Durante el encuentro de los Trump con el papa Francisco, el miércoles 24 de mayo, la primera dama de los Estados Unidos, Melania Trump, lució un vestido negro con mangas largas de Dolce & Gabbana y un velo negro, en línea con una tradición de muchas primeras damas antes que ella que vistieron de negro cuando se encontraron con el Papa. Las demás mujeres que asistieron, incluida la hija del presidente Donald Trump, Ivanka Trump, llevaron vestidos y velos similares.
Sin embargo, se creó cierta confusión sobre la razón por la cual la primera dama lució un velo —o una mantilla— en El Vaticano y no se cubrió la cabeza con otro en el país musulmán de Arabia Saudita.
Su vocera escribió en un correo electrónico que la primera dama seguía el protocolo vaticano, según el cual las mujeres que tienen audiencia con el Papa llevan mangas largas, ropa formal negra y un velo que cubra la cabeza. "No hubo pedido ni requisitos para su atuendo en Arabia Saudita", escribió Stephanie Grisham.
Los dignatarios extranjeros suelen respetar las reglas del vestir cuando visitan el Vaticano, aunque ese código se comenzó a flexibilizar bajo el papado de Benedicto XVI, dijo Rocco Palmo, editor de Whispers in the Loggia, un sitio sobre noticias eclesiásticas y políticas. Los hombres suelen llevar un traje negro, una camisa blanca y una corbata negra. Sólo las reinas católicas y la princesa de Mónaco pueden vestir de blanco en presencia del Papa, dijo Palmo. Las mujeres tienden a llevar un velo como una suerte de nostalgia de las católicas que los usaban en las iglesias antes del Concilio Vaticano II en la década de 1960.
El papa Francisco ha flexibilizado la previsión de que los obispos lleven sotanas cuando lo vean, por lo que actualmente llevan cuellos clericales. Y se sabe que Francisco ha dejado de calzar los zapatos rojos de su antecesor. "Es parte de su mensaje de simplicidad", dijo Palmo.
La reina Isabel II llevó un vestido negro con un velo bajo su corona varias veces cuando visitó El Vaticano en décadas pasadas, pero en una visita de 2014 lució un vestido púrpura y un sombrero. Y si una primera dama se encuentra con el papa fuera del Vaticano, se espera otra cosa. Michelle Obama llevó un vestido azul para recibir al Papa en el aeropuerto de Washington, D.C., en 2015.
"El último lugar donde la Casa Blanca querría causar un desaire es El Vaticano", dijo Palmo. "Los presidentes que ganan el voto blanco católico ganan la Casa Blanca. Si ella no hubiera usado un velo, la gente estaría haciendo especulaciones".
En Arabia Saudita se considera que las mujeres musulmanas deben usar una pañoleta, pero a las extranjeras no se les exige que adhieran al mismo código de indumentaria. Algunas mujeres prominentes han usado velos en visitas oficiales a Arabia Saudita, pero no llevarlo no se interpreta necesariamente como un insulto a los líderes del país. Al igual que Melania Trump, las ex primeras damas Hillary Clinton y Laura Bush también visitaron el país sin llevar un velo.
"Creo que la gente especula y malinterpreta", dijo Jane Hampton Cook, una historiadora de los presidentes y las primeras damas. "El Papa es el líder de una iglesia. El rey de Arabia Saudita es un líder de Estado. Hay una diferencia entre ver a un líder religioso y mostrar respeto ante un rey titular de un Estado".
Y si bien Melania Trump no llevó un velo, se vistió con ropa holgada, con los brazos y las piernas completamente cubiertos, algo adecuado para los estándares de pudor de Arabia Saudita, dijo Cook. La cita no era con líderes religiosos ni en un templo, y si bien las mujeres en Arabia Saudita se cubren la cabeza en público, en el mundo muchas mujeres musulmanas no lo hacen.
Mientras estuvieron en Israel esta semana, los Trump visitaron el Muro de los Lamentos, el sitio más sagrado de oración para los judíos. Ivanka Trump, quien se convirtió al judaísmo ortodoxo, llevó pequeño sombrero mientras rezaba en el muro, mientras que Melania Trump no llevó nada sobre su cabeza.
El presidente Trump, el primer mandatario estadounidense que visitó el muro durante su mandato, se cubrió con una kipá, lo cual es costumbre para los hombres que visitan ese lugar religioso. También usó una en Yad Vashem, el recordatorio del Holocausto en Israel.