Al ritmo actual de sobre explotación pesquera, todo el continente africano podría verse en la necesidad de importar sus productos pesqueros en el futuro.
Parece que el término "atrapar y soltar" ha adquirido un significado completamente nuevo en la economía alimentaria mundial actual, y no uno particularmente bueno. Según un informe reciente de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), un asombroso 35 por ciento de los peces capturados para consumo humano realmente nunca alimenta a nadie. De hecho, alrededor de un tercio de los océanos del mundo están siendo sobre explotados, lo que es especialmente dañino en las regiones en desarrollo de todo el mundo, donde los residentes dependen en gran medida de la pesca para sobrevivir.
"Hay demasiada presión sobre los recursos marinos", dijo Manuel Barange, director del departamento de pesca y acuicultura de la FAO. "Necesitamos mucho más compromiso por parte de los gobiernos para mejorar el estado de sus industrias pesqueras". Barange cree que de seguir con el mismo curso pesquero, todo el continente africano se verá obligado a importar su pescado en el futuro, debido a la falta de abastecimiento pesquero y apoyo tanto financiero como alimentario.
Las causas principales del problema del desperdicio de pescado son el error humano y la refrigeración deficiente, los cuales causan su descomposición volviéndolo inadecuado para el consumo humano. Además, algunos peces son demasiado pequeños para venderlos en el mercado y otros son de especies menos deseables o rentables. Desafortunadamente, esos peces también son desechados.
El informe también afirma que el consumo actual de pescado está en un nivel récord, lo que es exactamente tan terrible como parece. En una desalentadora recapitulación, las personas ahora comen más pescado que nunca, pero al mismo tiempo, más de un tercio de los peces sacrificados para el consumo se vuelven desperdicio. La acuicultura, o la piscicultura, es una de las causas de este reciente aumento en el consumo mundial de pescado. Sin embargo, en muchos países que dependen de la acuicultura para alimentar a sus ciudadanos, no hay mucha regulación o legislación en torno a tal práctica.
Algunas empresas y organizaciones de defensa como The Better Fish y Love the Wild están comenzando a invertir en acuicultura sustentable en un esfuerzo por mitigar el desperdicio y el impacto ambiental de la piscicultura. Pero es importante recordar que el desperdicio de comida no sólo tiene que ver con el pescado. Según ReFED, el desperdicio anual de alimentos a nivel mundial equivale aproximadamente a un tercio de la producción mundial alimentaria. Y en un planeta donde más del 10 por ciento de la población padece hambruna, desperdiciar un tercio de cualquier alimento disponible no sólo es malo; es inaceptable.
Publicado originalmente en VICE.com