cuando se trata de saber qué es lo que piensan los trabajadores del rendimiento de sus jefes, aquellos que están mejor pagados tienden a tener las peores puntuaciones.
Estas conclusiones se dieron a conocer recientemente tras la publicación de un estudio estadístico elaborado por el sitio web de búsqueda de empleo Glassdoor.
Cada año, esta plataforma produce una lista de los directores mejor valorados de acuerdo a las opiniones y valoraciones de sus empleados a través de Glassdoor. En el informe, que compara esos ratings con otros factores externos –como la remuneración del directivo, su ocupación, la rentabilidad y otras cosas-, más de 800 empresas que cotizan en bolsa fueron analizadas para ver de qué manera se podrían interpretar las opiniones de los empleados sobre su empresa.
"Nunca habíamos profundizado en los factores que determinaban estas diferencias", señala Andrew Chamberlain, el jefe del área económica de Glassdoor.
Una de las cosas que se desprenden de este análisis, además de vincular la cultura corporativa con el hecho de ser un directivo muy bien valorado, es que los jefes que están muy bien pagados no aseguran que sus empleados los valoren bien, sino al contrario. "No importa qué resultados has obtenido, lo que encontramos es un vínculo negativo entre el pago y las valoraciones de los directivos".
Glassdoor empezó a trazar puntos entre las valoraciones de los jefes y el dinero que ganaban, medido como un porcentaje más de los bienes de la compañía. Las puntuaciones suelen ser bajas al principio, crecen un poco hacia la mitad y bajan en picado a medida que los pagos son más altos.
Los investigadores se dejaron guiar por otros factores, por ejemplo los resultados financieros de la empresa, los datos demográficos de los directivos y cómo la cultura corporativa estaba valorada dentro de la compañía (responden preguntas sobre su satisfacción general, sentimiento de poder ascender y su opinión sobre los pagos y los beneficios). Después de hacer eso, los analistas aún seguían viendo con más claridad el vínculo entre los que estaban peor valorados y sus altos ingresos, aunque este efecto se redujo en aquellas empresas que tenían una buena cultura corporativa.
¿Qué explicación tiene todo esto? ¿Muestra que las compañías suelen pagar sueldos exorbitantes a unos ejecutivos que han sido contratados para enderezar el barco? ¿Son también lugares malos para trabajar?
Chamberlain no considera que sea eso. Aunque algunos estudios muestran que la gente en realidad no sabe cuál es el trabajo que desempeñan los directivos, el portavoz de Glassdoor afirma que los empleados a menudo están pendientes en si su superior está haciendo más que él o ella y si realmente eso vale la pena.
"Mi opinión es que la gente está prestando atención", dice él. Los directivos que están mejor pagados, según él, hacen que cambie la percepción del ejecutivo en relación a la calidad de la empresa. Un alto directivo no puede dirigir mientras la cultura de la empresa se pudre. Ellos sabrán si son sueldos muy altos o si es razonable", apunta en ese sentido.
Esta tendencia puede seguir así gracias a la nueva regulación de la Comisión Nacional del Mercado de Valores de Estados Unidos (SEC por sus siglas en inglés) que está prevista que entre en vigor el próximo año. Esta medida obligará a las empresas que cotizan en bolsa a desvelar lo que cobra el director ejecutivo y lo que gana de media un empleado, lo que podría dejar en evidencia la gran brecha que existe entre ambos.
Además de la cultura corporativa y los pagos a los jefes, el informe de Glassdoor también ha analizado otros factores que podrían revelar cómo los empleados valoran a sus superiores. Los ejecutivos que dirigen empresas más rentables reciben mejores valoraciones de sus empleados y aquellos que también son fundadores, lógicamente, tienen una mejor evaluación que los que están contratados para ejercer esa función. Los factores demográficos, como el género, la edad, la posición y la educación, en general, no tienen mucho impacto.
El informe también desglosó, por primera vez, los resultados dependiendo del sector. Los que trabajaban en bienes raíces, construcción y tecnologías de la información estaban mejor valorados que los que estaban en los medios de comunicación, en la minería y las empresas de manufactura y, estos últimos, tendían a pensar mucho menos en la persona que estaba llevando el timón.
¿El grupo con peor puntuación? Los empleados de comercios, donde la media de aprobación estaba en solo un 61 por ciento.