Todos fantaseamos más con nuestras parejas que con otras personas

Por Justin Lehmiller, PhD; traducido por Daniela Silva

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George Coletrain/Unsplash
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Ni siquiera una de cada diez personas fantasea con celebridades, estrellas porno, políticos u otras personas famosas.

Cuando la gente fantasea con tener sexo, piensa en varias personas, o incluso en parejas múltiples a la vez, como en un trío o una orgía. Sin embargo, hay una persona que tiene más probabilidades de aparecerse en tus fantasías sexuales que cualquier otra: tu pareja. (O si eres soltero, uno de tus ex).

Para mi nuevo libro, Tell Me What You Want, entrevisté a más de 4,000 estadounidenses preguntándoles sobre sus fantasías sexuales. Entre otras cosas, descubrí que nueve de cada diez participantes dijeron que tenían fantasías con su pareja actual y entre aquellos que estaban en una relación, casi dos tercios dijeron que fantaseaban con sus parejas actuales muy seguido. Ni siquiera uno de cada diez participantes dijeron que fantaseaban con celebridades, estrellas porno, políticos u otras personas famosas.

Vale la pena señalar que los entrevistados eran personas de todos los géneros y orientaciones sexuales. A mucha gente le podrían sorprender estos resultados: existe la creencia de que, cuando se trata de sexo, queremos lo que no podemos tener, como una aventura de una noche con Channing Tatum o Scarlett Johansson. (Por cierto, descubrí que estas dos celebridades eran las más fantaseadas). Sin embargo, estos resultados, sugieren que las personas con relaciones estables, tienen fantasías basadas más en la realidad de lo que la gente asume, al menos cuando se trata de con quién están teniendo relaciones sexuales.

¿Por qué las personas fantasean con sus propias parejas? Un conjunto nuevo de estudios ofrece una explicación razonable: al parecer, fantasear con nuestras parejas es bueno para nuestra vida sexual y nuestras relaciones. En un estudio, por ejemplo, a algunos estudiantes universitarios heterosexuales que estaban en una relación monógama se les pidió que pensaran en una fantasía sexual que involucrara a su pareja u otra persona y que la escribieran de manera narrativa. Luego, se les pidió que dijeran cuánto deseo sexual sentían por su pareja, así como qué tan interesados estaban en hacer algo bueno por ellos.

En comparación con los participantes que fantaseaban con otras personas, aquellos que tenían fantasías con su pareja expresaban más deseo sexual y tenían un interés mayor en hacer feliz a su pareja. En otro estudio de seguimiento se buscó aclarar este punto: ¿Tener fantasías con tu pareja aumenta el deseo? o ¿fantasear con otra persona disminuye el deseo? En este experimento se añadieron dos condiciones en las que se pidió a los participantes que pensaran en actividades no sexuales que involucraban a su pareja u otra persona.

Ya con estas condiciones de por medio, se reveló que tener fantasías con la pareja aumentaba el deseo; sin embargo, fantasear con alguien más no tuvo ningún efecto en el deseo. Traducción: fantasear con otras personas no le hace daño a nadie, pero tampoco ayuda a tu relación de la misma manera que fantasear con tu pareja.

En otro estudio, algunas parejas heterosexuales escribieron un diario durante tres semanas en el que pusieron todas sus fantasías sexuales tal como las tenían. Luego, los investigadores analizaron la manera en que las fantasías con la pareja se relacionaban con comportamientos relacionales.

De acuerdo con los descubrimientos de mi libro, la mayoría de las fantasías (66 por ciento) involucraban a la pareja. Y cuando las personas fantaseaban con su pareja, tendían a ser más amables y atentos después, se mostraban más afectuosos y decían más cumplidos. Fantasear con otras personas no se relacionó con los comportamientos relacionales de los participantes.

En el cuarto y último estudio, los investigadores volvieron a recopilar datos diarios sobre las fantasías sexuales de las parejas, pero también les preguntaron cómo se sentían con sus relaciones. Lo que encontraron fue que cuando las personas fantaseaban con sus parejas, aumentaban las percepciones positivas de la relación a la vez que disminuían las percepciones negativas.

Básicamente, las personas sentían que sus relaciones eran más valiosas en la medida en que fantaseaban con sus parejas, y esto parecía motivarlos a comportarse de una manera que reforzara su relación, como haciendo todo lo posible por hacer cosas buenas el uno para el otro.

Lo que este patrón de resultados sugiere es que las fantasías sexuales con nuestras parejas parecen tener un valor adaptativo para nuestras relaciones; no solo pueden estimular la pasión sexual, sino también acercarnos más. En vista de eso, no debería sorprendernos que las personas que tienen una relación, fantaseen con sus parejas más seguido que con cualquier otra persona.

Dicho esto, vale la pena repetir que fantasear con otras personas no es intrínsecamente problemático. La mayoría de nosotros tiene fantasías con personas que no son nuestras parejas de vez en cuando, pero esto no es necesariamente una señal de que tu pareja no es la correcta o de que tu relación se va a terminar.

Cuando las personas reemplazan a su pareja por completo de sus fantasías, es cuando fantasear con otras personas puede ocasionar problemas. De hecho, en mi libro menciono que las personas que fantaseaban más seguido con celebridades inalcanzables con cuerpos perfectos eran las menos satisfechas con sus relaciones sexuales y de pareja.

En resumen, si tienes fantasías con otras personas y ninguna con tu pareja, podría ser señal de que estás en una relación problemática.

Publicado originalmente en VICE.com

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