En China es legal comer perros y gatos. A pesar de eso, mucha gente se ha sobresaltado al escuchar que un hombre había sido arrestado con 500 gatos, hacinados en pequeñas jaulas, con los que pretendía hacer negocios y venderlos a varios restaurantes.
En la ciudad de Jiujiang, situada al sur de la provincia de Jiangsu, el hombre solía utilizar gorriones y otro tipo de aves para atraer a los gatos, según informaron 163.com y news.infeng.com.
Muchos de los gatos fueron encontrados en jaulas en la parte trasera de un pequeño camión. Estaban en una situación límite, a punto de morir; maullaban débilmente a causa de las altas temperaturas. Otros estaban guardados en una cabaña, cerca de una autopista, donde el poco aire que soplaba era gracias a un ventilador. El hombre solía vender los gatos por USD 4,40 cada uno, según fuentes de la policía.
Police save 500 cats in cages meant for sale to restaurants in China, man arrested https://t.co/LuqbdqBrdB pic.twitter.com/2BGnG8If0l
— The Straits Times (@STcom) June 12, 2017
El hombre, identificado como Sun, fue arrestado después de que alguien llamara a la policía para denunciar que le estaban robando sus mascotas, incluyendo una gata, que estaba en período de lactancia, con sus cinco crías. Tras esa llamada, los agentes aseguraron que si no se presentaba el propietario liberarían a los 500 gatos.
Esta noticia provocó un aluvión de reacciones en el portal Netease, con más de 40.000 comentarios. Pero muchos de los usuarios están indignados por el hecho de que un hombre robara las mascotas, no porque se utilizara a los animales para comidas.
Cada año en China se sacrifican más de 10 millones de perros y cerca de 4 millones de gatos con finalidades alimentarias, según varios activistas que defienden los derechos de los animales. Esta práctica se hace visible en el Festival Anual de la Carne de Perro que se celebra en la ciudad de Yulin. Varios activistas aseguran que miles de perros y gatos son brutalmente apaleados hasta la muerte durante esta exhibición, que arranca con el solsticio de verano, el 21 de junio, y dura diez días.
Mientras tanto, los adversarios aseguran que tienen pruebas de que el supermercado francés Carrefour vende carne de perro.
La fundación Animals Asia señala que las investigaciones se llevaron a cabo entre 2016 y 2017 y encontraron que dos franquicias de la compañía, situadas en Xuzhou, vendían abiertamente productos de carne de perro. Esta organización, que defiende el bienestar de los animales, recuerda que Carrefour tiene más de 10.000 tiendas en toda Europa y que, en 2012, fuentes de la compañía aseguraron que dejarían de vender este tipo de productos.
Los investigadores revelan que los establecimientos tienen numerosos productos elaborados a base de carne canina como, por ejemplo, carne de perro en jugo de tortuga, que tiene un costo de USD 20,00 por kilo. Ningún portavoz de Carrefour se ha pronunciado al respecto.
"Para los amantes de los animales es muy decepcionante que una compañía como Carrefour saque partido económico en lugar de preocuparse por el bienestar de los perros de China", dijo en un comunicado Jill Robinson, fundador de Animals Asia. En ese sentido, añadió que sus investigaciones en el sector cárnico muestran una práctica "ilegal y cruel" que pone en peligro la seguridad pública de la industria.
"Es normal que Occidente critique a China por comercializar carne de perro y gato, pero hay un supermercado europeo que saca provecho económico directo", afirmó al respecto.
Tras las protestas de los defensores de los animales en China y en otras partes del mundo, el año pasado la Sociedad Humana de Estados Unidos (HSI) y varias organizaciones aseguraron que este año la venta de carne de perro sería vetada, de forma extraoficial, en el festival de Yulin, aunque las autoridades han negado esta prohibición.
El HSI presentó una encuesta realizada por organizaciones caritativas chinas e investigadores locales, de la cual se desprendía que el 13% de los residentes de Yulin jamás habían comido carne de perro y que que más del 59% por ciento lo había hecho alguna vez, o unas seis veces al año.
"Lo cierto es que alimentarse de perros y gatos no forma parte de la tradición culinaria de China, incluso en Yulin, el lugar donde se celebra este festival", subrayó Peter Li, especialista en políticas chinas para el HSI. Sobre eso, añadió que este tipo de carne "está lejos de convertirse en un motor económico para Yulin, o en un estilo de vida".
"El festival de comida de perro es una desgracia nacional que empaña el nombre de la ciudad en todo el mundo. Ya es hora de poner fin", sentenció.