Investigadores de la Universidad Estatal de Washington concluyen, en un estudio publicado en la revista Science, que la producción agrícola mundial verá su rendimiento reducido porque una característica fisiológica universal de los insectos es que mientras más calor hace, más comen.
"Habrá más insectos y comerán más", dice Curtis Deutsch, uno de los autores del estudio, profesor de oceanografía en la Universidad de Washington.
Evaluar las pérdidas agrícolas adicionales es un ejercicio difícil, pero los investigadores lo han hecho simulando el impacto de un aumento de 2°C en el metabolismo de los insectos y calculando el nuevo apetito. Esto no toma en cuenta el uso adicional de pesticidas u otros cambios para prevenir estos estragos.
Una especie invasora se beneficiaría particularmente: el pulgón ruso del trigo. Este insecto verde, de uno a dos milímetros, colonizó Estados Unidos en la década de 1980 y atacó el trigo y la cebada.
El insecto tiene la particularidad de que solo se han hallado ejemplares hembras. "Estos insectos nacen ya gestando a sus hijas, cada una estando ya preñada de sus nietas", dijo Scott Merrill, experto en insectos en la Universidad de Vermont.
Cada hembra puede dar a luz a ocho crías por día, que se multiplican por ocho por el número de nietas… "Dejo que se imaginen qué tan rápido puede explotar la población de estos pulgones", dice.
“Uno o dos pulgones pueden dar a luz a miles de millones si las condiciones son ideales”, dice.
Hasta ahora, principalmente se había estudiado el efecto del calentamiento global en el desarrollo de las plantas. Deutsch espera que este trabajo aliente a más científicos a estudiar el efecto sobre los insectos en regiones particulares.
Con información de AFP
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