Hallan un fósil de un pájaro prehistórico en una piedra de ámbar

Por Ben Guarino

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Ilustración del pájaro, basado en una reconstrucción científica (Cheung Chung Tat)
Ilustración del pájaro, basado en una reconstrucción científica (Cheung Chung Tat)

Unos cazadores de piedras de ámbar en Birmania encontraron un espectacular pájaro de la época de los dinosaurios. La mitad de su cuerpo, con los huesos del cuello, las garras, una ala y sus mandíbulas dentadas, fue sumergido en savia de árbol y posteriormente solidificado.

Los científicos identificaron al animal como un miembro de un grupo extinto de aves voladoras llamado enantiornitas y su hallazgo fue publicado en el diario Gondwana Research a principios de junio.

El pequeño pájaro murió a muy temprana edad al caer en un estanque de resina. Los estudios revelan que había salido del huevo unos días antes y, al parecer, falleció poco después de que le creciera su primera pluma.

Su vida se desarrolló en ambientes húmedos, en los árboles de coníferas, y terminó cerca de un charco de resina y fosilizado en ámbar. Noventa y nueve millones de años después, los excavadores birmanos descubrieron esta piedra.

"Los enantiornitas eran un tipo de aves muy cercanas a los pájaros de hoy en día y, en términos generales, lucían muy similares. Sin embargo, este grupo de pájaros aún tenían dientes y garras en sus alas", comentó Ryan McKellar, un paleontólogo del Museo Royal Saskatchewan.

Estos animales convivieron en el período cretácico, tras el cataclismo que se produjo hace 65,5 millones de años con la aparición de los dinosaurios no voladores.

Los enantiornitas se reprodujeron en la Tierra hace más de 100 millones de años
Los enantiornitas se reprodujeron en la Tierra hace más de 100 millones de años

Gracias a los huesos de la cadera y el tobillo, los enantiornitas podían volar de una forma muy diferente a los pájaros modernos (¿Quién puede volar más? ¿Un pájaro o un dinosaurio con alas? La respuesta es sencilla: los pájaros, al fin y al cabo, eran dinosaurios voladores).

El hecho de que estén sepultadas en ámbar permite captar detalles tan minuciosos como los párpados o la abertura externa de la oreja y la resina no deja rastro del paso del tiempo.

"Esta cría pudo haber muerto en el momento en que entró en contacto con la resina", puntualizó McKellar.

"Uno de los huesos de las piernas había sido arrastrado de su posición natural, sugiriendo que el cadáver habría sido limpiado antes que fuera cubierto por una nueva capa de resina", añadió al respecto.

Las evidencias encontradas sugieren que los enantiornitas recibía algún tipo de cuidado de sus progenitores, mucho más que los pájaros que viven en la actualidad. Los hallazgos también revelan que los antiguos polluelos nacieron en la tierra y tuvieron que refugiarse en los árboles para evitar ser devorados.

Según comenta McKellar, los pájaros solían quedarse atascados en la resina, por lo que es normal que se haya encontrado un fósil de estas características, algo mucho más habitual que en otro tipo de especímenes.

Sus garras, con más de 99 millones de años de historia, son muy parecidas a los pies de pollo que puedes encontrar en un supermercado. Al principio, el minero que encontró esta piedra cubierta de escamas de oro pensó que era una lagartija.

"La piel conservada en la superficie nos permite ver el pie de forma muy detallada", dijo el científico del centro canadiense.

Vista del Museo Royal Saskatchewan, en Canadá
Vista del Museo Royal Saskatchewan, en Canadá

La resina también atrapó una de las alas del pájaro. A pesar de su juventud, el animal ya tenía sus plumas de vuelo de color marrón y, según McKellar, el animal tenía muy pocas plumas blancas o pálidas en el vientre, las piernas o la cola.

El científico y sus compañeros han demostrado la autenticidad de este fósil utilizando la última tecnología, incluyendo microscopios de luz y escáneres de rayos X.

Los investigadores descubrieron que las plumas en las alas de los enantiornitas eran muy parecidas a las que tienen hoy en día los pájaros, aunque la cola y las patas eran cubiertas por unas capas denominadas "proto-plumas" o "pelusa de dinosaurio".

Los recientes descubrimientos en las piedras de ámbar permiten una sorprendente y detallada ventana al mundo antiguo, aunque con un tinte un tanto anaranjado. Pero no solo los pájaros quedaron atrapados en la savia, sino que lagartijas, insectos y varios dinosaurios también fueron fosilizados.

En diciembre, el equipo de McKellar anunció que ellos habían encontrado un fósil de dinosaurio en una piedra de ámbar mientras excavaban otra mina en Birmania.

Las piedras contienen el ADN de los dinosaurios, un concepto muy popularizado por Jurassic Park y los conocidos mosquitos que se alimentaban de su sangre.

El pájaro, del grupo de los enantiornitas, atrapado en una piedra de ámbar (Lida Xing)
El pájaro, del grupo de los enantiornitas, atrapado en una piedra de ámbar (Lida Xing)

"Desafortunadamente, el ADN no muestra la suficiente información para determinar con exactitud", aseguró McKellar.

"Según nuestros conocimientos, el ADN tiene una vigencia de unos 500 años y no puede alargarse mucho más. Incluso utilizando piedras de ámbar, solo lo alargaría unos años más", sostuvo.

Eso no quiere decir que el ámbar borra la bioquímica prehistórica. Los científicos han estado probando el hierro de los dientes de los pájaros, sumergidos en carbono y en tejidos muy suaves, probablemente de sangre. De acuerdo a McKellar, las investigaciones más avanzadas permitirían descubrir algunas proteínas en las plumas de los pájaros, dejando a los expertos adentrarse en los colores del plumaje.

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